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19 dic 2012


No hay claves para leer ninguna poesía, y así debería ser siempre, pues la buena poesía va sola, viaja y obtiene su propio sentido (o corazonada) en el lector decidido. Estos poemas de Pablo de Cuba Soria van narrando un suceso que solo se complementa en el paisaje que se borra, y en el fraseo de lo narrado que aparenta ser un sueño o una pesadilla. La realidad a través de sus ruidos organizados anuncian lo perdurable en un juego aparente de contrastes. Lo que está ahí es y no un destrozo de sentidos, pues se va construyendo a sí mismo a través de la lengua y su reptar barroco. Poemas que abrillantan en sus cortes el perfil de nuestra materia desordenada. 




MASAS DE LIEDER 


Golpes de calor en el filo de los pantalones, decía Pinchos a medianoche en los talleres. Celia, Celia, ve los colocando entre Lesbia y Catulo, entre masas de lieder que conducen a Materia. El rabino cierra la puerta para encerrar al ruido. Las mujeres leen, subrayan. Es la obra que desde A practican, como quien dice: han visto a Apollinax elevando el libro hasta la frente. Golpes de frío para que perdure Pensamiento. La carrera de caballos en sí misma a la velocidad renuncia. Finalmente a Realidad accedieron: soñaban que el vaso de la mano caía, afuera del sueño. 



REGIMEN SANITATIS 


Hay viudas que terminan por congelar el desorden, las han visto reptando donde cierra el ojo. Le llaman disciplina para educar ficciones. De ahí que los gatos bajen al encuentro de salud. O es la práctica de la purificación temprana, anterior a cualquier aseo de las entendederas. Pensar en las afueras de los opuestos resulta me imposible. Sí los duelos que en el vientre se acumulan, hasta abortar la prosa que olvidó sus referentes. Huele en blanco. Deja las estáticas, reconocer se en los otros jamás pudieron. Han enmudecido los oídos, pujan, se lavan las manos previo al parto. 



SOBRE EL CONCEPTO VULGAR DE TIEMPO 

Sabe el carnicero sobre las últimas voluntades de la res, muerta, descuartizada por voluntad de Tiempo que jamás precede al carnicero, sino que lo contiene, para así prefigurar las formas de las reses vivas, anteriores estas sí a Pensamiento, que ha gobernado por decreto, por definición melódica, acaso por extensiones que su lengua alcanza. De las representaciones de las reses que se han configurado fuera de la mente, sabe el carnicero, de ahí que él pueda intuir las, descuartizar las doctamente, hasta extirpar les las realidades (coces) de sus voluntades últimas. El concepto vulgar de Tiempo así lo dictamina. 




Pablo De Cuba Soria (Santiago de Cuba, 1980). Ha publicado los cuadernos de poesía: De Zaratustra y otros equívocos (Ediciones Extramuros, La Habana, 2003), El libro del Tío Ez (Ediciones Itinerantes Paradiso, Miami, 2005), Rizomas (Tranvías Editores, Lima, 2010), e Inestable (Editorial Silueta, Miami, 2011). Poemas suyos han aparecido en antologías como Jóvenes autores cubanos (Editorial Verbum, España, 2004) Malditos latinos, malditos sudacas. Poesía iberoamericana made in USA (Editorial El billar de Lucrecia, México, 2009), Antología de la poesía cubana del exilio (Aduana Vieja Editorial, Valencia, 2011), y Distintos modos de evitar a un poeta. Poesía Cubana del Siglo XXI (El Quirófano Ediciones, Guayaquil, 2012). Radica en College Station, Texas.