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28 may 2011

VITRINA
(RESEÑAS Y EXTRACTOS DE PUBLICACIONES RECIENTES)

GUETTO AMERICANO (Antología)
de Ernesto Carrión
CATAFIXIA EDITORES - Guatemala


Por Wladimir Zambrano

Un guetto es un área separada donde el  existir y el  proceder se articulan, de manera que una demanda   es  el escarpelo que te divide en el imaginario colectivo, su gesto y su numeración de nombres (La condición de individuo que se levanta para hablar y  el cerco donde el origen es un edifico étnico…). La arqueología cultural que es la cohibición como tentáculo… Ausencia de muleta en una realidad religiosa e inaplicable a los sentidos…Civilización… Especie...O caminar solo, pero en compañía del primer escuadrón de los que se quedan en silencio para transmutarse, voluntaria o involuntariamente, y en mayor o menor reclusión…

Días que también son cuerpos y re significan la historia oficial como organismo patógeno. Privado de segundas versiones y maniqueamente obsesivo a la hora de reproducirse.

Finitud, oquedad, monotonía…fuerzas a las que se resiste la voz poética con admirable dominio de la imagen, sostenimiento del discurso o la redencion como ejercicio de cartógrafo de cicatrices y humedades, porque aquí como en toda la obra de Carrión “cohabitan diálogo y tormenta”.

Publicado en la Colección latina de catafixia editores, el autor reúne aquí (su onceavo tomo) parte de lo mejor de sus libros anteriores como: Monsieur Monstruo, Demonia Factory, La Bestia Vencida, Fundación de la niebla, Telegramas para Madame Monstruo, Carni vale y Los Diarios Sumergidos de Calibán (Libro I), próximo a lanzarse en la ciudad de Guayaquil.

Extracto:
a Piva
en sana comunión

aquí no hay virgen santa que se adore pero un circuito de personas se toma mi cerebro     encienden una vela a sus difuntos     recorren sus parajes      se agarran de los pelos mastican sus uñas desabridas     se lanzan de cabeza contra el pavimento carcomido de mi corteza     putos patanes pederastas niños orinando en cuadras ordenadas como soldados hombres y mujeres colgando sus corbatas sobre negros letreros     moribundos y vivos lisiados prostitutas ciegos y frágiles muchachas víboras todos con capucha     dios y el diablo comparten una vela proyectan una antigua película sobre la invertida parte de mi cráneo (ahora cine únicamente abierto para los animales) entonces pasando frío doblo la página que late: revuelvo el mundo     y la casa se quiebra como un mendigo enorme cubierto de bruma     adentro mis camisas colgadas son otros pájaros rojos cuidando de esa puerta entreabierta que no me atrevo a cruzar     pocas palabras -desde un lugar hasta hoy desconocido- van marcando un círculo de tiza dentro de mis ojos     luego cruzan el círculo marcado hasta que empiezan a arder como roedores sobre la página blanca (no recuerdo haber amado lo suficiente como para resistirme al sueño que crece a esta hora desde las baldosas)     abandono la página: mudo nuestra muerte     y me entrego sin intereses funcionales o indispensables a un sueño que derive hacia otra nostalgia     a un sueño que derive a una puesta de sol donde un niño frota sus trenes contra el herbaje del patio como un pensamiento     se me ocurre el olor del chocolate como una balsa lenta estrenando un faro roto en la memoria     pero hace tanto ya de este bullicio de esta ebriedad que no me permite hablar con otro que no sea yo mismo     de este hundir mi cabeza en la garganta que ahora solo me queda para dormir el temor de dormir     el caos incompleto de arrastrar lo que nombro bajo un millón de velas     el festín de difuntos que comienzan por la casa como el veneno     un bosque negro donde zumban animales asesinos     pasando frío



UNO SIEMPRE DEBE SER UNO


AUNQUE ESE UNO SEA INSOPORTABLE


QUE NO SE ATREVA ALGUIEN A DECIR DE NOSOTROS
QUE NO TUVIMOS LA CULPA


GUÍA DE DESPACHO
Enrique Winter
EDITORIAL CUARTO PROPIO-CHILE  


MERCADERÍA DE PRIMERA NECESIDAD
Por Víctor Hugo Díaz
 
Desde el primer poema hace una descripción física, geográfica y a la vez simbólica de un pueblo costero donde todo es pasado, donde todo es desaparición y cuyo producto final elaborado es el presente. 

Sobre esa primera patente de nostalgia se nos refuerza este imaginario con poemas como Agüero y Arquitectura, entre los cuales se arma una articulación en base al recuerdo, pero opuesto o mejor dicho inverso; en el primero el anciano pescador ya no recuerda el nombre de su hija y en el segundo el hablante recuerda claramente la conversación con su padre “Y a eso dedique mi infancia, a dibujarle rascacielos y chozas/ La pega de mi papá consiste en que no se caigan”
En este engañoso primer golpe de vista pareciera que el viaje por donde nos lleva el libro ya estuviera definido y acotado pero no es así, nada está concluido: “donde ninguna construcción se ha terminado/ para eludir impuestos o mirar las estrellas”. 

Guía de despacho es sin duda un instrumento comercial significativo o de transacción, el juego vital entre la oferta y la demanda del tiempo transcurrido y su ganancia acumulada: eso que ya no es

El hablante pretende embaucarnos con esta primera apariencia, es decir señalarnos un lugar del cual la distancia temporal y no funcional nos separa, pero del que luego, y durante todo el texto, se escapa o trafica, pasándose por debajo, saltándose el trámite hacia múltiples direcciones. Este supuesto container temático timbrado de lo que fue, no es el verdadero contenido. Guía de despacho es un documento adulterado que pretende en la mirada del lector, burlar las aduanas del sentido.

Hablo de un papeleo potente y trágico, una Orden de Compra ausente que sin duda apelaría al deseo, una Guía de Despacho que entrega  la mercadería, el producto subjetivo y experiencial que conforma un hablante-libro, cito a Patricia Espinosa: “me interesa un hablante/igual/ un texto” y finalmente la Factura que no se nombra pero siempre está presente, la no dicha pero sí declarada, declaración de ganancias y perdidas propias de los destinos; pienso en el poema Declamación “cuesta aceptar que uno es un ciruelo/que primero dio flores, luego hojas/ solamente. Recién pensar en frutos”
Los poemas en el libro se articulan en secuencia de folios, documentación aparentemente en orden desde el 94 al 130, pero un investigador-lector-contralor atento, objetivo y subjetivo a la vez, se pregunta por los anteriores, de donde viene la materia prima simbólica o es reciclaje. Es aquí donde Winter, sin hacerlo evidente muestra su pertenencia estética y establece la previa, dejando claro el lugar desde donde escribe, aquí prevalece la mirada, la construcción y la experiencia por encima de la mera palabra o el tecleo, aquí el lector se enfrenta a imágenes sugerentes, evocativas y lo más importante: concretas;es decir, lo escrito se ve. La  poesía no es sinónimo del arte abstracto y experimental de la palabra y sus aburrimientos, está ligada a la vida y su fragilidad.

Aquí el ojo se mueve y zigzaguea como por las calles y escaleras de Valparaíso, no sabiendo que sabe que igual se encontraran a la vuelta de la esquina.

Los pliegues y bisagras se entrecruzan dando ritmo y atmósfera, como un juego de manos con papel doblado que forma situaciones y lugares desplegables: “se trasluce la media no el pliegue/ ese pliegue es la piel, el comienzo de lo que casualmente se cubre/ (del sol)/….Miradas de reojo.” creando un diálogo entre el sujeto y su entorno, poesía situada: “la canción de la radio, tan parecida a lo que les ocurre/… uno sólo sostiene lo que suelta”
Por momentos esa voz se enfrenta a decisiones clave, como en el poema Bolsillos, donde la duda se centra en la elección interna y social, entre la libreta de apuntes-registro y la billetera. Otro rasgo que enriquece y da más polisemia a esta obra de Winter, son sus distintos niveles de discurso, por una parte predominante, está la mercadería, es decir los poemas como tal y por otra los textos que se refieren a sí mismos y a la reflexión acerca del cómo y a lo que en ellos está escrito,  ejemplo Valentines, en donde se habla casi desde fuera del libro, sobre éste y de sí mismo.

Guía de despacho es muestra de diversidad vital y soltura de cuerpo y palabra, pero en donde hábilmente se redondea, llegando en el último poema a la misma playa donde todo comenzó. Ese lugar costero donde llegan las ballenas muertas para ser faenadas. La ballena es un elemento enorme e inquietante que amenaza con reaparecer durante toda la lectura, una especie de pretexto desequilibrante que se dice pasado, pero que siempre está ahí, en algún lugar del mar o de la memoria.

Guía de despacho es a mi subjetivo juicio, un subir y bajar de las mareas de lo vivido, privacidad e historia, recuperación y vigencia, un intercambio o diálogo entre un sujeto sólido pero desechable, ese lugar-cuerpo, y lo exterior que lo rodea y contiene; ¿y por qué no? un “tramite” temporal que nos recuerda y visibiliza que la poesía, la buena poesía, como la que se puede tocar en este libro: fue, es y será siempre, una mercadería de primera necesidad.

Extracto:

SOTO                                                                                   0109

Un triángulo rojo al centro del pecho
stencil que pintó el sol con la camisa de molde

y el sol deja mi piel como los muros
de las piezas que arrendaba.
Deshollejo la que otra rozó

y el ojo al fin distingue los grises de una vida gris
cuya belleza no es televisable. Volantines
duermen siesta en el sauce
sin saber que cayeron.
Y al sauce nuestros nuevos ojos,
sin la mancha se quiebra mi cabeza
con la mancha se inclina a gusto.

Soy lo que toco, no quien desafina
aunque mire el mismo mar que miramos todos.
Qué ganas de empujarla
y patalee de espaldas a la niebla de las pequeñas cosas,
popa convulsa convulsionando estrías,
que en el gris se pierda
y demuestre el agua como nadie más.

Le saca la arena a los zapatos
pero la arena aparece cuando los reviso
y en vez de buscar algo de mar,
me enojo.
                  Me apoyo de boca
donde se apoyó de boca
en una escena típica de desencuentros
(televidente: vea las rodillas flectadas
los pies en medios giros).
Se trasluce la media no el pliegue
ese pliegue es de piel, el comienzo
de lo que casualmente se cubre
(del sol).
   Miradas de reojo,
la línea horizontal de las pupilas, de la boca,
dos que no se miran de frente
aunque locos bailen a la Piaf en el living
o se monten cuando en rojo el semáforo,
porque miran juntos a un punto muerto:
el mar, la tele o la avenida mientras una maneja y ambos cantan
la canción de la radio, tan parecida a lo que les ocurre.

Uno sólo sostiene lo que suelta.

Pero ella da la espalda al escenario
y me busca entre el público.

25 may 2011

CINE Y LITERATURA EN QUITO Y GUAYAQUIL


El próximo lunes 30 de mayo, la Biblioteca Pablo Palacio proyectará la película ecuatoriana: Entre Marx y una Mujer desnuda, dirigida por el cineasta Camilo Luzuriaga  y  basada en la novela homónima de Jorge Enrique Adoum

Filme que  ha participado en una veintena de festivales y muestras a nivel mundial, ganando hasta la fecha el Premio Coral a la Mejor Dirección de Arte en el XVIII Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, Mejor Guión y Mejor Banda Sonora Original en el XII Festival de Trieste en Italia.

Las proyecciones serán el día lunes 30 de mayo en:

Quito
Auditorio - Biblioteca Pablo Palacio (edificio del Ministerio de Educación-Amazonas y Atahualpa)
18h00 a 20h00

Guayaquil
Biblioteca Alfredo Pareja (edificio del Gobierno del Litoral- Avenida Francisco de Orellana Piso 3)
18h00 a 20h00

ENTRADA GRATUITA


La próxima película ecuatoriana que se proyectara será: Cuando me toque a mí del realizador Víctor Arregui y entre las películas extranjeras escogidas para esta actividad están: El beso de la mujer araña, Plata Quemada, y Las relaciones peligrosas.

LA POESIA JOVEN, UN GESTO EN PROCESO Y DESARROLLO

Entrevista de Julio Ortega al Poeta Victor Hugo Diaz
para : INTI,Revista de Literatura Hispánica N.- 70  
Chile en su literatura (1973 -2008)
Nueva York - 2010 


Julio Ortega  1. Si quisiera Ud. recordar su primer poema, o su primer libro  ¿podría evocar el impulso inicial de su escritura?  Aleixandre dijo que se hizo poeta el día que leyó un verso de Rubén Darío. ¿Cómo se reconoció Ud. en diálogo con la poesía?

Víctor Hugo Díaz   Siempre he pensado y a la vez dudado si soy o no un escritor, ya que me parece prioritario la experiencia poética por encima de la escritura, es decir el descubrimiento o el “shock” antes que la página en blanco por llenar. Pienso que este malentendido oficioso ha llevado a grandes confusiones e incluso fraudes productivos y no productos seductores.
De niño alucinaba y conocía la historia, sobre todo antigua, con lo que desarrollé la tendencia a la ficción interpretable (la realidad es quizá más sorprendente que lo imaginado y de ahí mi obseción por trabajar con lo material al servicio de la composición significativa).
En una familia donde la opinión y la crítica no tenián interes ni lugar, surgió la primera pregunta: si yo estoy aquí, donde están mis hermanos ausentes, los que no han nacido o, como siempre he tenido pasión por las piedras, pensaba que si me botaban la colección, ellas seguirían su proceso de piedras y yo mi finictud. Creo que eso me iluminó, la noción de azar y término inevitable.
Mi formación inicial no fue literaria, fue la esquina y la música, no como género artístico sino como respuesta y resistencia al sistema, el rock (hendrix, etc), pensemos en la dictadura imperante, con toda la duda y desconfianza en el sistema político pro o anti dictadura, había algo que los otros no veían, esa “falta” es la poesía, no es decir algo de otra forma, no decir sino hacerlo visible. Algunos versos me tocaron y me di cuenta de que ésta era la elección de género creativo que más me acomodaba y excitaba: “América, por qué tus bibliotecas estás tan llenas de lagrimas” (Ginsgerg); o “De esto surge un poema/ de estar en un lugar que no es el nuestro y peor aún/ no nosotros mismos” (Wallace Stevens) o “Estos son pues los años venideros/ todo lo ibamos a resolver ahora/ teníamos la vida por delante” (Lihn). Y desde luego lo trágico y total de Vallejo y Baudelaire, no Rimbaud, eso lo asocio más a la escritura y por tanto productividad, igual burguesía inteligente, cálculo y modificación del discurso anterior. Parece que la poesía y su sustento están relacionados al paso del tienpo: “Este verano cumpliré los cincuenta/ y la muerte me desgasta incesante” (Borges). Independiente de lo anterior, siempre he sentido placer por el ritmo y las formas.

J.O.  2. A sus lectores les gustaría seguramente conocer su biblioteca,  esa ilusión de un árbol genealógico del poeta. ¿Que libros de poesía, si alguno, motivaron la juventud de su ejercicio poético? ¿El poeta, inventa a sus precursores o, mas bien, imagina a sus lectores?

V.H.D. A mí me parece que el poeta inventa a sus precursores, tanto por establecer vínculo y acogerse a una tradición, a un modo afín de tomar partido por cierta concepción de poesía, como por escribir como se cree que se debe escribir mirando hacia atras y hacia el lado, buscando diálogo con algunos autores. Además el poeta en este diálogo con lo ya escrito, reinterpreta desde su tiempo y mirada algunas praxis e imaginarios a manera de impulso.
Al mismo tiempo se escribe para alguien, aunque sea para uno, esa emición expresiva tiene necesariamente un lector (ideal), la posible interpretación ya  significa un lector, el hablante tiene que ser capaz de estar en la cabeza de los otros.
Respecto a los libros, si bien es cierto he perdido o alejado físicamente algunas de mis bibliotecas temporales, creo en libros indispesables que siempre están en uno, prefiero decir autores: Eliot, Vallejo, Kavafis y Lihn estre otros, porque de ahí las cosas se me escapan de las manos.

J.O. 3. A lo largo de su obra, ¿se ha encontrado a sí mismo en su propia voz? ¿O la voz es siempre la de otro, la imagen en el espejo del lenguaje? Yeats parece que obedecía a un dictado profuso. Borges, a las simetrías de la memoria rimada. ¿Qué es primero, la imagen o el ritmo?

V.H.D. En mi lo primero es la sorpresa, la aparición de la experiencia poética que va ligada a la imagen, allí lo poético se hace, vive y trata de entrar en los otros. El ritmo es simultáneo, es parte de la forma, pertenece al cuerpo del poema, además es el movimiento de lo dicho. Respecto a la voz, no me queda claro, a veces creo ser yo quien habla y a veces me parece un susurro, una conversación que se oye al paso, una visita inesperada.

J.O. 4. ¿A usted no le ha tentado alguna vez la necesidad de formular una poética? O de alguna manera ¿su poesía es una reflexión sobre el poema?

V.H.D.  Formular poéticas, lo asocio a poner límites, demarcación, nada es estático en poesía, el desplazamiento es su naturaleza. Creo que las obras cuando te llegan y te hablan en toda su dimensión te están planteando su modo y su desnudez, exhibiendo en sí mismas el cómo y porqué están escritas. Si se escribe pensando en cómo se debe escribir poesía en un tiempo y lugar, implica una reflexión permanente y una duda.

J.O. 5. ¿Frecuenta Ud. la primera persona como comienzo del discurso poético? ¿O prefiere dejar el "yo" a los novelistas? Puede, en definitiva, el lenguaje representar al "yo" asignándole una identidad cierta? ¿O el "yo" es una licencia de la Retórica?

V.H.D. Prefiero el desdoblamiento y alejarme de un posible yo íntimo, personal, como decía anteriormente: prefiero estar en la cabeza de los otros. Prefiero las voces diferidas, distintos hablantes que buscan dar cuerpo a una voz pública encarnada en escenas, detalles (observación) y fragmentos que hagan levantar la mirada. Prefiero entonces el yo poético, a fin de cuentas, esa es la voz con que el poema nos habla, el sujeto que habita ese espacio y en ningún otro. Un yo retórico me parece aburrido; la buena poesía hace visibles sus elementos en toda su expresión, el yo retorico, habla acerca de ellos.

J.O.  6. ¿Que sintonías cree Ud. haber establecido con otros poetas y escritores de su país y su lengua? Si tuviera que hablar de su ejemplo o lección, ¿cómo definiría la opción de pertenencia de su obra?

V.H.D.   La línea que se pueda establecer hacia atrás y hacia el lado, por lo menos en Chile, es super personal, pero diría que la cosa de hoy empieza en Parra, más con Lihn, Gonzalo Millán, Zurita, el primer Harris, quizá Maquiera y los post 87 o “Barbaros”, en que comienza un proceso que como concepto o marca registrada podríamos llamar “Poesía Joven”, un gesto que está hoy en pleno proceso y desarrollo.

J.O.  7. Y, por otro lado, ¿cuál sería la lección de lectura y escritura que cree  inculcar en los nuevos practicantes y lectores?

V.H.D. No escribir lo innecesario, evitar la retórica, esforzarse en buscar imaginarios propios, explorar la mitología personal y tener claro que en los buenos poemas no se ve la tinta, la letra impresa, como dije antes, el poema se hace visible a primera vista, no es “hablar” de él, de “eso”.

J.O.  8. Sobre las intersecciones  con los contextos, ¿qué papel, si alguno, le concede Ud. al poema entre las formas de discurso que se disputan hoy la racionalidad civil y el  significado de nuestro plazo en este globo?

V.H.D. Hoy los discursos y espectáculos están dirigidos al dominio y el consumo irracional y cruel, éstos reemplazaron a la experiencia o al menos intentan hacerlo, para eso fueron diseñados. Pienso en lo que dice O. Paz, al afirmar que la poesía no es ficción, es el real maravilloso cotidiano, descorre entonces el velo de lo producido y muestra algo en su plenitud. Reestablece el poder del símbolo y saca al lenguaje de su pura funcionalidad, le devuelve su libertad  y su independencia expresiva, como dicen: escribir es un pretexto para no aplaudir.

J.O.  9. Se debate hoy el sentido de la creatividad, que se definiría por la capacidad de abrir espacios de respiración y visión. ¿Qué momento de su poesía encuentra privilegiado por la luz y la sombra del lenguaje?

V.H.D. No me queda claro si logro lo que busco, pero creo que sería en el momento en que lograra hacer de lo familar algo enigmático, una poesía en apariencia hecha de elementos, de materiales y objetos, como un abismo superficial, pero capaz de llegar a primera vista con todo su peso e impacto de lo real maravilloso. En ese sentido busco lograr o entreabrir esa respiración y visión.

J.O.  10. Si usted tuviera que definir su personalidad poética, ¿qué parte de su experiencia personal y nacional cree que ha gravitado a la hora de crear espacios alternativos a los impuestos por nuestro tiempo? Dicho de otro modo, ¿cuánto de su condición local se ha liberado como abierta al mundo?

V.H.D.  Pienso en Eliot, en una entrevista que leí en algún lugar, cuando dice que el asunto de la poesía se trata de plantear el problema universal (supongo es el estar aquí, ahora  y ser finitos) pero en un lenguaje nacional, local. En tal caso se trataría de rescatar, modificar y reutilizar los elementos y signos de nuestras culturas locales, es decir las mitologías personales en cada “tribu”, urbana, etc.
Ahora rerspecto a la experiencia personal, sin duda está presente, debe estarlo, no creo en una poesía ligada exclusivamente a la intertextualidad, al gran discurso de “lo poético”, una poesía fabricada o de libros abiertos. Si bien es cierto la  literatura es personal y por qué no decirlo autobiografica, no se limita a eso. En otras palabras busco acercar o construir con lo personal un discurso público, pero en un sentido profundo. Por ejemplo mi ciudad, Santiago de Chile (sus contradicciones, neurosis, transformación fisica, etc) está fuertemente presente en mis textos, pero al mismo tiempo es un material de construcción un pretexto de escritura.

J.O. 11. Vivimos en el descreimiento mutuo, favorecido por la pobreza de las comunicaciones y la violencia diaria de las representaciones públicas. ¿Cuánta fe en el otro es posible todavía en la poesía?  ¿Hay un sentido más puro  en las palabras de la tribu? ¿O ese dictamen modernista ha sido reemplazado por "un sentido de la realidad de los mil demonios," esa furia civil del poeta del margen, proclamada por Nicanor Parra?

V.H.D.  La furia civil es imprescindible, recordemos lo que dije antes: escribir es un pretexto para no aplaudir (no recuerdo el autor).  El lenguaje de la tribu tiene toda esa carga expresiva y ancestral, pero debe ser traducida al sentido de lo moderno; más aún recuperar lo ancestral, toda esa materia prima simbólica que el poeta contiene, pero en mitologías o hablas totalmente actuales, creo que eso mantiene en movimiento a la poesía. Hay que evitar o despreciar el “terreno seguro”, descorriendo ese velo hay dialogo, movimiento y lectura.

J.O. 12. Le agradeceremos elegir un poema suyo y comentar que representa en su trabajo, y qué ha descubierto de su propia poesia en ese texto.

V.H.D. Preferiría citar sólo un fragmeto del poema Frágil, de Lugares de uso:

“Las flores artificiales
también florecen, pero en invierno
su polen es el musgo

No requieren de luz sino de tiempo para volverse necesarias.”



Víctor Hugo Díaz (Santiago de Chile -1965) Ha publicado La comarca de senos caídos (1987), Doble vida (1989) y Lugares de uso (2000) No tocar (2003) y falta (2007). Fue antologado en Antología Fundación Pablo Neruda (1990) y en Ciudad poética post, Diez poetas jóvenes chilenos (1992). En 1988 obtuvo la primera Beca de Creación Taller Pablo Neruda y en 2002 la Beca de Creación del Consejo Nacional del Libro y la Lectura. En 2004 recibe el Premio de La Fundación Pablo Neruda por su trayectoria literaria. Sus textos han aparecido en diversas revistas y muestras poéticas. Además cuenta con varios artículos críticos acerca de su obra.

16 may 2011

Fernando Escobar y Ernesto Carrión lanzan nueva obra en Quito

Este Jueves 19 de mayo, a las 20h00  en  el CENTRO CULTURAL CASANOSTRA (Wilson  E-969 y Tamayo), lanzamos los libros MISS O 'GINIA de Fernando Escobar Páez y LOS DIARIOS SUMERGIDOS DE CALIBÁN de Ernesto Carrión con la editorial DOBLE ROSTRO.

MISS O'GINIA será presentada por el escritor Huilo Ruales




y LOS DIARIOS SUMERGIDOS DE CALIBÁN por César Vásconez




El precio de los libros esa noche será de $ 10 cada uno ...
 Y si quieren acceder al COMBO DE LA MALDAD (Escobar Páez + Carrión), se les deja el precio en $ 15.

4 may 2011

ADIÓS A ERNESTO SÁBATO (1911-2011)

 


"Puede parecer un acto de horrible esnobismo que tres crisis fundamentales de mi vida se sucedieran en París, pero efectivamente así fue. La primera se produjo en el invierno de 1935, cuando yo era un muchacho de 24 años. Desde 1930 milité en la Juventud Comunista, cuando la dictadura del general Uriburu. Abandoné estudios, familia y mis comodidades burguesas. Viví con nombre supuesto en La Plata, en cuyos suburbios estaban los dos frigoríficos más grandes del país, donde se explotaba despiadadamente a toda clase de inmigrantes, que vivían amontonados en tugurios de zinc, rodeados de pantanos de aguas podridas. Repartíamos manifiestos, participábamos de la organización de huelgas. Hacia 1933 fue, ya secretario de la Juventud Comunista, cuando habían empezado mis dudas sobre el estalinismo, y entonces resolvieron mandarme a las Escuelas Leninistas de Moscú, a purificarme. Si hubiese ido, no habría vuelto jamás vivo. Tenía que pasar previamente por Bruselas, por un congreso contra el fascismo y allí supe con horrendos detalles de los "procesos" de Moscú. Me escapé a París, viví un invierno muy duro en la piecita de un compañero disidente, mientras el partido me buscaba. Logré volver a la Plata, donde proseguí mi carrera en física-metemática. Cuando terminé me dieron una bourse para trabajar en el laboratorio Curie, donde trabajé durante casi un año y, allí en París, asistí a la ruptura del átomo de uranio, que se disputaban tres laboratorios: ganó la "carrera" un alemán. Pensé que era el comienzo del Apocalipsis. Viví en una confusión horrible, mientras escribía mi primera novela y cometí la infamia de dejar que Matilde se volviera a la Argentina con nuestro primer hijo, de pocos meses, mientras yo tenía una amante rusa. La tercera crisis fue consecuencia de todo esto, y de mi vínculo con los surrealistas: Domínguez, Matta, Wifredo Lam y otros. En otro día de invierno fuimos con Domínguez, a la tarde, al Marché aux Puces y volvimos después en el Metro hasta Montparnasse, donde tenía su estudio Domínguez. En la calle, ya era de noche, en un especie de nevisca, Domínguez se detuvo y me dijo:"¿Qué te parece si esta noche nos suicidamos juntos ?" No era una broma, era muy propenso, como lo probó años después. Yo me negué, aunque también me atraía el suicidio: me salvó mi instinto, y aquí estoy, junto a la Matilde de todos los tiempos, una de esas "mujeres fuertes de la Biblia", que está muriendo, en medio del dolor más profundo de mi vida, en el final de una existencia muy compleja." (Ernesto Sábato, 24 de enero de 1995)

BIOGRAFÍA*

Rojas, Argentina, 1911 - Santos Lugares, 2011) Escritor argentino. Ernesto Sábato se doctoró en física en la Universidad de la Plata e inició una prometedora carrera como investigador científico en París, donde había ido becado para trabajar en el célebre Laboratorio Curie. Allí trabó amistad con los escritores y pintores del movimiento surrealista, en especial con André Breton, quien alentó la vocación literaria de Sábato. En París comenzó a escribir su primera novela, La fuente muda, de la que sólo publicaría un fragmento en la revista Sur.


En 1945, de regreso en Argentina, comenzó a dictar clases en la Universidad Nacional de La Plata, pero se vio obligado a abandonar la enseñanza tras perder su cátedra a causa de unos artículos que escribió contra Perón. Aquel mismo año publicó su ensayo Uno y el Universo (1945), en el que criticaba el reduccionismo en el que desembocaba el enfoque científico. El ensayo prefiguraba buena parte de los rasgos fundamentales de su producción: brillantez expositiva, introspección, psicologismo y cierta grandilocuencia retórica. 

Su carrera literaria estuvo influida desde el principio por el experimentalismo y por el alto contenido intelectual de sus obras, marcadas por una problemática de raíz existencialista. Así, El túnel (1948) ahonda en las contradicciones e imposibilidades del amor, mientras que Sobre héroes y tumbas (1962) presenta una estructura más compleja, en que los diversos niveles de la narración enlazan vivencias personales del autor y episodios de la historia argentina en una reflexión caracterizada por un creciente pesimismo. Ambas novelas tuvieron gran repercusión y situaron a Sábato entre los grandes novelistas latinoamericanos del siglo.

fuentes: www.literatura.org/ biografiasyvidas.com