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29 ene 2013

La Revista Casa de las Iguanas junto con Casa Morada, Fondo de Animal Editores y Cadáver Exquisito ediciones presentan la primera edición del Premio Nacional de Poesía Emergente "Desembarco 2013" que premiará a un poeta de hasta 30 años de edad con la publicación del libro ganador. Iniciativa que busca estimular a jóvenes creadores de nuestro país.
La premiación y presentación del libro tendrá lugar durante los días del encuentro anual de poesía Desembarco Poético (pleamar 2) 


24 ene 2013


Ante la evocación de una literatura andina, como un hilo identitario que acercaría a los países, ¿cabe preguntarse sobre si la poesía es andina o no?

Creo que no va por ahí. En Quito mencioné que es mucho más importante que Vallejo haya sido poeta que peruano. Es mucho más importante que Adoum haya sido poeta que ecuatoriano. Creo que los poetas son mucho más nacionalistas de la letra o del poema que de una demarcación más bien arbitraria. 


¿Sucede lo mismo cuando se trata de ubicar a los poetas dentro de un canon literario, dentro de una corriente como el neobarroco, realismo, etc.?

Claro, eso es más importante para los antologadores, los que quieren armar cánones, ordenar cosas que en principio son bastante desordenadas. Creo que para bien o mal la poesía la hacen los poetas, personas individuales que escriben sobre ciertas cosas. Lo que tenemos que pedir es que se siga escribiendo con el mayor nivel de excelencia posible y luego atenerse a las consecuencias, porque me imagino que bajo ciertas perspectivas un poeta puede ser derechista, izquierdista, andino, lo que fuera, y regresamos al problema de Céline o de Pound… pero son buenos poetas, escritores. 

En esta época y bajo algún tipo de perspectiva, lo importante es escribir bien, cosa que no se está haciendo. Y por eso es que seguimos releyendo a Vallejo, Adán o Blanca Varela.


¿En qué radica ese escribir bien?

Creo que quien escribe bien escribe en contra del poder. En principio, en contra del poder lingüístico, en contra del lenguaje. En todo caso a mí siempre me han interesado más poetas y escritores que no escriben “con” sino “contra” la lengua. Vallejo es un ejemplo casi trillado de esto con Trilce. Creo que lo que se revela cuando escribes contra el lenguaje es que escribes en general contra el poder político, religioso, etc. Esto es tanto práctico como ideológico. Práctico en el sentido de que, por más que tengas buenas intenciones si no escribes bien no escribes bien y punto. Pero, por otro lado, creo que tiene que ver con asumir una especie de ética relacionada con lo que Fray Luis de León, en su traducción del Cantar de los Cantares, llamaba la corteza de la letra, la cáscara de la letra, el sonido de la letra. No se trata de escribir para convencer, los poetas no escriben para convencer a nadie, presentan algo y si alguien agarra y hace algo con eso es fantástico. 

También creo que es importante hacer cosas que no se hayan hecho antes: propuestas nuevas, originales, creativas. 

Al mismo tiempo escribir bien no significa ignorar la tradición. Nadie escribe de la nada. A veces existe el caso del poeta tonto al que le salió y escribió un buen poema y es interesante, pero no escribe dos.


¿Cómo escribir en contra del lenguaje con el lenguaje? 

Esa es la gran paradoja. Tiene que ver mucho con esta cabronada del lenguaje que nos permite hablar del lenguaje. Hay que asumir esto, no hay ninguna otra posibilidad. Una vez que lo asumes creo que hay una serie de formas de escribir al límite, al borde, olvidarse un poco de la idea de que escribimos para comunicarnos con el resto y arriesgarse a que lo que estás diciendo pueda romper algo por algún lado. Pero claro, esto no sirve para tomar el poder, justamente por eso creo en el anarquismo poético –en el mejor sentido–: no en el que indica coger una bomba y matar al archiduque sino en el sentido de arriesgarse y escribir bien, pegado al límite del lenguaje, no repitiendo cosas que ya sabemos, no cayendo en la idea de escribir para vender, que es un riesgo que la narrativa padece de forma más directa que la poesía.


Pero si al tocar a la poesía estamos asumiendo el ingreso a un territorio donde el lenguaje no es suficiente, ¿cómo ser original?

No queriendo serlo. Ese es el primer error que se comete. Los chicos sueñan con ser originales, con escribir como nadie, pues bueno, buena suerte. Creo que es indispensable hacer un trabajo serio, escribir con la tradición a un lado y con el cuchillo al otro, tratar de labrarte algo… Existe la posibilidad de que lo hagas, no es una meta.


Pongámoslo de otra manera…

Distingamos poemas de poesía. Nadie escribe poesía, se escriben poemas. Cuando ese objeto está bien hecho hay una especie de regalo de Dios, se convierte en poesía que tiene esta cosa trascendente, casi sobrenatural, te salió bien. Al objeto poema no hay que sobrevalorarlo, se puede hacer. Ahora, hacer uno bueno requiere trabajo, si quieres inspiración, si quieres lo que fuera. Buenos poemas hay un montón, como objetos. Sin embargo, esa debería ser la meta: no hacer poesía sino buenos poemas, y después ver si esos objetos tienes eso que los convierte en poesía.


Eso dejaría a la poesía fuera del esfuerzo del poeta

Yo creo que es así.


¿En manos de quién?

Del lector, del lector profesional que es el crítico, del lector común. Por alguna razón hay ciertos poemas que resuenan dentro de una comunidad y esos sobreviven. Y sobreviven de la manera como sobreviven los poemas, es decir, se releen. Una de las ventajas que tiene la poesía que está bien hecha es que no es biodegradable. Muchas veces leemos las últimas publicaciones, en narración, especialmente, y no se las puede volver a leer, desaparecen dentro del sistema comercial en el que necesitas comprar una cosa y otra y otra. Lo peor que puede pasarle a una compañía editorial es que la gente relea las novelas que ya tiene. No vendería nada. Pero la poesía se relee mucho más. Ahora, también existen poetas que hacen buena poesía –en el sentido del que hemos hablado– y, sin embargo, no son conocidos. Eso también ocurre.


Escribir con la tradición de un lado es, a la vez, escribir con el lenguaje en el que se sostiene esa tradición. ¿Cómo tener de aliado al mismo enemigo?

El caso más evidente: en el Perú todos dicen “es imposible escribir poesía si no has leído a Vallejo”. Hay quien dice que no lo ha leído, intentando salirse de eso, pero cuando escribes lo ves ahí y te das cuenta que alguien lo ha leído por ti y se te ha quedado. Es mejor leer la fuente directa. Ahora, ¿qué hace Vallejo? En Trilce, especialmente, escribe de tal manera que logra armar uno de los libros más difíciles que tiene la lengua castellana, un libro al que le proponemos las preguntas equivocadas, queremos saber qué quiere decir Vallejo, cuál es el mensaje de Vallejo, y no va por ahí, no va por el mensaje, va por otro lado y –precisamente– ese “lado” por el que va es destruir la autoridad de la lengua, hablar de otra manera y jugarse el riesgo de que, tal vez, esa otra manera sea una especie de hueco negro. Vamos al otro extremo que son los últimos poemarios de Blanca Varela, a partir de Concierto Animal. ¿Qué hace la poeta? Escribe versos que son casi literales, es decir, casi no hay imagen que no sea la imagen real de estos versos. Dice: una mujer lleva una canasta sobre su cabeza y es una mujer que lleva una canasta sobre su cabeza. Sin embargo, a pesar de ser absolutamente literal, produce una poesía de altísimo nivel. ¿Cómo lo hace? Por un lado, Vallejo lo hace diciendo no es por aquí, es casi al extremo de la lengua; en cambio Varela dice: no, es exactamente en el centro de le lengua. Es muy difícil hacerlo, por eso muy poca gente ha logrado poesía; por eso la importancia de saber la tradición, no para escribir como Vallejo, como Blanca Varela, sino para ver en ellos ciertos modelos de qué cosa puedes hacer para desestabilizar un poco el poder de la lengua. 


Si es así, el poema, en esencia, estaría hecho del lenguaje

Sí, está hecho de palabras, sonidos, de cuyos significados dudamos. Cuando alguien dice perro no es solamente perro, cuando alguien inventa una palabra le queremos dar otros significados. 


¿Eso sería un problema para leer poemas?

El problema es que estamos acostumbrados a leer demasiado pegados a la necesidad de que algo signifique algo, nos gustaría que si alguien dice mañana me voy al cine a las 3 de la tarde, eso signifique que mañana me voy al cine a las 3 de la tarde. Es el lenguaje ideal de un ministerio donde todo calza entre palabras y cosas. Sabemos que no es así: las palabras no calzan con las cosas, y más aún, las palabras no calzan con los significados. Hay un desfase entre los sonidos que producimos cuando hablamos y las marcas que producimos cuando escribimos. La poesía, justamente, trabaja en ese terreno del desfase, entre los sonidos del lenguaje y esa otra cosa que va con ellos, objetos a los que estos sonidos refieren o conceptos, ideas, significados… que están conectados de alguna manera con estos sonidos.


Entonces, ¿es el sonido el que define al lenguaje?

Hay dos formas de entender esto. Y ahora soy el lingüista más que el poeta. Aristóteles decía que el lenguaje es sonido con significado. Chomsky –dos mil años después– dice: no, el lenguaje es significado con sonido. Y, en el medio, hace cien años, Saussure dice: no, el lenguaje es la relación entre estas dos cosas, no hay una sin la otra. Escoge ahora: ¿eres aristotélico, saussureano o chomskiano?

El problema central que tenemos en el lenguaje es que el sonido remite hacia ciertas ideas, de tal manera que si digo “perro” eso te remite a algo, pero si te digo “rrope”, que es perro al revés no te remite a nada. El lenguaje es estos sonidos que te remiten a otra cosa. 

El poema justamente se inserta en eso: el poema en el fondo es una filosofía del lenguaje, una teoría sobre la relación entre el sonido y algo más, por eso mismo escribimos, para explorar esos límites, no para expresar una teoría a lo Aristóteles o Chomsky, sino para dar nuestra propia teoría de por qué no calzan las palabras con las cosas, los sonidos con las cosas, y por qué, a pesar de todo esto, yo puedo expresar cosas que a la tribu le parecen interesantes. 


¿No es tan descabellado pensar en que una es la cosa que uno quiere decir y otra es la que el lenguaje le permite decir?

En el fondo uno solo dice lo que el lenguaje le permite decir. Pero, algunas veces, el lenguaje se va de vacaciones o hace una siesta y, en esos momentos, uno puede hacer travesuras con el lenguaje, las mismas que rápidamente son subsanadas, nombradas como tonterías, sin sentido, etc. La historia de la literatura es la historia de un montón de movimientos. El Dada, por ejemplo, ha insistido en la tontería, en el sin sentido, porque hay algo ahí que fastidia a este poder que tiene el lenguaje de hablar a través de nosotros. 


Mirándolo así el lenguaje se vuelve el techo contenedor del intento poético. ¿Ya no podría entonces la poesía poner en crisis a su propia casa?

Sí, la pone por momentos, pero el lenguaje resana sus heridas muy rápidamente, de la misma manera que el mundo resana sus heridas. El Che Guevara, el gran revolucionario de los años 60, se convirtió en el ícono de moda pop que apareció en los polos de todos los chicos nacidos 40 o 50 años después. En los años 50 y 60 del siglo XX, la gente se empezó a dejar crecer el pelo hasta que esto se volvió normal. Es decir, hay una forma que tienen estos sistemas, inventados por los seres humanos (llámalos capitalismo, comunismo, lo que quieras), que es muy sabia para resolver sus propias crisis internas. Entonces sí, se puede escribir para poner en crisis el lenguaje pero se va a subsanar por sí mismo. 


¿Por qué seguir intentado si el lenguaje impone?

El lenguaje impone esta cosa mal sana que nos hace creer que el lenguaje sirve específicamente para comunicar, yo creo que es mentira. Todo el mundo cree que el momento en que no te comunicas, el lenguaje, las instituciones, la sociedad, se molestan y se abren. Yo creo lo contrario: así como en una universidad la única forma de enseñar es al margen de la ley, los poetas tienen que escribir al margen de la lengua. 


Ahora que hablamos de los sistemas, quizá una de las diferencias más visibles en la actualidad es la facilidad con la que el capitalismo ha hecho del lenguaje narrativo un objeto de mercado. ¿Qué ha pasado con el lenguaje poético?

La narración es mucho más marqueteable porque te cuenta una historia. El capitalismo o el sistema, en general, han hecho que los novelistas sean considerados personas serias. Si ocurre un suceso en un país pueden pasarle la voz a Vargas Llosa para que opine, nunca a un poeta. Los poetas siempre son tomados como loquitos, no son confiables. Los narradores, en cambio, son confiables, dicen cosas serias, morales, los poetas no, los poetas se mandan por su lado. Esta es la imagen que tiene el sistema. Los poetas son antisistema normalmente. Por eso los poetas que van a los coctelitos de las Embajadas son muy raros, se emborrachan porque no aguantan una cosa así. El narrador va al coctelito y espera que lo inviten al próximo.


¿Es un modelo?

Creo que es un modelo que muchos de los narradores actuales están siguiendo, el modelo Vargas Llosa, el modelo de tener un sitio en la literatura junto con el ingeniero, el arquitecto, el cura, el obispo… Al narrador le piden opiniones, le dan premios de cosas, lo hacen uno más. El poeta, en cambio, no entra porque se le tiene una desconfianza profunda.


¿Qué hay de atractivo en ser un ente anónimo, en ese caso?

No creo que prospere mucho en un sistema como éste, pero nada es para siempre. Los poetas lo único que pueden hacer es lo que hacían los monjes en la Edad Media: seguir escribiendo sus poemas y esperar que esto pase. Tal vez te lean más personas. 


Eso es un sueño…

Es una vergüenza los tirajes de poesía. ¿Cuánto se lee? Lima tiene más de nueve millones de habitantes y no tiramos más de doscientos cincuenta o trecientos ejemplares, quinientos cuando eres bien conocido. De eso no se vende toda la edición. Esencialmente nos leemos entre nosotros. Es difícil abrir este mercado, convencer a la gente de leernos porque no prometemos entretenimiento, prometemos esta otra cosa que la gente no quiere que se la prometan. 


¿Desde su experiencia como fundador de la Revista Literaria Hueso Húmero, cuál es la importancia de este tipo de órganos de difusión para la poesía, impresos y virtuales?

Es importante que todas estas reflexiones del lenguaje, experimentaciones e intentos sean conocidos, que lleguen o no al fin es otra cosa, pero los intentos de decir: oye, hay otra forma de ver esto, se conocen; saber que está ahí, a disposición de la gente, enterarse por dónde están experimentando ciertas personas, qué están proponiendo... Creo que esa es una labor muy importante aún con los tirajes y la virtualidad limitados. 


¿Cómo mira el panorama actual de la poesía peruana?

Cíclico, como siempre ha sido. Ahora estamos en la parte baja del ciclo, no hay nada muy interesante que haya leído últimamente. El último boom fue a comienzos del año dos mil: jóvenes que empezaron a escribir bastante bien. Ese empujón se ha esfumado. Los más interesantes son los casos de poetas de períodos anteriores que siguen escribiendo bien. Incluso he visto que muchos poetas han optado por hacerse narradores y han escrito cuentos, novelas, etc. Han intentado por ahí. 


Mario Montalbetti (Lima, 1953). Hizo estudios de literatura y lingüística en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Mientras era estudiante en la PUCP editó su primer libro de poemas, Perro Negro. 31 poemas en 1978. En 1979 fundó junto con MIrko Lauer y Abelardo Oquendo la revista cultural Hueso Húmero. En el primer número de esta revista publicó uno de sus más importantes poemas, Quasar. En 1995 editó su segundo libro, sumamente experimental, titulado Fin desierto. En la década de los noventa ublica dos libros más el racional Llantos Eliseos y el excelente e intimista Cinco segundos de horizonte.Viajó a los Estados Unidos donde obtuvo el PhD en Lingüística por el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Ahí fue alumno de Noam Chomsky.

23 ene 2013


¿Por qué poesía y no otro género?
Porque la poesía tiene sobre los otros géneros dos posibilidades, o si se quiere, dos ventajas: la imagen y el sonido.

¿La poesía debe expresarse con un lenguaje común a todos o con uno completamente distinto?
No considero que exista un “deber” respecto al lenguaje que vaya a utilizarse. No hay siquiera limitaciones de registros lingüísticos. El lenguaje, ampliamente considerado, es un material.


¿Crees que la poesía influye al lector? ¿Y cómo mides esto?
Quizás la única influencia, medianamente identificable (no mediable), consiste en la capacidad de la poesía de seducir al lector con la idea de ser autor, porque no sé si la poesía hace del lector una mejor o peor persona, o si es posible decir que salva vidas o destruye, o que ha hecho que alguien se levante en armas o que ceda el asiento a los ancianos, lo que es posible decir es que un poeta, antes de serlo, ha leído poesía.


¿Qué piensas de la poesía de tu generación, cuáles serían sus rasgos más detectables? ¿Te sientes identificada con ella?
Pienso (y para decirlo acudo en parte a lo dicho por Mónica Velásquez1) que la escritura de esta generación muestra cierta nostalgia, nostalgia por las “glorias poéticas” del siglo pasado (las vanguardias, el neo barroco, la poesía visual). Ya no se “crea”, en el sentido estricto del término, se explora y se re-experimenta, se retoma y se re-escribe, se re-utiliza y se re-significa. A esto se suma el afán por recurrir a otras artes y el fuerte presencia del universo de la tecnología. El resultado es una poesía-pastiche y el pastiche es la esencia de esta generación a la que pertenezco.

¿Hacia qué horizonte lírico se dirige tu poesía?
Seguro que a ninguno porque no considero que hayan horizontes, ni puertos, ni certeza alguna con la poesía. Además porque hay en ella mucho de contemplación.

¿Qué libros vuelves a leer?
Ninguno en particular y ninguno por completo, releo fragmentos de varios, fragmentos de esos que provocan algo parecido al desconcierto: algo inolvidable ha ocurrido pero no sabes bien qué, algo pasa ante tus ojos, algo huidizo, y entonces es preciso volver sobre ese instante, es preciso releer el fragmento.

¿Cuál es el papel del poeta ante la escritura, y más allá, ante la sociedad y su realidad
histórica?
El único papel del poeta ante la escritura es “ejecutarla”, es “hacer” la escritura. El poeta es un engranaje de esa gran máquina que es la poesía, por tanto, escribir hace que la poesía siga en marcha. Ser parte de esa máquina es una decisión personalísima y quizás ocurra que el propio poeta desconozca las razones en las que se funda tal decisión. Pero el “arte por el arte” y la “función social de la poesía” son nociones que, considero, han sido superadas por convicciones particulares: no hay escrituras “políticamente correctas” porque en la poesía no hay convenciones de ningún tipo, no hay deberes. El poeta tendrá sus pretensiones, fijará sus metas, se arrogará un rol, quizás; pero, en verdad, nada lo obliga. ¿Acaso se condenará al poeta que tematice la invasión de Francia a Mali? ¿Acaso se premiará al que no lo haga? ¿Será más poeta uno que el otro? ¿Acaso callar o evadir no revelan también una postura?

¿Crees que la poesía debe estar atravesada por tu propia experiencia de vida, o no?
La poesía necesariamente está atravesada por la experiencia de vida. La categoría “poeta” no excluye a la categoría “persona”. Los autores suelen hacer de sus experiencias de vida el eje temático de su obra, se inscriben incluso, en sus textos, como voces poéticas,con sus nombres y apellidos. Si el producto, lejos del biografismo y desprendido de la referencialidad, puede llamarse “poema” y no “diario de vida” habrá que celebrarlo.

¿Qué elemento, según tú, hace que un poema sea más duradero y valioso que otros?
La imagen, por su unidad, por su inmediatez. Las palabras que la crean podrían ser olvidadas, pero eso que son capaces de generar, eso tan semejante a un flash, ese golpe visual que se inscribe en el lector, en su cerebro, en su corazón, eso es lo que hace del poema algo duradero y valioso.

¿Por qué se consume poca poesía?
Porque a las personas les gustan más las historias.

¿Qué es lo más frustrante de escribir Poesía? ¿Y qué es lo más gratificante?
Lo más frustrante de escribir Poesía es tener en frente a esas maravillosas obras, a esos grandes autores que, tal parece, no dejaron ni un cabo suelto para dar la oportunidad de atarlo: lo hicieron todo y todo lo dijeron. Pero es gratificante que alguien descubra algo, sienta algo, al leer tus humildísimos poemas.

¿Se escribe con la cabeza, con la sensibilidad, con la inteligencia o con la intuición?
Con todo. Hasta con el cuerpo. No son elementos excluyentes. Quizás la sensibilidad y el cuerpo están más presentes en los primeros borradores, pero se corrige con la inteligencia y con la intuición.

¿Qué opinas de los premios literarios?
Los premios literarios son útiles como currículo y como ingreso económico.

¿Qué no es Poesía para ti?
La profusión de frases sentimentales no es Poesía, ni lo son aquellas creaciones textuales que necesitan de otros textos para justificarlas o explicarlas como Poesía.

¿Qué libro de poemas lees actualmente?
Incurable de David Huerta.


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No es por las puertas por donde asoma nuestro abandono.
J. Lezama Lima

Es desde nuestras manos
que crecen las palabras más terribles
no se dice muerte
todos los corazones están cayendo
no se dice muerte
merezco una constelación
merezco un hijo violentamente hermoso como un asteroide
no se dice muerte
este es un amor enano
atravesaste el desierto por esto
amor de peces enanos
no se dice muerte
pero estos son espejos,
y sólo están, no nadando, no viviendo
no se dice muerte
aunque crezcan las deformas más terribles
desde nuestras manos.



En las calles admiraba nada más que los rasguños en paredes de Santiago.
Felipe Becerra

Esta asfixia es tan larga.
Un cielo espeso se ha decidido a caer.

Desde este piso tan alto como mis años
busco a mis amigos
en las aceras
en las ventanas cercanas

quisiera verlos emerger del subsuelo
quisiera verlos llegar encendiendo la calzada con sus pasos
haciendo de esta ciudad un cometa
o un meteorito que penetra la atmósfera

porque todo lo que sus garras tocan
arde en llamas
y todo lo que sus corazones tocan
arde en llamas
y es incandescencia allí donde sus ojos se dirijan

todos los semáforos
todos los anuncios
y cada uno de los faroles
enmudecen si doblan la esquina
sus corazones de galaxia

y el infierno, amigos,
si ustedes aparecen, el infierno
por una noche, tendrá nombre de santo.


Milenka Torrico (Cochabamba, 1987). Publicó Preview en Yerba Mala Cartonera (La Paz, 2009), Preview II en Babel Cartonera (Bagnères de Luchon, 2011). Incluida en 4M3R1C4: Novísima Poesía
Latinoamericana. Actualmente estudia Literatura en la Universidad Mayor de San Andrés y trabaja en Mirar el árbol como una piedra.


22 ene 2013

Viaje circular de frases rotas, de músculos que se agitan festivamente bajo una ráfaga de impresiones que hacen del mundo el discurso de un collage tercermundista, como dice Minerva, donde aparecen el fraseo y los elementos populares de la fauna latina. La vida está fragmentada y el modo de sobrevivir es aprender a sobrellevar la explosión de lo despedazado y orgánico dentro del ojo, viajando hacia el cerebro y luego hacia la lengua y hacia el papel y otra vez del papel hacia el ojo viajando hacia el cerebro y una vez más en la lengua que quiere maldecirse atada a un montón de palabras. Estos poemas destellan maravillosamente en su lectura al ritmo de una alucinación personalísima y deconstructora de todos los sentidos.



detrás de las palabras canciones cantadas en los labios la manera en que hablas maldecir treinta años coronados de laureles el esguince la soba el sentón la culpa robada al vecino fosas rápidas atenea en la glorieta el cuerno de chivo héctor fuera del templo recuperando la fe el auge de su voz creyente a los oídos paseantes sin motivo sin felicidad sin leña el rico muy pobre y el muy rico pobre también lloran con palabras dichas al jubileo los ojos de boliche saturno en la azotea chispa la autopsia el corazón en peste músculo tenso collage tercermundista y el silencio un clavadista de acapulco senhoritas from havana you know héctor al borde entre los escalones publicitando las piernas con exceso de velocidad la carne la tintura del tatuaje el zorro de nueve colas zombie entre la masa devorando el pavo el relleno las nueces you know héctor la dicha la oratoria la manera irreversible de escupir trinando el culo elíptico ralo la manera la oratoria el silbato a medio tiempo gol-gol-gol mientras el miedo olor la flama gota la piel la cera la sangre diesel la semántica ráfaga los restos moscas las palabras héctor el primero la forma hablada la pocilga la lluvia dada la más amable detrás diciendo todo sin decir nada



detrás de las palabras el mercado orgánico abundancia absurda la irritación de las fosas rápidas codeína harina roca el nacimiento de mujeres cifra nula y los úteros mundiales identificaciones chamánicas para viajar en ufo senhoritas from havana sin censura librando los senos tiesos las costumbres la burocracia puro teatro poliomielitis cráneos despedazados de niños con rabia gonorrea mientras la dicha la oratoria el no decir detrás se habla mierda you know héctor clavadista en la glorieta atenea bañista de acapulco el corazón festejo el collage el ponche piedra amatista y el silencio un poder y una herramienta mientras la dicha la oratoria la manera el coágulo dónde héctor el primero la caída el tropezón la bala el sexo la postura héctor la zanja el cuello el tendón el óleo la sangre añil los cánceres esfínteres héctor los versos las palabras karma las esquirlas quistes la vida ovárica la semántica mentiras mientras héctor las palabras mientras héctor el primero con heces formas dichas habladas dadas hechas el ocre sin poder decir detrás de las palabras el pump el miedo para decir todo sin decir nada



que es amarillo que es horror niño pantalla no dentro la lengua un semiótico que es todo lo que respira se pira la sumisión sustituir decibeles decir imposible la palabra rota la palabra roña saber que no es batir creer uno lo mata niño no mata niño padrefrater yo soy el transterno transterrado horror desde la orilla río risa yo soy el padrefrater madre de las palabras vecina que resina mother word el tiradero pantalla azul en amarillo letra ciega volcadero los amores los horrores son insanos son horror las cuatro en punto el futuro vendrá solícito lo demás arriba abajo lo demás más amarillo la letra la alimaña la palabra carmín de luz nieve negra azul oro amarillo azul horror detrás de las palabras lo que no transcrea lo que sí mockva negroazul casi amarillo la pantalla ansiedad el camino volga tránsito sí al fin decir por qué el qué yo todos desdoblado poro libro poro libro pera libro para te quiero no importa el día odre orden cómplices nos los míos lo que creíamos era no era lo que sabíamos sabíamos no sabíamos las palabras vasos versos verbicongratado voconecesitado visualdeleite amarillapalabraazulpantalla no! detrás de las palabras la pantalla la palabra movimento-cosquilla pantalla-corazón detrás de las palabras palabra amor palabra olor lindo maestro te llamo yoko ozono la palabra liberar liberar-zen adherir-zen y los muertos pantalla-amarillo-rojo-corazón la palabra mantaterrorífica la palabra gira brinca destruyendo-zen lindo maestro la palabra amor la flor yo el débil yo el discurso yo el padrote yo el mudo yo el verso el beso el viento el vidrio el vino in vitro in situ yo el chamorro make it digital! la batalla yo poema viajar-zen mi amor a benj is a benj like a benj-ufo tufo fufurufo salar pescado que yo invito radioactivo yo la dicha la oratoria se habla apocalyptico-mongólico yo sabía dizem que estás à direita mas marx sabia que teu lugar é à esquerda banda ancha al corazón pasando el arte yo alienado postutópico yo amor a la palabra en la pantalla pantalla porque obliga gramáticopoema vacío vicio por decisión palabras fuego pantalla azul o azul é pus de barriga vazia texto amarillo o amarelo é bile de barriga vazia but for amor yo soy tu tierra tu casa divisionária rebelionária visionária



Minerva Reynosa (Mty., N. L. México, 1979) Poeta. Ex-Becaria del Centro de Escritores de Nuevo León en Monterrey 2003. Ex-Becaria del Programa de Estímulos a la Creación Artística de Nuevo León 2007. Ex-Becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en Jóvenes Creadores 2009-2010. Becaria del Programa de Estímulos a la Creación Artística de Nuevo León 2012-2013. Ha publicado: Fotogramas de mi corazón conoceptual absolutamente ciego, Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo Léon/El Tucán de Virginia, 2012; Atardecer en los suburbios, poesía, Fondo Nacional para la Cultura y las Artes/Universidad Autónoma de Nuevo León, 2011; La íntima de las cosas, poesía, Mantis Editores/Secretaría de Cultura de Jalisco. Guadalajara, 2007; Emötoma, poesía, Fondo Regional para la Cultura y las Artes del Noreste. Monterrey, 2007; y Una infanta necia, poesía, Harakiri Plaquettes. Monterrey, 2003. Ha participado en festivales literarios en México y el extranjero. Sus poemas han sido traducidos al inglés, alemán, francés, ruso y sueco. 


Por Gabriela Vargas Aguirre 


¿Cómo reunir a dos autores tan disimiles, pero contemporáneos, bajo un título que contiene términos tan amplios y que encierran diversas concepciones como “libertad” y “espíritu”? 

Escritos en épocas no muy lejanas y en contextos muy diferentes, Antonin Artaud y Paúl Valéry, dos figuras señeras de la poesía contemporánea, dos figuras antagónicas de la cultura francesa, se dan cita en este texto, que en su aparente conflicto, proporciona una visión restauradora en la medida en que vincula lo polarizado y consigue con los extremos una circularidad reflexiva. 

La libertad del espíritu, aparecido en 1939, nos muestra un Valéry que subraya las restricciones de la libertad dentro de lo social y el valor fluctuante de la misma así como la lucha permanente para preservar los valores inmateriales. Luego, ampliando y adentrándose más en la explicación del término al que quiere llegar nos dice: “Entendemos por espíritu la posibilidad de la necesidad y la energía de distinguir y desarrollar las reflexiones y los actos que no son necesarios para el funcionamiento de nuestro organismo o que no tienden a una mejor economía de ese funcionamiento”. Aclarando así que lo que nos diferencia de los animales son esas necesidades y el valor (haciendo distinción entre los valores de orden espiritual y los valores de orden material) de tener otras búsquedas, otros intercambios que no son básicos ni vitales y que debemos satisfacer por medio de actividades “espirituales” (llamando espiritual a todo lo que es ciencia, arte, filosofía, etcétera...), y no sólo enfocarnos en el valor de nuestro problemas de orden práctico. Estos intercambios, tanto en la vida económica como espiritual encontrarán en sí las nociones de producción y consumo tanto en el mercado de lo interior como de lo exterior; y el alcance y las consecuencias que el hombre pueda llegar a tener según el porcentaje de inversión que tenga en una u otra. 

Posteriormente hace un recuento histórico y señala al espíritu como una actividad colectiva añadida a la identidad de la sociedad, siendo la economía de ésta tan vasta como la diferencia de gustos entre los individuos y señalando “el comercio del espíritu” como el primero de los intercambios comerciales y apuntando las zonas de mayor intercambio comercial como las que mayor riqueza espiritual poseen. Vale esta analogía ya que incluso en tiempos actuales, toda actividad artística requiere de un presupuesto para ser realizada, ya sea este monetario o de otra índole que son manejados por grupos de poder que constantemente interactúan y manipulan al consumidor. 

“Al comienzo fue el verbo, fue necesario que el verbo 
 precediera al acto mismo del comercio. Pero el verbo no es 
 otra cosa que uno de los nombres más precisos de lo que he 
 llamado espíritu” 

El rescate de la libertad del espíritu consiste en estar atentos al manejo del capital del espíritu ya que al tener éste, a diferencia de otros capitales un valor difícilmente cuantificable pero de múltiples fluctuaciones, es de fácil contrabando, con una movilidad increíblemente poderosa para las mafias de la información y la cultura. Idea que nos resulta vigente, sobre todo ahora, con el alcance que tienen las redes sociales de fácil intercambio, metiendo en un mismo tren tanto la información del espíritu que mata y disminuye de forma real la cultura y por ende la libertad, como la que la enriquece y contribuye. 

Por otro lado, En plena noche o el bluff surrealista presentada por el año 1925 (época en la cual Artaud ya está en disputas con el movimiento surrealista por múltiples desacuerdos, más que nada por la adhesión de Bretón y otros al Partido Comunista Francés) nos obliga a replantear y defender, urgentemente, la libertad del espíritu frente a la alienación política e ideológica, la libertad de ser sin pertenecer o dar importancia a la terrible relatividad de cualquier acción humana y los límites de la misma. Cabe regresar y explayarnos aquí en la anécdota, pues el haberse comprometido con los límites propios y no los de la colectividad, fue el principal motivo de desprecio del grupo surrealista hacia Artaud, ya que a éste no le interesaba ver un cambio significativo en la estructura de la sociedad, ni ver pasar el poder de manos de la burguesía a las del proletariado. 

“Lo que les pareció por encima condenable y blasfematorio fue que no quisiera comprometerme sino conmigo mismo acerca de la determinación de mis límites, que exigiera ser dejado libre y dueño de mi propia acción”. 

Cualquier revolución, más aún la surrealista (aunque acepta que en el terreno literario sí hay aportes significativos), que él condenaba de ir contra sus principios de libertad al atarse a un partido político y su revolución dentro del marco de la materia, le importaba poco ya que el seguiría hasta el final de sus días dentro de su ostra dolorosa e incomprendida en la que poco importarían las revoluciones del mundo exterior. 

En plena noche o el bluff surrealista es brillante y egoísta al exponer una dura crítica a la tendencia de aquella época tildándola de inerte e inactiva y, aunque en el texto se siente una profunda desilusión por la ruptura de su amistad con el grupo y no niega la genialidad de los miembros, los acusa de forma implacable llamándolos charlatanes y “revolucionarios que no revolucionan nada”. 

En su desánimo nos dice acerca del surrealismo: 

“El surrealismo para mí siempre ha sido una forma de magia, la liberación del inconsciente que tiene por finalidad hacer aflorar la superficie del alma, debe introducir profundas transformaciones en la escala de las apariencias, en el valor de la significación y en el simbolismo de lo creado”. 

El texto se extiende con Artaud definiéndose dentro de la idea de que un verdadero revolucionario pone siempre por encima el mayor bien que podemos obtener que es el de la libertad individual. Sus escrúpulos referentes a toda acción real quedan marcados por el pesimismo que lo arrastra a la lucidez de la desesperación de los sentidos alterados que se traduce en sus obras. 

Para nuestra suerte, existe un punto de encuentro entre ambos que es el saber que la mayor lucha de un “espíritu libre” es contra sus propios límites, porque el trabajo creativo se extiende al infinito sin dejar respiro en su angustiosa necesidad por alcanzar la perfección. 



Por el mes de junio del 2012, la editorial Kodama Cartonera (México) apoyada por el Colectivo Intransigente, y aprovechando el furor global por el supuesto fin de los tiempos, lanzó una convocatoria general para su nueva antología Poesía para el fin del mundo, que siguiendo la línea temática en torno a la paranoia global y sus distintos e hipotéticos fervores tangenciales recibió más de 80 autores latinoamericanos que respondieron a la llamada. 

Es así como para diciembre del 2012 Poesía para el fin del mundo se encontraba ya listo con una tropa de delirios apocalípticos, destellos y obsesiones de 40 autores seleccionados por Estela Mendoza, que con su Intermezzo, divide el libro en dos partes. La primera, Caos en el orden, con una introducción Remix de Pepe Rojo y la segunda, Orden en el caos, que cierra el libro con la Coda: Niños estelares de Mavi Robles Castillo. 

Texto que ha sido puesto on line para descarga gratuita; y que desde el momento de su lanzamiento virtual ha creado gran expectativa en revistas virtuales y redes sociales como lo demuestra la traducción al Portugués realizada por Alessandro Atanes para Revista Pausa de los poemas de: Marcelo Ariel, Hector Loza, Wladimir Zambrano y Estela Mendoza http://revistapausa.blogspot.com.br/2013/01/poesia-para-o-fim-do-mundo-parte-ii.html

El libro, elaborado completamente con materiales reciclados, está realizado por Kodama Cartonera, agrupación que nace en Octubre de 2010 en la ciudad de Tijuana como un proyecto editorial independiente que busca crear y publicar libros de autores nuevos o conocidos en cualquier género literario, así como realizar antologías, recopilaciones o reediciones de obras.

Los kodama son espíritus del bosque en la mitología japonesa. Su nombre puede significar “eco”, “espíritu de árbol”, “bola pequeña” o “pequeño espíritu”. 

21 ene 2013



Sobre el lanzamiento

El jueves 24 de enero, a las 18:00 horas, en el Auditorio Dr. José Ribadeneira S. J. se realizará la presentación del poemario El mismo mar de todas las Habanas, del escritor guayaquileño Marcelo Báez Meza, ganador de la XXXVII edición del Concurso Nacional de Literatura Aurelio Espinosa Pólit (género poesía). El libro será presentado por los poetas Vicente Robalino e Iván Carvajal. 

El jueves 31 de enero, a las 19h00, en el auditorio SUM de la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil se presentará el mismo libro. El presentador será el poeta Ernesto Carrión. 

Sobre el Libro

José Lezama Lima, el mayor poeta cubano, aparece como motivo a lo largo de El mismo mar de todas las Habanas, fungiendo como centro de radiación, expandiéndose centrífugamente hacia otras voces y otros ámbitos culturales, por ejemplo, el expediente bíblico o la antigüedad clásica. 

Este poemario, presentado con el seudónimo José Ce Moi, ofrece una palabra poética llena de incitaciones al lector (a quien el hablante lírico considera un elector). Destaca, sobre todo, la destreza y oficio con la materia lingüística. 

Poemario muy redondo, con un ritmo sostenido, que recupera la dimensión transparente de la poesía y la comprensión del poema como una máquina de concisión y precisión. 

INFORMACIÓN SOBRE EL AUTOR 

Marcelo Báez Meza (Santiago de Guayaquil, 1969) es ganador de siete premios nacionales de literatura y del Concurso internacional de cuento breve Jorge Salazar 2010, convocado por la editorial peruana Pilpinta, por su libro Bonsáis

Autor de trece libros: tres poemarios (entre los que destaca Puerto sin rostros), tres novelas (sobresale Catador de arenas), dos libros de cuentos (Lienzos y camafeos es el último) y tres recopilaciones de crónicas de cine. El viajero inmóvil (2008) reúne sus mejores textos en forma de antología personal.