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29 may 2009


 EVENTOS
 EL POETA Y SU VOZ/ La nueva generación

El martes 2 de junio, a las 19h00 leerán sus textos los poetas Luis Carlos Mussó (Guayaquil), Paúl Puma (Quito) y Cristóbal Zapata (Cuenca). La Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión regresa con este encuentro, uno de los de mayor éxito de los últimos tiempos, esta vez con poetas y creadores de las últimas hornadas del medio literario nacional. La lectura se hará en la Sala Demetrio Aguilera Malta (Av. Seis de diciembre, Quito); la entrada es libre. Se espera al final la participación el público con inquietudes y un diálogo con los autores.

25 may 2009


Ensayo
De cómo meterse el mundo en la cabeza


Por Fabián Darío Mosquera
fmosquera@telegrafo.com.ec

La Casa de la Cultura editó, recientemente, un poemario con textos de pacientes psiquiátricos.

Entre abril y mayo de 2008, el poeta guayaquileño Ernesto Carrión logró, en el marco de un proyecto de la Subsecretaría Regional de Cultura, concretar una vieja ambición, surgida, como suele pasar, a partir de la lectura de un libro. Carrión entró en contacto, hace años, con Globo Rojo, texto publicado por la casa española Hiparión, en 1989, que muestra el resultado de un taller literario realizado con internos del Manicomio de Mondragón y dirigido por Leopoldo María Panero, notable escritor madrileño que en ese momento residía en el sanatorio, y cuya genialidad y desequilibrio mental son proverbialmente conocidos, por igual, en el mundo de la literatura contemporánea en lengua castellana.

“Ese libro”, explica Carrión, “construyó en mí la fabulosa duda de lo que puede uno como creador -o “mostrorum artíficex” de mundos igualmente artificiales- hallar en este grupo de desplazados”. Así lo afirma, reconociendo de manera manifiesta a Panero como antecedente, en una de las anotaciones introductorias de Identidades a plazo, recopilación de textos de pacientes del Hospital Psiquiátrico Lorenzo Ponce, libro trabajado durante esos meses, publicado recientemente bajo el sello de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, y que forma parte de La completa antología del desastre, proyecto más amplio que contempla el resultado futuro de talleres a realizarse con lo que Carrión llama “cofradías atemorizantes”: enfermos terminales, pandilleros y reclusos penitenciarios.

Jorge Elizalde, Nelly Orbea, José Betancourt, Amparo Rodríguez, Washington Espinosa, Julia Rivas, Guadalupe Montaño, María Cifuentes, Glenda Cueva, Fátima Bermúdez, Gloria Galarza y Francisco Alvarado fueron los talleristas. Todos diagnosticados con esquizofrenia. Muchos, recluidos durante la misma cantidad de tiempo que llevaban sin escribir: 25 años.

Carrión explica un poco la metodología de taller: “construcción de metáforas a partir de listas de elementos diferentes. Por ejemplo, elementos que tuvieran que ver con su entorno, así como listas de emociones y elementos de la naturaleza. Elaboración de un diario que manejaron todos los días que duró el taller. Cartas autobiográficas, cartas a Dios, descripciones de compañeros, del profesor del taller, trabajos descriptivo-narrativos a partir de fotografías, temas...”.

El resultado es un poemario de gran fuerza aforística (“La felicidad es la madre del olvido”; o “La nieve como un cisne nos embruja”, dice Fátima Bermúdez. “Casi nunca sueño contigo/ mi mente te conduce a todas partes”, dice Nelly Orbea. “La felicidad es un espejo que da libertad a todos”, José Betancourt. “Soy como la lluvia: no tengo problema en caer”, María Cifuentes).

Nos encontramos frente a un texto que confirma la noción de que la poesía tiene algo (mucho, más bien) de esquizo, en la medida en que la palabra asume toda su potencia liberadora, transgresora en relación (y ruptura) con los núcleos reguladores del sentido. La palabra/goce.

(SIN TÍTULO)

Los peces son relámpagos.
Mi casa es y tiene luz.
El tigre del desierto está sin sol.
El manto tiene atardecer negro.
Papel de las estrellas
donde escribo mi poema favorito
Donde nací: la comarca. Inspector Dios.
(Francisco Alvarado)

El volumen viene con una cuarta de forros del poeta mexicano Rodrigo Flores, quien expresa lo siguiente: “los manicomios (llamados eufemísticamente “hospitales psiquiátricos”), (son) espacios conventuales donde lo más evidente es la clausura y el cerrojo; pero también, como demuestran cada uno de los textos recopilados por Ernesto Carrión en este libro, su negación, es decir, la libertad. Lucidez, miedo, esperanza y testimonio son conceptos clave en las escrituras reunidas en Identidades a plazo”.

Se advierte, en estas páginas, todo el pálpito de dolor subyacente en las historias singulares. Los pacientes que participaron, a pesar de su conflictiva relación con ese consenso que llamamos realidad -y que los desplaza hacia los márgenes-, insisten en hablar sobre ciertas instancias socioculturales, digamos, canónicas. Allí está la familia, la infancia ya remitida al stablishment educativo, Dios, el anhelado idilio de la relación de pareja, el agrio testimonio (muy lúcido en su delirio) de la vida en un psiquiátrico. A pesar de que ciertos trabajos poseen un dejo al estilo de Carrión (lo cual es entendible, siendo él esa especie de “curador” de un discurso que fluye sin respetar un cauce rígido), cada uno de los escribas alcanza a esbozar una voz, una identidad clara y unívoca.

(RECUERDOS)

1.- Mi primer enamorado
2.- Mi primera maestra de primer grado en la escuelita
3.- Mi primera faldita de la escuelita
4.- Mi primera violación cuando tenía 8 años de edad
5.- Mi mala reputación
6.- Mis sentimientos heridos
7.- La golpiza que me dieron
8.- Mi inteligencia de ese entonces
(Nelly Orbea)

El compilador de este libro paga con respeto la honda experiencia que los internos le permitieron vivir: “rescato la desconexión vital que los torna lúcidos y puros en sus intenciones aforísticas. Prueba infinita de que el poema, en su “caja complejamente cerrada por dentro”, que nos fue dada al igual que cada cuerpo -como un secreto o un instrumento de magia-, puede por momentos abrirse hacia nosotros para descifrar y renombrar con coraje el mundo.”.


7 may 2009

RESEÑAS
 
 
TRÁNSITO DE FUEGO
TRÂNSITO DE FOGO
Selección de jóvenes poetas latinoamericanos
Selecção de jovens poetas latinoamericanos
1972-1990

Selección y compilación
Seleção e compilação
Raquel Molina
Traducción al portugués
Tradução ao português
Gladys Mendía


EL TRÁNSITO DE LO QUE NUNCA ACABA

Los poetas seleccionados en esta antología, todos ellos nacidos después de 1970, nos proponen un tránsito desde múltiples aristas, multiplicidad de miradas. Nunca, como ahora, la heterogeneidad poética es tan visible; nunca, como ahora, surgen tantas voces, tantos amaneceres en la escritura del Hoy.
Si la poética de antaño se caracterizaba por pertenecer a categorías la mayoría de veces ajenas a los mismos poetas -toda categoría se escribe desde afuera-, la poética de hoy -o de ayer y de mañana- está atravesada por el arrobamiento del ser interior; el sol exterior que busca la luminosidad de los adentros.
Este tránsito expuesto por los aquí antologados se propone hacia un nuevo estro literario, propósito de todo movimiento creativo. Sin embargo, ¿debemos pensar en un movimiento uniforme desde la construcción poética de lo múltiple? Seguramente que sí. Y en ese orden de ideas, esta antología es lo que podríamos definir o llamar unidad de lo disperso, unicidad de lo diverso, de lo distinto, de lo transensorial y específico, de lo supraespacial, de lo disímil.

En este tránsito de fuego, un tránsito hacia los abismos del ser, hacia los océanos del ser interior-exterior, hallamos espejos, aristas, lámparas, objetos en uso y en desuso, discursos, búsquedas, fragmentos, caos, desorden, pliegues y repliegues, cristales, fragmentos de cristales, brújulas, plantas, canciones, fragmentos de canciones.

Nunca, como ahora, es tan difícil antologar, tan complejo categorizar. Hay aquí tantos poetas como naciones, tantos creaturas literarias como modernidades periféricas. Entonces, en Tránsito de fuego no hallamos poética sino poéticas; escritura sino escrituras; narrativa sino narrativas. Todo es multiplicidad, variación, encaje, pero también -y enhorabuena- desajuste.

La pluralidad cobra valor en esta muestra, en este caleidoscopio en donde el principio de incertidumbre cobra un merecido importe; no sólo por el objeto poético variado por el escritor, sino por el objeto variado, deconstruido, reinventado-aprehendido por el lector. Hay en este libro tantas lecturas, tantas interpretaciones, tantos puntos de vista, tantas pulsaciones, tantos quiebres, tanta vibración, tantos ritmos, tantas correspondencias como culturas en América Latina. Mas también hay temblor, amanecer en la noche, oscuridad en el resplandor de lo que se esconde, de lo que se increpa, de lo que es necesario -por supervivencia- callar.

Tránsito de fuego es un viaje, un desplazamiento hacia ningún lugar, hacia muchas, equidistantes cartografías. Tenemos un lugar concreto (¿Acaso América?), un No-lugar (¿la poética?), un tiempo específico (¿El hoy?), un no tiempo (¿la muerte?). Entonces el escritor, como también el lector que reescribe lo que lee, se pasean por autopistas distantes y próximas: lo poético, lo político, lo metafísico, lo tangible y lo intangible, la teúrgia, lo visible y lo invisible.

No es esta una escritura de modas, pese a que estén presentes en ellas muchas vanguardias, muchos ritmos conocidos, muchos giros ya dados. Pero eso no importa, eso es lo menos importante. Lo vital es la poesía, la palabra que permanece viva en la tradición escritural de América toda, una América ecuménica, cercana, unida a través de la palabra, reinventada hacia lo justo, lo solidario; fundada sobre una comunión que surge de un lazo de hermandad que no habla de hegemonías, de voces homogéneas, de discursos idénticos.

No obstante, es latente, incluso desde el silencio de muchos, la unicidad de las sangres; una naturaleza americana que confirma la vieja tesis de que la poesía nunca ha muerto, de que permanece viva –eso
sí, variable, cambiante, mutante, transitoria, infinita-.

La poesía en América goza de buena salud. Y no es un lugar común, ni un eufemismo. La poesía, al margen de nombres ya consagrados, se reviste con el vigor y la “alucinación” de un número indeterminado -no todos están acá- de voces emergentes, voces jóvenes pero vigorosas que sin reclamar, pero sin negarlo tampoco, se sitúan en un plano abierto de la nueva panorámica creativa del continente.

El Tránsito de lo que nunca acaba está por comenzar. Hay que abrirle la puerta al tiempo.
Cartagena de Indias, febrero de 2009.

Winston Morales Chavarro
Universidad de Cartagena

Selección:
Argentina:
Maria Eugenia López
Valeria Zurano

Brasil:
Leonardo Gandolfi

Chile:
Carmen Martin
Germán Gana
Oscar Saavedra

Colombia:
Martha Carolina Dávila
Fernando Vargas
Gelson García

Cuba:
Adrián Rafael Morales

Ecuador:
Ernesto Carrión

Guatemala:
Wingston González

México:
Diego Godé
Daniela Camacho

Perú:
Andrea Cabel
Erick Ramos
Paolo Astorga

Puerto Rico:
Julio César Pol

República Dominicana:
Rosa Silverio

Uruguay:
Nicolás Alberte

Venezuela:
Gladys Mendía
Freddy Ñañez
Giuliano Salvatore
Edgar González Abreu
Estrella Gomes
Jairo Prieto
Libert Aquarela del Sol Padilla

4 may 2009

EVENTOS
Ciclo: República de Ecuador: Semana cultural en Madrid 
¡Vive la independencia! ¡Todo por la cultura!. *

LANZAMIENTO
de Colección Literatura de Ecuador

Presentación de la Colección de literatura ecuatoriana, antología de poesía y cuento y selección de novelas contemporáneas, publicadas por la editorial Alfaguara, del Grupo Santillana. Para el editor de la Colección, Javier Vásconez, este proyecto editorial ha constituido una aventura gratificante, en el sentido de que más alla de la compilación y selección de los autores se han descubierto algunos nombres nuevos.

Participan:
Mercedes Mafla, profesora de literatura en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, crítica literaria, antóloga del volumen de cuento de la Colección.

Emiliano Martínez, presidente del Grupo Santillana

Ramiro Noriega, ministro de Cultura del Ecuador

Raúl Pacheco, editor y bibliotecario, investigador de literatura ecuatoriana, antólogo del volumen de poesía de la Colección

Javier Vásconez, director editorial de la Colección, escritor y editor, especialista en literatura ecuatoriana

*fuente: Casa de América