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26 ago 2010

JULIO INVERSO (1963-1999)

Julio Inverso, (Montevideo, 1963 - 1999) fue un poeta, narrador y artista del graffiti uruguayo.
Autor de notoria influencia surrealista y daumaliana
, fue tardíamente reconocido por el ambiente literario de su país, a instancias, sobre todo, de su autoeliminación en 1999. A menudo menospreciado literaria y humanamente, (sus lecturas públicas eran recibidas con carcajadas), supo influenciar a la generación literaria uruguaya que nacería con el nuevo siglo, aunque su valoración del escritor, toma una distancia crítica llamativamente grande respecto a la valoración oficial. Inverso fue integrado y comentado tímidamente por los círculos oficiales (es verdad que apareció en antologías, fue premiado en vida y era motivo de un tenue interés periodístico y crítico), pero siempre desde una injustificada condescendencia, sobre-explicando aquellos puntos o posiciones (sobre la realidad y sobre el lenguaje) que, lejos de ser vistos como parte de la riqueza verbal y sensorial de su escritura, son excusados por la crítica en nombre del autor. Quizás uno de sus mayores aportes a la literatura uruguaya no sea el de convertirse uno de los últimos autores que reclaman la categoría "maldita" de incomprendidos; sino la categoría "excesiva" de incomprensibles para la tradición literaria en la que pretendía, costosamente, inscribirse.

LA MÁQUINA DE DIBUJAR


los brazos desnudos, las palmas arriba, la tinta en los labios, los labios de pie, los ojos desnudos. el público escupe, se agolpa en las puertas, irrumpe, abuchea. la máquina insomne dibuja una llanta de auto, la tira. el público lucha. alguien pesca el dibuja, se sueña con él. el público exige. la máquina arroja, por miles, dibujos de los presentes con la leyenda: VOSOTROS SOIS UNOS IMBÉCILES, jaja, ajajajaja, jajararajaja. la máquina frena, arranca, suelta un chorro de tinta, dibuja da vinci. la máquina abandona el teatro. el público la sigue hasta el museo coreando consignas. el museo explota ¡¡SABOTAJE!! los ministros mueren (dibujados). ESTA MÁQUINA DE MIERDA ES HUMANA. dicen los militares y disparan. agonizante, ella dibuja con su sexo en una página hermafrodita. muere. el público aplaude.


EXPOSICIÓN DEL AMOR AMARGO
 
Tan tirano como el cielo
el sentimiento recorre los huesos
como hollín de seda.

No hay bailarinas esta noche
los muchachos miramos hacia el bar
donde alguna vez hubo amor.

El ardor está en la piel de la ciudad
y en los muros elegidos
los mensajes.
Esperar
qué?
algo que nunca llega?
Tercer mundo
el sol tiene un percance
está descalzo y no sabe de sueños en el plan asignado.
Las estrellas no vinieron para quedarse
alguien controla todo
nuestro desconsuelo tiene precio.
Reptar nunca fue una forma
de parecer una persona respetable
Una vez vi un tipo ahogarse en la playa
después vi más desesperación por el mundo
y conozco su señal
cuando muerdes aluminio.
Todas las tormentas son mías
puedo convocar al bien y el mal
y hacer un festín como quieras.
Mirando a través de las órbitas vacías del águila
veré luz que me anuncie
como los antiguos.
El agua en trance parpadea
y la cúpula sangra
por eso digo esto
profano el lecho de los amantes
injurio a mi raza
y quiero que me salves de mí.

NO ME TOQUES, ESTOY ENDEMONIADO

No me toques, estoy endemoniado. No puedo
dormir porque los condenados incendian mi cama,
noche tras noche. Tu infravida no podrá comprender
mi éxtasis:un ángel que empuña un sueño
un sueño que es un arma
un arma que dispara a las tinieblas.
No me toques, mi luz te enceguecerá.
Soy un prestidigitador,
un caballero antiguo de místicos sigilos, un alquimista
con el corazón sobre la piel. Soy el que seré, ahora
mismo viviré mi futuro, mi más allá y mi abismo.
No me toques, estoy endemoniado. Seré la bengala
que rompe a llorar en tu cielo hecho añicos.

MATANDO PERROS

Voy, sin apuro, por esta calle que muere en tu puerta. Mi ropa es negra, más negra que mi alma. La noche está creciendo en vaivén. Dejé mi castillo desolado. Dejé abierto mi ataúd. Me llamo muchos nombres, me anticipo. Dejé la mesa puesta con las velas. Dejé la ventana abierta, dejé mi marca en el polvo. Voy, por esta calle matando perros, desde hace 500 años. Conozco todas las invenciones del hastío. Voy, elegante, monstruoso, a llevarte juguetes en llamas. Tú no estarás soñando conmigo. Voy a aparecer, murciélago, en la ventana. Tu único gesto será abrirme. Voy a arrancar tu puerta de sus goznes. Perderé mi alma en el comedor. Subiré la escalera. Entraré por debajo de tu puerta, virado en humo. Tú no estarás soñando conmigo. Pero yo te llevaré, en mis brazos, a través de los siglos. Nos amaremos, en la noche eterna. Te acostumbrarás a mi melancolía. Porque te volverás melancólica también. Nos señalarán, querrán matarnos. Pero la noche los aplastará. La noche es nuestra aliada. Voy, me anticipo. Voy hacia tu puerta que está al final, en lo más profundo. Voy, con un hastío de siglos a retomar el rito en tu garganta. Voy, con una herida nueva. La herida que me hiciste. La única que duele. Te vi sólo un instante, que ya es una eternidad en mí. Te vi y supe que eras una reina. Deseo tener sueños, para soñar contigo. Pero nunca sabré lo que es un sueño. Para mí sólo existe la noche, quiero verte a mi lado, rasgando la noche con tus uñas. Conmigo aprenderás un poco de furia. Conmigo aprenderás de tinieblas, de quimeras. Viajaremos lejos. Me anticipo, siempre me anticipo. Dejé el castillo abierto. Le di la noche libre al cochero, él se me parece, pero sólo ha vivido una vida. Y es humano. Andará perdido en el campo raso entre fuegos fatuos. Dejé la mesa puesta, con las velas. Dejé un sitio para ti. Te tendré. La noche me lo prometió. Pero esto no es un engaño. Ya sabrás, ya sentirás. Voy, a paso de lobo, a besar tus labios. Un largo beso con gusto a pesadilla. Voy, en la sombra amontonada hacia ti. No sé cuántos perros he matado. Sé que no sueñas conmigo. Pero te sacaré de tu cama y de tu mundo. Te llevaré no importa dónde. Subirás, blanca, las escalinatas. Entraremos juntos a un tiempo sin tiempo. Ambicionando más. Con instintos simples. Volaremos, murciélagos, sobre la ciudad en decadencia. Voy hacia tu puerta. Te prometo una eternidad.
*