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16 nov 2011

EVENTOS 
PROYECCION DE “Pies en el escenario” de Eric LEGAY 


El próximo jueves, 17 de noviembre de 19:30 a 22:30 en el auditorio de la AF Principal (Hurtado 436 y José Mascote) se presenta el documental "Pies en el escenario" Reflexiones y exploración del vocabulario corporal del hip-hop y lo contemporáneo a través del trabajo de la Compañía Black Blanc Beur. La película de Eric Legay muestra las búsquedas, los ensayos y fragmentos de la obra "Si je T´m". 

El foro a continuación será conducido por Lcda. Carolina Pepper, bailarina y coreógrafa independiente.

ENTRADA LIBRE 


TALLER DE TÈCNICAS Y ESTRUCTURAS LITERARIAS 


¿Te interesa la escritura literaria? Tal vez tienes una idea que no logras plasmar...Si es así este es un taller especialmente diseñado para darte todas las herramientas técnicas necesarias para crear historias de ficción y poesía. En el taller no solamente aprenderás a escribir sino que leerás fragmentos de entrevistas con escritores, textos de ficción y poéticas de autores universales.

Instructor: Marcelo Báez
Información e Inscripciones en talleres@casamorada.net/www.casamorada.net 

ENSAYO
SOBRE CUADERNOS DE INDIANA


 Por: Mario Arteca
 
1. A diferencia de cómo operan otros poetas, Luis Carlos Mussó trabaja desde un continuum, o para decirlo en términos plásticos, un all over. Algunos de los textos de esta obra pueden verse como series de mixturas, trazando una lengua extranjera como recodificación de la propia. En la escritura de Mussó se percibe la huella de un destello, que no se formula como misterio, sino como una manera peculiar de administrar el secreto. Cuadernos de Indiana no alude –como determinara cierta vez D. Shapiro- al “peso del sinsentido cotidiano”; aquí hay una construcción de la imagen que sobrevuela el acontecimiento que se afianza como instauración de una realidad ficcional. Cuadernos de Indiana entabla un puente de discusión con las fórmulas de Sarduy. Las diferencias que podríamos establecer es que Mussó problematiza, y al mismo tiempo recobra para la poesía, su carácter improcedente. Donde Sarduy rescribe la vanguardia, Mussó la vuelve un nudo paradojal, pero lírico, que es su marca incontrastable. Cuadernos de Indiana es un constructo tamizado para resistir la crueldad camuflada de nostalgia. Nos propone eludir con la palabra cualquier rastro de reconocimiento del devenir poético, del devenir-poema, partiendo de la superficie con el bajorrelieve, es decir, en los dominios de las profundidades. ¿Qué otra cosa será “descifrar el hueso de la sombra”; “llegar a los hedores erectos de la resurrección”, o bien, describir la precipitación de una “zarza agrandada de negrura que oscurece el aislamiento de la Voz”? Construcción, así, decíamos; una casa que a la vez es refugio y ruina, y donde el centro de la razón está sujeto a la intervención de una sintaxis en permanente saqueo y restauración. Aquí la Cipango, la Bizancio de Mussó; una Indiana que se muestra adulterada por la irrupción demoledora de un orden tan estricto como asfixiante: el régimen del sentido. Donde se quiebra el sentido, empieza el estilo (Gilles Deleuze habla del estilo como de la puesta en funcionamiento de la lengua extranjera en la lengua), lo que significa llevar al límite la escritura allí donde no habrá otra cosa que silencio, o mejor, su afuera

2. Siempre creí que al igual que los mitos, la poesía funciona como el modelo de todas las obras de arte. La idea consistiría en quién traduce el sueño antes de la vigilia. Siempre supuse que esa tarea estaba destinada a un escritor, pero no para cualquier escritor, sino uno cuya habilidad segunda fuera la poesía. Primero escritor, después poeta. Pero después de leer Cuadernos de Indianacaigo en la cuenta de que estas formulaciones pueden disponerse de otra manera, porque la capacidad mostrada por Mussó está en las desviaciones de una línea dinámica que encuentra su estructura en la sintaxis en pleno movimiento. Será mejor decir que estos textos forman parte de una ceremonia, de un ritual veloz con que el poeta nos ofrece sólidos conjuros, en donde la lengua por momentos extranjera, recala en la lengua de la escritura. Mussó conquista el estilo. Y el estilo no es un don (la poesía está lejos del don, de la intervención exógena a favor, otra vez, de la habilidad) sino un mecanismo en serie conquistado por el trabajo del lenguaje. La escritura es la versión arquitectónica de una forma cuyo sentido se expresa en el relieve de la imagen. Cuadernos de Indiana se promueve desde ese sitio y desde allí pivotea en márgenes ambiguas. Por eso Mussó logra darle funcionalidad al habla poética (habla, igual a movimiento pélvico de la oralidad), y así sostiene la doble incautación para el poema: la imagen y la referencialidad a favor de esa imagen. Cuando pone a orbitar a Vlad Tepes en las dos series de “monstruos”, el poema cae vampirizado por su propia lógica de construcción, y por ese motivo nos ratifica esa “fuga a la intemperie” de la que refiere el texto. La intemperie, pequeña y fugaz figura de la página en blanco, lista y preparada para esos flujos de las “navajas sobre los charcos de lodo”. Sombras en el cuerpo; tatuajes en un extraño rizoma de trazado arácnido, es el sueño donde la escritura de este libro amplifica la palabra, y en esa eficacia, repetimos, el estilo está garantizado.