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14 nov 2007


BABEL EN SÃO PAULO
(I Encuentro Iberoamericano de Tordesilhas)


Por Luis Carlos Mussó

Tras 9 días en São Paulo, y con la distancia del caso, podemos escribir unas notas sobre el I Encuentro Iberoamericano de Tordesilhas. Habría sido distinto y árido el principio (llegamos un día antes de la inauguración) sin la compañía de Joan Navarro, valenciano, y el buen Juan Kruz, vasco de cepa. Ya instalados, conocimos a Fábio Aristimunho, que con perfecto castellano supo hacernos sentir cómodos durante nuestra estadía. Poco a poco fueron llegando los invitados y fuimos viendo a viejos amigos, que habíamos conocido en Lima (Novissima Verba, 2005) o en Santiago (Poquita Fe, 2006), a otros que se habían convertido en visitantes de nuestros blogs (nosotros también visitamos los suyos) o a algunos que por internet ya eran camaradas. Allí estuvieron la carioca Ligia Dabul, la rioplatense María Eugenia López, el “mexica” Rodrigo Flores, el guatemalteco Allan Mills, etc. Y los nuevos amigos: Joao Henriques, Mario Bojórquez, Antonio Moura y otros.
Las mesas, poco puntuales pero lúcidas e interesantes. Roberto Echavarren, Víctor Sosa, Claudio Daniel, Coral Bracho, Frederico Barbosa, Horácio Costa y otros plantearon sus ponencias y generaron la discusión. La poesía hace espacio a las presentaciones de performance, al pocket show, y se desenvuelve entrelazándose con manifestaciones más cercanas a lo multimedia.




Momentos de atracción lateral y simultánea fueron las visitas con los peninsulares al MASP (Museu de Arte de São Paulo) –toda una experiencia, con cuadros del Bosco, Matisse, Modigliani, etc.- o al Museu de la Lingua Portuguesa, la conmemoración macumba del Día de Difuntos en el Centro de Umanda Pai Thomé de Aruanda e Mamãe Oxum, el almuerzo en casa de Fábio o la comida hindú con Allan Mills, Ana Rüsche y los otros amigos. Dos días antes de la clausura, fueron excelentes guías el pernambucano Delmo Montenegro y el carioca Leonardo Gandolfi y, ya en la víspera, los compañeros de correrías de compras fueron los peruanos Giancarlo Huapaya y Fernando Pomareda. Puntos obligados de coincidencia para la diversión son la rua Augusta y la Praça Roosevelt, centro de bares y donde se hizo la presentación de Vacamarela (muestra de 17 jóvenes autores brasileños). No hay que olvidarse tampoco de la Librería Cultura en la Av. República, ni de los sebos, donde se venden por pocos reales libros y discos viejos: el Sebo Do Mesías es de primera, cerca de la Praça Sé).




Queremos agradecer a los que soportaron la farra de la habitación 111 del Hotel Belgrano, a los amigos poetas y editores que han traducido nuestros poemas y a aquellos con quienes tenemos proyectos comunes. Gracias a los organizadores del Encuentro y a los que hicieron posible la publicación de las Memorias de Tordesilhas. A Claudio Daniel, Virna Teixeira, Fábio, Marcelo Barbao, Gustavo Assano, Ana Marossi, Julia Lima, Víctor del Franco, Geraldo Vidigal Neto, Ana Paula Ferraz, al Instituto Cervantes, a todos los que lograron que las barreras entre el castellano y el portugués empiecen a quebrarse. A quienes hicieron posible también el acercamiento al catalán (bueno, catalán valenciano como dice Joan) y al euskera. Un abrazo a los amigos, panas, cuates, patas y demás.




La pregunta es si Tordesilhas seguirá haciéndose en Brasil o si tendrá sede itinerante, como los Juegos Olímpicos. La pregunta es en qué ciudad nos daremos el siguiente abrazo.
pd: Tendremos una muestra, dividida en entregas, de poesía de asistentes a Tordesilhas. Y una serie de entrevistas a autores de hablas castellana y portuguesa.