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14 oct 2010

Presentación de BÓVEDA 66 de Ernesto Carrión

Matapalo Cartonera, de Riobamba, recoge más de 12 años de labor poética de Ernesto Carrión. Bóveda 66, como se titula la obra, fue lanzada en la Feria Internacional del Libro de Lima de este año; y su presentación en Guayaquil estará a cargo de Víctor Vimos (editor) y Wladimir Zambrano (poeta). Contará además con la intervención musical de Stanley Parker.


Con esta presentación se inaugura el Primer Encuentro Latinoamericano de Cartoneras, organizado por el Ministerio de Cultura, una de las actividades de la próxima Feria del Libro de Guayaquil que se llevará a cabo desde el 21 hasta el 28 de Octubre.

Lugar: Jueves 14 de Octubre. Auditorio de la AF Principal (Hurtado 436 y José Mascote) – Entrada libre 19h30.

Las editoriales cartoneras funcionan de manera autónoma y tienen sus propias singularidades. Se caracterizan por la calidad de los libros que publican, por los formatos artesanales que emplean, por la revalorización de principios como la solidaridad, el trabajo comunitario, la búsqueda de la relativa independencia de los libros (creados siempre como objetos únicos, como una obra de arte o un amigo íntimo), y por su interés expansivo, casi dinamitero.

La experiencia de las cartoneras en América Latina, nace de la crisis financiera en Argentina, donde escritores y editores encontraron la manera, a través de materiales como el cartón reciclado, de elaborar libros de calidad literaria y bajísimo costo. Esta idea o forma de edición se propagaría por toda América llegando ahora a ser una suerte de resistencia contra las grandes editoriales, ya que no solamente se trata de un trabajo comunitario consciente (muchas veces se trabaja con niños de la calle recolectando cartón o con presos) sino que cuenta con escritores importantes editados en sus líneas. Hoy existen más de 30 cartoneras en todo el mundo. Además de que cada ejemplar de un libro cartonero es único ya que cada diseño de portada tiene un solo diseño entre pintura y collage con fotografías, recortes de diarios, etc.


Sobre el autor: Ernesto Carrión (Guayaquil, Ecuador, 1977) Premio Latinoamericano de Poesía Ciudad de Medellín 2007, Premio César Dávila Andrade 2002, Premio Jorge Carrera Andrade 2008, Finalista del II Premio Hispanoamericano Festival de la lira 2009 y Becario del Fonca y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo 2009. Ha publicado 10 libros de poesía. Consta en antologías nacionales e internacionales.

Sobre Matapalo Cartonera: Editorial cartonera, creada hace más un año en Riobamba. Dirigida por Víctor Vimos y Gabriela Falconí, ha publicado a Jorge Enrique Adoum, Gabriela Alemán, Huilo Ruales, Mario Santiago Papasquiaro, entre otros. http://matapalocartonera.blogspot.com/

7 oct 2010






En la Alianza Francesa de Guayaquil



JUEVES 7 DE OCTUBRE, 19h30



Presentación del libro Fulgor de la derrota, de

Ángel Emilio Hidalgo



Intervendrán junto al autor, como presentadores, los poetas Maritza Cino Alvear y Luis Carlos Mussó

Lugar: Auditorio de la Alianza Francesa Principal (Hurtado 436 y José Mascote) –Entrada libre-



¿La poesía es un fin o un medio de expresión que los escritores optan para enunciar su lugar en el mundo? La posibilidad de “hacer poesía” más allá del lenguaje, es uno de los motivos principales de este libro, donde los versos cortados (y cortantes) son un instrumento del decir lírico, en el duro oficio de renombrar el mundo, recreándolo más allá de sus arquetipos, imágenes y símbolos. En la obra, Hidalgo crea un universo de sentidos donde el Ser constata su fracaso ante los límites del lenguaje.

Fulgor de la derrota es el tercer poemario del autor, quien consta en varias antologías nacionales e internacionales de literatura. La publicación es una coedición de Editorial Mar Abierto de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí y Eskeletra Editorial.



Sobre el autor:



Nació en Guayaquil, el 2 de agosto de 1973. Es poeta, historiador profesional y catedrático universitario.

Magíster (c) en Historia y Especialista en Historia por la Universidad Andina Simón Bolívar; Diploma Superior en Investigación para las Ciencias Sociales y Diploma Superior en Paradigmas para la Docencia Superior por la Universidad Casa Grande; Licenciado en Ciencias Sociales y Políticas por la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil.

Autor de los poemarios: Beberás de estas aguas (Guayaquil, 1997), El trazado del tiempo (Quito, 2003) y de la muestra colectiva Porque nuestro es el exilio (Quito, 2006). También es autor de Guayaquil. Los Diez. Los Veinte, sobre cuatro fotógrafos porteños de inicios del siglo XX. Coautor de varios libros de ensayo histórico como: Guayaquil al vaivén de la ría, Los Años Viejos, El tiempo de Alfaro, entre otros. Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Ismael Pérez Pazmiño, en 1996, y Mención de Honor en el Concurso Nacional de Poesía M.I. Municipalidad de Guayaquil, en 2002.

Actualmente se desempeña como profesor del Instituto Superior Tecnológico de Artes del Ecuador (ITAE) y es responsable de proyectos de investigación relacionados con la Historia y el Patrimonio Cultural.



Comentarios sobre su obra:



“Poesía de la exactitud y de lo extático, en ella conviven la inmovilidad y el éxtasis, el transcurrir del viaje”.



Miguel Donoso Pareja

“El poema en Hidalgo pareciera mantener vivo el espacio recorrido para llegar al mismo hasta cerrarse elípticamente en una nueva indagación, esta vez no sólo del mismo poema sino también de la realidad: una realidad tiznada de melancolía por lo que Bachelard denominó “primer universo”. No rehúye a la utilización de vocativos y otras formas clásicas, que inserta en su concepción de poema como una fragmentariedad […] Esa fragmentariedad, con algunos instantes a lo Dickinson, con otros a lo Pizarnik, se vuelve una representación de la imposibilidad de la certeza y de expresar la misma […] Desde la tensión de lo efímero de la temporalidad, como desde la angustia de quien se sabe despojado de todas las certidumbres, el poeta nos demuestra que la única materia prima de su oficio la constituyen las esencias”.



Maurizio Medo





“Fulgor de la derrota condensa lo mejor del arte lírico: lo cortante de sus líneas llama a reconsiderar la importancia de la sobriedad del decir poético en una época en que los conceptos, de tanto repetirlos en situaciones anodinas, se han vaciado de sentido.

La labor notable que el poeta Ángel Emilio Hidalgo despliega en estos versos logra proponer un modo particular de pensar, plagado de imágenes que promueven comprensiones inéditas acerca de las experiencias que nos sorprenden todos los días. El poeta extrae poesía con su mirada dirigida al universo; las palabras son el instrumento para ir más allá de la rutina de la vida”.



Fernando Balseca

26 ago 2010

JULIO INVERSO (1963-1999)

Julio Inverso, (Montevideo, 1963 - 1999) fue un poeta, narrador y artista del graffiti uruguayo.
Autor de notoria influencia surrealista y daumaliana
, fue tardíamente reconocido por el ambiente literario de su país, a instancias, sobre todo, de su autoeliminación en 1999. A menudo menospreciado literaria y humanamente, (sus lecturas públicas eran recibidas con carcajadas), supo influenciar a la generación literaria uruguaya que nacería con el nuevo siglo, aunque su valoración del escritor, toma una distancia crítica llamativamente grande respecto a la valoración oficial. Inverso fue integrado y comentado tímidamente por los círculos oficiales (es verdad que apareció en antologías, fue premiado en vida y era motivo de un tenue interés periodístico y crítico), pero siempre desde una injustificada condescendencia, sobre-explicando aquellos puntos o posiciones (sobre la realidad y sobre el lenguaje) que, lejos de ser vistos como parte de la riqueza verbal y sensorial de su escritura, son excusados por la crítica en nombre del autor. Quizás uno de sus mayores aportes a la literatura uruguaya no sea el de convertirse uno de los últimos autores que reclaman la categoría "maldita" de incomprendidos; sino la categoría "excesiva" de incomprensibles para la tradición literaria en la que pretendía, costosamente, inscribirse.

LA MÁQUINA DE DIBUJAR


los brazos desnudos, las palmas arriba, la tinta en los labios, los labios de pie, los ojos desnudos. el público escupe, se agolpa en las puertas, irrumpe, abuchea. la máquina insomne dibuja una llanta de auto, la tira. el público lucha. alguien pesca el dibuja, se sueña con él. el público exige. la máquina arroja, por miles, dibujos de los presentes con la leyenda: VOSOTROS SOIS UNOS IMBÉCILES, jaja, ajajajaja, jajararajaja. la máquina frena, arranca, suelta un chorro de tinta, dibuja da vinci. la máquina abandona el teatro. el público la sigue hasta el museo coreando consignas. el museo explota ¡¡SABOTAJE!! los ministros mueren (dibujados). ESTA MÁQUINA DE MIERDA ES HUMANA. dicen los militares y disparan. agonizante, ella dibuja con su sexo en una página hermafrodita. muere. el público aplaude.


EXPOSICIÓN DEL AMOR AMARGO
 
Tan tirano como el cielo
el sentimiento recorre los huesos
como hollín de seda.

No hay bailarinas esta noche
los muchachos miramos hacia el bar
donde alguna vez hubo amor.

El ardor está en la piel de la ciudad
y en los muros elegidos
los mensajes.
Esperar
qué?
algo que nunca llega?
Tercer mundo
el sol tiene un percance
está descalzo y no sabe de sueños en el plan asignado.
Las estrellas no vinieron para quedarse
alguien controla todo
nuestro desconsuelo tiene precio.
Reptar nunca fue una forma
de parecer una persona respetable
Una vez vi un tipo ahogarse en la playa
después vi más desesperación por el mundo
y conozco su señal
cuando muerdes aluminio.
Todas las tormentas son mías
puedo convocar al bien y el mal
y hacer un festín como quieras.
Mirando a través de las órbitas vacías del águila
veré luz que me anuncie
como los antiguos.
El agua en trance parpadea
y la cúpula sangra
por eso digo esto
profano el lecho de los amantes
injurio a mi raza
y quiero que me salves de mí.

NO ME TOQUES, ESTOY ENDEMONIADO

No me toques, estoy endemoniado. No puedo
dormir porque los condenados incendian mi cama,
noche tras noche. Tu infravida no podrá comprender
mi éxtasis:un ángel que empuña un sueño
un sueño que es un arma
un arma que dispara a las tinieblas.
No me toques, mi luz te enceguecerá.
Soy un prestidigitador,
un caballero antiguo de místicos sigilos, un alquimista
con el corazón sobre la piel. Soy el que seré, ahora
mismo viviré mi futuro, mi más allá y mi abismo.
No me toques, estoy endemoniado. Seré la bengala
que rompe a llorar en tu cielo hecho añicos.

MATANDO PERROS

Voy, sin apuro, por esta calle que muere en tu puerta. Mi ropa es negra, más negra que mi alma. La noche está creciendo en vaivén. Dejé mi castillo desolado. Dejé abierto mi ataúd. Me llamo muchos nombres, me anticipo. Dejé la mesa puesta con las velas. Dejé la ventana abierta, dejé mi marca en el polvo. Voy, por esta calle matando perros, desde hace 500 años. Conozco todas las invenciones del hastío. Voy, elegante, monstruoso, a llevarte juguetes en llamas. Tú no estarás soñando conmigo. Voy a aparecer, murciélago, en la ventana. Tu único gesto será abrirme. Voy a arrancar tu puerta de sus goznes. Perderé mi alma en el comedor. Subiré la escalera. Entraré por debajo de tu puerta, virado en humo. Tú no estarás soñando conmigo. Pero yo te llevaré, en mis brazos, a través de los siglos. Nos amaremos, en la noche eterna. Te acostumbrarás a mi melancolía. Porque te volverás melancólica también. Nos señalarán, querrán matarnos. Pero la noche los aplastará. La noche es nuestra aliada. Voy, me anticipo. Voy hacia tu puerta que está al final, en lo más profundo. Voy, con un hastío de siglos a retomar el rito en tu garganta. Voy, con una herida nueva. La herida que me hiciste. La única que duele. Te vi sólo un instante, que ya es una eternidad en mí. Te vi y supe que eras una reina. Deseo tener sueños, para soñar contigo. Pero nunca sabré lo que es un sueño. Para mí sólo existe la noche, quiero verte a mi lado, rasgando la noche con tus uñas. Conmigo aprenderás un poco de furia. Conmigo aprenderás de tinieblas, de quimeras. Viajaremos lejos. Me anticipo, siempre me anticipo. Dejé el castillo abierto. Le di la noche libre al cochero, él se me parece, pero sólo ha vivido una vida. Y es humano. Andará perdido en el campo raso entre fuegos fatuos. Dejé la mesa puesta, con las velas. Dejé un sitio para ti. Te tendré. La noche me lo prometió. Pero esto no es un engaño. Ya sabrás, ya sentirás. Voy, a paso de lobo, a besar tus labios. Un largo beso con gusto a pesadilla. Voy, en la sombra amontonada hacia ti. No sé cuántos perros he matado. Sé que no sueñas conmigo. Pero te sacaré de tu cama y de tu mundo. Te llevaré no importa dónde. Subirás, blanca, las escalinatas. Entraremos juntos a un tiempo sin tiempo. Ambicionando más. Con instintos simples. Volaremos, murciélagos, sobre la ciudad en decadencia. Voy hacia tu puerta. Te prometo una eternidad.
*

22 ago 2010



EL MUNDO ES UN CUADERNO RAYADO
[respiración de un clochard en su laberinto]*








Por Ernesto Carrión








Lugar común y al mismo tiempo estallido puro. Explosión y origen. Rayar la palabra cielo sabiendo que tanto la palabra cielo, como este cuarzo partido sobre los tejados, ya han sido garabateados fácilmente sobre ese pequeño jeroglífico de mimbre que es la tierra. Mover la uña en la línea. Soltar la mano, como decía Durrell, corriendo el riesgo de volvernos locos. Abrir con un poema el laberinto y luego sentarse en él a respirar despacio. Decir y escribir para no decir nada, o para graparse las venas a la carne con la propia saliva. Para abrir los ojos, como iniciando aquí el debate contra el mundo, con el verso que es al mismo tiempo un detenimiento de toda tuerca posible, de todo motorcito, de todo estiramiento de la historia misma. Despellejar o retirar la gran escama de la realidad para entrever el absoluto rojo del “hoy soy”, “ayer fui” o “quizás seré”. Y al final la bruma gangrenando las gargantas; y al garete todos los peces del mundo (que somos nosotros), con la resolana de la duda quemándonos la frente, sobre una marea tan gallarda como engañosa.




Este es el pabellón renacimiento: el milagro de la vida ahorcándose despacio con un cordón de palabras cargadas de relámpagos. Cagadas de relámpagos que intentan con sus destelladas alumbrar a un yo propositivo. A un yo que se afila el ojo, con la ceniza del hombre, ofreciéndole una semilla a su propio espectro. Entonces Mario Santiago Papasquiaro, contenido en un núcleo incandescente, en algo parecido a una viruta resolviéndose a brincar hacia las pestañas, en un átomo que empieza a fragmentarse -trotando en su calor, corre y nos dice:




Si 1 espejo se acercara a mi cerebro/ vería a su propio espejo sin cerebro
Entre espumas de 1 tierno vacío girasol




Y la ternura del vacío y de lo estéril, nos conmueve.




Ahora entiendo que Mario Santiago/ Ulises Lima, urdiendo las estacas del infrarrealismo, para poner a temblar ese estatus quo medido por el canon y la burguesía (su centro o argolla coital, tendida ante nuestro rostro como un panal de gusanos) provocadores de una retórica academicista, de una simplicidad no ejemplarizadora, menos provocativa, optó por una poesía conversacional al puro estilo de Cummings; sin embargo, parecido a todo lo que habita nuestro desgajado reino latinoamericano, el peso de la realidad se apoderó de sus textos hasta volverlos en una cosa combativa. En una cosa extraña ahí, llena de plataformas surrealistas donde el semen generosamente se derrama, y el alcohol pregunta; donde hay zopilotes goteando al otro lado del teléfono y miles de laberintos torcidos en el cuello de un cisne que una niña acaricia sobre un lago cualquiera. Un moco colgante como tu ciudad o la mía, llena de chiqueros y vidrios, de ácidos y ladrones dorándose los torsos a las dos de la tarde.



Parecido a un búho, apertrechado contra un televisor donde se transmiten los últimos planos de los hongos de una bomba extranjera, imagino que Ulises Lima/ Mario Santiago escribe. Y lo hace con una furia tan trágica, tan caóticamente cinematográfica, que lo que sopla al final, de cada uno de sus poemas, es un peligroso desorden impregnado de la vitalidad más rabiosa. Asombro y candado hecho bullicio sobre el aire viciado de otros ojos abiertos:




Astros de esperma: martillos vivos escupo empujo lanzo al frente
a la calle o labio menguante en que te arrulles
Ni 1 dedo perderé/ ni 1 mano de mis naipes
Tu rocío: tus terremotos son mi hostia/ son mi droga (...)
Caldera de diablos eléctricos
tu piel contra mi piel hace milagros




Contra toda impostura, contra toda falta de oficio (sin perseguir oficialismos) y sin caer en una ordinariez horrenda, en un vacío de significaciones, en una falta de trama; sucede cada poema teatralizado con desparpajo trágico, como una fina travesura que lo que persigue es ofender y cuestionar, no provocar la risa. ¿Y qué decir sobre esto? Si hemos buscado muchos responder esas obesas preguntas celestes, mirándonos las uñas: ese granizo seco donde se arde. Y entendemos que reírse es una evasión válida, perezosamente válida, pero aún así preferimos, igual que tú, sobarnos el cráneo tendido artificialmente bajo el atardecer como una ventana, y decir frente a ese espejo: no es que me ría de mí mismo/ me dobla los tuétanos el existir/ & no lograr borronearlo. Comiéndonos luego el codo, para callar el exilio.




Entonces Mario Santiago/ Ulises Lima, verdadero clochard latinoamericano, va diseñando a través de la liberación extrema de sus formas, de un marginalismo coloquial y de ese recuperado hippismo utópico y retardado que nace contra las grandes transnacionales y el derrocamiento de la imagen, como algo banal y repetitivo (producido para las masas a lo Pop-Warhol) que liderara las poéticas de los 80´s en Ámerica Latina, el mapa cosido en cuero de mestizo de nuestros pequeños templos o manicomios híbridos por excelencia. Mapa erizado, no sólo por el registro de nuestra fauna carnavalesca, sino por provocar la lucha o el enfrentamiento de la imagen contra la imagen, taladrando el “símbolo sano” y la reubicación de sus significados. Decía Bachelard, que el poeta es siempre origen del lenguaje por la novedad de sus imágenes.




Así se arriba a la noche latinoamericana, a esta bellísima odisea sudada por remeros interminables (como un tapete de ingos, mandingos o judíos -así como de niñas, perros y cinturas), yéndose al garete –sin confiar en el cielo; mientras escribes tú o yo o cualquier sin vergüenza que advierta que esto también es perezosa evasión (algo así como una noche de juerga, inflamada de locas y botellas partidas) pero necesaria porque cada célula es un concierto demente, por agotarse. Y hay que ponerle un papel, dejarla garabatear lo que le de la gana, a pesar de que todo ya esté rayado, sudado, llorado a gajos.




El mundo es un cuaderno rayado
El mundo es un cuaderno rayado
El mundo es un cuaderno rayado
















25/ 06/ 2009/ Santiago de Guayaquil.
[el mundo entero en la mugre de mis manos]








* * *












*prólogo al libro Respiración en el laberinto de Mario Santiago Papasquiaro, publicado por Matapalo cartonera en el 2009.

19 ago 2010


PRESENTACIÓN DEL POEMARIO GEOMETRÍA MORAL, DE LUIS CARLOS MUSSÓ (Cascahuesos Editores, Arequipa)


Lugar: Alianza Francesa de Guayaquil (Hurtado y Mascote, esquina)

Fecha: viernes 20 de agosto de 2010

Hora: 19h00

Intenvendrá el crítico Carlos Burgos Jara.
Sobre Geometría Moral:
Plantearse una geometria ética vinculada a la imagen del círculo -la expresión por excelencia de unidad y orden natural- supone diálogo entre las experiencias cultural y vital con un orden físico/ metafísico constitutivo del mundo. Aquí, ese desplazamiento verbal confronta la ondulatoria experiencia del yo con una mirada logopéyica. Tal tensión, entre una metafísica spinoziana -o borgiana- y una dicción poética que tiende al despliegue en la línea de ciertas voces tangenciales al surrealismo y a la acumulación barroca, gatilla este sugestivo poemario al que no resultan ajenos el ejercicio intertextual, la evocacón emotiva, el guiño posmoderno. Con este libro, Luis Carlos Mussó amplía su nocturno universo espectral, que lentamente ha configurado para nosotros (Juan José Rodríguez Santamaría).
Geometría moral no nos propone la resolución de una incógnita, sino al revés, su proliferación a través de la escritura misma: una indagación en la geometría de la realidad, cuando la realidad es el primero de los espejismos. El misterio del poema es el mismo que el de la creación del universo, y todo cuerpo está escrito en esa página en blanco -ese firmamento invertido-. Este libro propone un euclidismo lírico para perderse en los colores, las fotrmas y la luz de cada cosa que existe, y así llegar al poema mediante la música, la arquitectura, los viajes, el cuerpo, las ciudades, las palabras, como si fuera un gran filme del siglo XX o el desquiciado amanecer de esta noche que ha sido el XXI. (Héctor Hernández Montecinos)

6 ago 2010


QUE LA TIERRA TE SEA LEVE, WILSON BUENO


Recientemente ha muerto Wilson Bueno, poeta brasileño, autor del recordadísimo Mar Paraguayo. Lo recordamos como un actor lúcido de encuentros como Tordesillas, que pretendía unir a los poetas en castellano y portugués. Hace poco nos había concedido una larga entrevista y nos había entregado poemas inéditos. Hasta pronto, Wilson. Hasta pronto, poeta.



29 jul 2010


CONTINÚA LA FIL-LIMA 2010 CON RECITAL EN VIERNES DE LETRAS

Como parte de las actividades de la XV FIL-Lima se presenta la lectura de los poetas peruanos Frido Martín, Giancarlo Huapaya, Willy Gómez, Cecilia Podestá, Óscar Ramírez y Luis Salvatierra; y con la participación de Ernesto Carrión (Ecuador), Luis Carlos Mussó (Ecuador), Elizabeth Neira (Chile).
Dirección: ZELA (Av. Nicolás de Piérola 961, Plaza San Martín, Lima)
Fecha: Viernes 30 de julio
Hora: 20h00
Entrada libre

13 jul 2010

PRESENTACIÓN DEL LIBRO
Fundación de la niebla
de Ernesto Carrión

LUGAR: Alianza Francesa, mascote y hurtado.

HORA: 19h30

FECHA: miércoles 14 de julio

PRESENTADORES: Maria Paulina Briones y Andrés Villalba Becdach

8 jul 2010


Discurso del Premio Rómulo Gallegos*
Por Fernando Vallejo, agosto 2003

Amigos que me acompañan esta noche tan notable de mi vida:

Como ustedes, o la mayoría de ustedes, yo nací en la religión de Cristo y en ella me bautizaron. Pero en ella no me pienso morir. Si Cristo es el paradigma de lo humano, la humanidad está perdida.

En el evangelio de San Mateo está la parábola de los labradores del campo: que el dueño de la tierra les paga al final del día igual a los que contrató al amanecer que a los que contrató a mediodía o al anochecer. Y cuando los que llegaron al amanecer se quejan y le dicen: «Patrón, ¿cómo nos vas a pagar igual a los que trabajamos diez horas que a los que no trabajaron ni una», el patrón les contesta: «Los contraté por tanto y eso les estoy pagando, ¿de qué se quejan?»

Con lo viejo que estoy y lo mucho que he vivido nunca he podido entender esta parábola. Se me hace inconsistente, caprichosa, y su personaje un arbitrario. A los que llegaron al final del día les tendría que haber pagado menos, ¿o no? O más a los que llegaron temprano. Pero como él era el dueño de la tierra y el que ponía las condiciones… ¿Hay que trabajar, o no hay que trabajar? ¿Hay que contratar, o no hay que contratar? El mensaje de la parábola no está claro. ¿Qué dirán de ella los comunistas? Me hubiera gustado que Castro se la hubiera comentado al Papa.

Yo, si les digo la verdad, no soy partidario de darles trabajo a los demás porque después dicen que uno los explota. Y me pongo siempre, por predisposición natural, del lado del patrón y no de los trabajadores. ¡Ay, los trabajadores! ¡Qué trabajadores! Viendo a todas horas fútbol por televisión, sentados en sus traseros estos haraganes. ¡Que les de trabajo el gobierno o sus madres! O la revolución, que es tan buena para eso. Y si no vean a Cuba, trabaje que trabaje que trabaje. En Cuba todo el mundo trabaja. ¡Pero con las cuerdas vocales!

Pero volvamos a Cristo y a su parábola. ¿No está reflejada en ella la prepotencia de Dios, que da según se le antoja, según su real gana? ¿Que a mí me hace humano para que aspire a la presidencia, y a la rata la hace rata para que se arrastre por las alcantarillas y a la culebra culebra para que se arrastre por los rastrojos? A ellas les está dando menos que a mí. ¿Por qué? ¿O no será que es al revés, que a mí da la carga, el horror de la conciencia? Si es éste el caso, entonces la injusticia la está cometiendo conmigo y no con ellas.

También está en los evangelios el episodio de los mercaderes del templo a quienes Cristo expulsó furioso a latigazos porque estaban vendiendo adentro sus baratijas. Si Cristo no quería que los mercaderes comerciaran en el templo, ¿por qué no los hizo ricos para que no tuvieran qué trabajar? ¿O por qué no les dio local propio, una tienda? ¿No era pues el hijo del Todopoderoso? ¡Le habría podido mover el corazón a su papá! ¿Y cómo es eso de que el paradigma de lo humano pierde los estribos y se deja llevar por la rabia? En México dicen que el que se enoja pierde. Yo no sé.
¿Y por qué resucitó a Lázaro y sólo a él y no también a los demás muertos? ¿Y cómo supo que Lázaro quería volver a la vida? A lo mejor ya estaba tranquilo, por fin, en la paz de la tumba. ¿Y para qué lo resucitó si tarde que temprano Lázaro se tenía que volver a morir? Porque no me vengan ahora con el cuento de que Lázaro está vivo. Un viejito como de dos mil años. No, Lázaro se volvió a morir y Cristo no lo volvió a resucitar. ¿Por qué esas inconsecuencias? ¡Una sola resurrección no sirve! Si nos ponemos en plan de dar, demos; y en plan de resucitar, resucitemos. Y si resucitamos a uno, resucitémoslos a todos y para siempre. Así a los seis mil millones de Homos sapiens que hoy poblamos la tierra les sumamos otros tantos por lo bajito. ¿Con doce mil millones no se contentará este Papa? ¿O querrá más? ¿Doce mil millones copulando sin condón cuántos producen al año? A ver, saque cuentas, Su Santidad. ¿Dónde los va a meter? ¿En el Vaticano?

Pero esto en realidad a mí no me importa. Que se hacinen, que se amontonen, que copulen, que se jodan. A mí los que me duelen son los animales. A ver, ¿cuántos hay en los evangelios? Hay una piara de cerdos donde dizque se metió el demonio. Un camello que no pasará por el ojo de una aguja. Una culebra símbolo del mal. Y un borriquito, en el que venía Cristo montado el domingo de ramos cuando entró en triunfo a Jerusalén. ¿Y qué palabra de amor tuvo Cristo para estos animales? Ni una. No le dio el alma para tanto. ¡Cómo va a estar metido el demonio en un cerdo, que es un animal inocente! A los cerdos, en Colombia, en navidad, los acuchillamos para celebrar el nacimiento del Niño Dios. Todavía me siguen resonando en los oídos sus aullidos de dolor que oí de niño. El demonio sólo cabe en el alma del hombre. ¿No se dio cuenta Cristo de que él tenía dos ojos como los cerdos, como los camellos, como las culebras y como los burros? Pues detrás de esos dos ojos de los cerdos, de los camellos, de las culebras y de los burros también hay un alma.
Cristo viene de la religión judía, una de las tres semíticas, a cuál más mala. Las otras son el cristianismo, que él fundó, y el mahometismo, que fundó Mahoma. A estas dos religiones o plagas pertenece hoy la mitad de la humanidad: tres mil millones. Tres mil millones que se niegan a entender que los animales también son nuestro prójimo y sienten el dolor y tienen alma y no son cosas. Dos mil años llevamos de civilización cristiana sin querer ver ni oír, haciéndonos los desentendidos, atropellando a los animales, cazándolos por sus colmillos o sus pieles, experimentando con ellos, inoculándoles virus y bacterias, rajándolos vivos para ver cómo funcionan sus órganos y sus cerebros, maltratándolos, torturándolos, vejándolos, enjaulándolos, asesinándolos, abusando de su estado de indefensión, con la conciencia tranquila y la alcahuetería de la Iglesia y la indiferencia de Dios. Por algo está la Biblia llena de corderos que el hombre sacrifica en el altar de Dios regándolo con su sangre. ¿En qué cabeza cabe sacrificar a un cordero, que es un animal inocente que siente y sufre como nosotros, en el altar de Dios que no existe? Y si existe, ¿para qué querrá la sangre de un pobre animal el Todopoderoso?
Los animales no son cosas y tienen alma y no son negociables ni manipulables y hay una jerarquía en ellos que se establece según la complejidad de sus sistemas nerviosos, por los cuales sufren y sienten como nosotros: la jerarquía del dolor. En esta jerarquía los mamíferos, la clase linneana a la que pertenecemos nosotros, está arriba. Mientras más arriba esté un animal en esta jerarquía del dolor, más obligación tenemos de respetarlo. Los caballos, las vacas, los perros, los delfines, las ballenas, las ratas son mamíferos como nosotros y tienen dos ojos como nosotros, nariz como nosotros, intestinos como nosotros, músculos como nosotros, nervios como nosotros, sangre como nosotros, sienten y sufren como nosotros, son como nosotros, son nuestros compañeros en el horror de la vida, tenemos que respetarlos, son nuestro prójimo. Y que no me vengan los listos y los ingeniosos que nunca faltan a decirme ahora, para justificar su forma de pensar y de proceder, que entonces no hay que matar un zancudo. Entre un zancudo y un perro o una ballena hay un abismo: el de sus sistemas nerviosos.
Varias veces al año las playas de las islas Faroe (al norte de Dinamarca) se transforman en campos de matanza de ballenas. Grandes grupos de ballenas son guiados hacia ellas y atacados desde las embarcaciones balleneras y sacrificados sin misericordia. Primero les entierran un garfio metálico de 5 libras de peso, luego les cortan la médula espinal con un cuchillo ballenero de 6 pulgadas. El gancho se lo entierran varias veces hasta que las pueden enganchar bien para empezar a cortar. Como por instinto las ballenas luchan violentamente en medio de su agonía, es casi imposible matarlas con un solo corte. Deben soportar y sufrir varios antes de morir. A los nórdicos ahora se les han venido a sumar los japoneses. ¡Los japoneses! Los de Pearl Harbor, los que en la Segunda Guerra Mundial les hicieron a los chinos y a los coreanos ver su suerte. Ahora cazando ballenas. ¡Cómo vamos a comparar a un japonés —que es un hombrecito bajito, feíto, amarillo, cruel— con una ballena que es un animal grande y hermoso!

Y los delfines, los otros mamíferos acuáticos, que protegen a los náufragos de los tiburones: en los últimos cuarenta años hemos matado setenta millones.

El dolor es un estado de conciencia, un fenómeno mental y como tal nunca puede ser observado en los demás, se trate de seres humanos o de animales. Cada quien sabe cuándo lo siente, pero nadie se puede meter en el cerebro ajeno para saber si lo está sintiendo el prójimo. Que los demás lo sienten lo deducimos de los signos externos: retorcimientos, contorsiones faciales, pupilas dilatadas, transpiración, pulso agitado, caída de la presión sanguínea, quejas, alaridos, gritos. Pues estos signos externos los observamos tanto en el hombre como en los mamíferos y en las aves. Aunque la corteza cerebral está más desarrollada en nosotros y este mayor desarrollo es el que nos permite el uso del lenguaje, el resto del cerebro en esencia es el mismo en todos los vertebrados pues todos procedemos de un antepasado común. Así las estructuras cerebrales por las que sentimos el hambre, la angustia, el miedo, el dolor, las emociones son iguales en nosotros que en el simio, en el perro o en la rata. ¿Cuántos millones de simios, de perros y de ratas hemos rajado vivos para llegar a estas conclusiones?

Los genomas del gorila y del orangután coinciden en el 98 por ciento con el humano, y el del chimpancé en el noventa y nueve. Y el ciclo menstrual de la hembra del chimpancé es exacto al de la mujer. Ya lo sabemos, somos iguales a ellos, ¿cuánto tiempo más nos vamos a seguir haciendo los tontos? Y los que duden de que los simios son como nosotros, mírenles las manos y mírenlos a las caras y a los ojos. No hay que saber biología molecular ni evolutiva ni neurociencias para descubrir el parentesco. Sólo hay que abrir el alma. Y sin embargo candidatos altruistas al premio Nobel de medicina, médicos y científicos generosos, siguen experimentando con ellos, con los chimpancés y los mandriles y los macacos inoculándoles el virus del sida dizque para producir una vacuna dizque para salvar dizque a la humanidad. ¡Mentirosos! ¡Pendejos! La humanidad no tiene salvación, siempre ha estado perdida. Que se jodan los drogadictos de jeringa y los maricas si se infectaron de sida, suya es la culpa. Y dejen tranquilos a los simios. En la medida en que nos parezcamos a ellos no podemos tocarlos, y en la medida en que no, ¿para qué experimentar con ellos? ¿Para qué si no sienten, si son objetos, si son cosas inertes sin alma?

En el siglo XIX Pío Nono (el que convocó un concilio vaticano para elevar a dogma su infalibilidad, la infalibilidad del papa) prohibió que se abriera en Roma una Sociedad Protectora de Animales arguyendo que los animales no tienen valor intrínseco y que lo que hacemos con ellos no tiene que ser gobernado por consideraciones morales. Desde entonces esta inmoralidad es la norma en los países católicos. Con la conciencia tranquila, sin poner en riesgo nuestra salvación eterna, podemos cazar impunemente a los animales para hacer teclas de piano con sus colmillos, adornos con sus caparazones y abrigos con sus pieles; experimentar con ellos e inocularles cuantas bacterias y virus se nos antoje; encerrarlos de por vida en jaulas, practicar la vivisección en ellos, torturarlos en las galleras, en las plazas de toros y en los circos, transportarlos como bultos de cosas bajo el sol ardiendo sin importarnos su sed y acuchillarlos en los mataderos, porque ellos no son como nosotros ni sienten el dolor. ¿En qué círculo del infierno te estarás quemando, Pío Nono, cura bellaco? ¿Me alcanzarás a oír desde abajo? En las vacas acuchilladas en los mataderos de este mundo se revive día a día la pasión de tu Cristo. El mismo dolor, la misma angustia, el mismo miedo que él sintió colgado de una cruz lo sienten ellas cuando las acuchillan, así las pobres, las humildes, no se digan hijas de Dios. Y su sangre es igual a la suya: hemoglobina roja. Todo es cuestión de bioética, un sentido que no han desarrollado en lo más mínimo papas ni cardenales, curas ni obispos. ¿Cómo pueden ser los guías de una sociedad estos inmorales?

Los que cazan animales para quitarles las pieles, los «tramperos», los agarran en trampas metálicas que les destrozan las patas. Luego les introducen un palo en el hocico abierto por la angustia de la agonía, y herido e inmovilizado el animal, pisándole las patas traseras lo asfixian por presión en el cuello y en la caja torácica. Toda la paciencia y la calma para producirles la muerte sin ir a maltratar la mercancía.

¡Y los musulmanes, estos devotos de Alá! Hoy andan los iraquíes muy ofendidos con los gringos porque irrumpen en sus casas con perros a buscar armas. ¡Con perros, qué ofensa, qué horror! Si un perro toca a un iraquí con el hocico, lo saló de por vida porque el perro es un animal sucio, impuro. ¡Ay, tan puros ellos, tan inodoros, tan limpiecitos! Arrodillados rumbo a la Meca con los zapatos apestosos afuera y los traseros al aire. Si supieran estos asquerosos que mis dos perras me despiertan todos los días con besos…

¡Y los indómitos afganos con los que no pudo ni Alejandro Magno, pero que cayeron en veinte días hace un año y se pusieron de moda! También son de los que ponen a pelear a los perros. ¿Por qué no pondrán más bien a pelear a sus madres estos esbirros de Alá? Que les quiten los velos y el bozal a esas viejas paridoras y que se saquen el alma a dentelladas.

Mahoma es un infame. Un sanguinario, un lujurioso. Tuvo quince mujeres: catorce concubinas y una viuda rica con que se casó para explotarla. Y este mantenido lúbrico que ni siquiera hacía milagros, que despreciaba a los animales pero que se reproducía como ellos, propagó su religión con la sangre y con la espada. Hoy esa espada pesa sobre medio mundo. Los ayatolas y los imanes y demás clérigos rabiosos del Islam ladran desde sus mezquitas. Ladran, pero dizque no son perros.

Las corridas de toros, las peleas de perros, las peleas de gallos, el tráfico con los animales, las tortugas de la Amazonia convertidas en objetos decorativos de carey y los zorros y los caimanes cazados para hacerles abrigos con sus pieles a las putas y cinturones y zapatos a los maricas y a las respetables señoras de la más alta sociedad que van a misa los domingos. ¿Y qué dice de todo esto el Papa? ¿Por qué no excomulga a los que participan en esos espectáculos infames? ¿Y a los maestros de biología que practican la vivisección y rajan sapos vivos en las escuelas dizque para enseñarles a los niños el funcionamiento del sistema nervioso? ¿Y a los que torturan animales en los circos? ¿Por qué no dice nada de las vacas y los toros y los terneros y los cerdos acuchillados en los mataderos? El que viaja en jet privado y habita en palacios y castillos atendido como un rey con Guardia Suiza no dice una palabra. No levanta su voz. Calla. Este Papa besapisos es un alcahueta de la infamia. Y se entiende, es el derecho canónico, es su Iglesia, su tradición, la de Pío Nono, el infalible. Hoy le pide perdón a Galileo, al que iban a quemar vivo en una hoguera, porque la tierra siempre sí resultó girando en torno al sol, y a los protestantes y a los musulmanes y a cuantos combatió y masacró su Iglesia. Ya vendrá otro como él cuando el actual se muera a pedir perdón por las iniquidades y las irresponsabilidades de éste.

Dios no existe. Dios es un pretexto, una abstracción brumosa que cada quien utiliza para sus fines y acomoda a la medida de su conveniencia y de sus intereses. Caprichosa, contradictoria, arbitraria, inmoral, la religión cristiana no tiene perdón del cielo, si es que el cielo es algo más que el atmosférico. Una religión que no considera a los animales entre nuestro prójimo es inmoral. Por inmoral hay que dejarla. A los que están en ella no les pido, sin embargo, que la dejen porque ya sé lo que es el vacío de la vida y el espejismo del cielo y la fuerza de la costumbre. Pero entonces sean consecuentes y aprendan de Cristo: no se reproduzcan, así como él no se reprodujo; y absténganse de la cópula con mujer, así como él se abstuvo.

El 1º de septiembre de 1914 a las 5 de la tarde murió la última paloma migratoria en el zoológico de Cincinnati. Ya acabamos con las palomas migratorias, con el tejón rayado, con la musaraña marsupial, con el potoro de Gaimard, con el kanguro-rata achatado, con el balabí de Toalach, con el lobo de Tasmania, el bisonte oriental, el bisonte de Oregón, el carnero de Canadá, el puma oriental, el lobo de la Florida, el zorro de orejas largas, los osos Grizzli, el asno salvaje del Atlas, el león de Berbería, el león de Caba y el león de Cuaga, la cebra de Burchell y el blesbok. Ya no existen más, a todos los exterminamos. ¡Qué bueno, benditos sean! ¡Qué bueno que se murieron y se acabaron! Especie que se extingue, especie que deja de sufrir, especie que no vuelve a atropellar el hombre. ¡Y que se jodan los ecologistas que ya no van a tener bandera para que los elijan al parlamento europeo! Al ritmo a que vamos dentro de unos años este planeta estará habitado sólo por humanos. Entonces no tendremos qué comer, y en cumplimiento de nuestra más íntima vocación nos comeremos los unos a los otros. ¿Y el papa, qué va a comer? ¡Que coma obispo!

El hombre no es el rey de la creación. Es una especie más entre millones que comparten con nosotros un pasado común de cuatro mil millones de años. Cristo es muy reciente, sólo tiene dos mil. Al excluir a los animales de nuestro prójimo Cristo se equivocó. Los animales, compañeros nuestros en la aventura dolorosa de la vida sobre este planeta loco que gira sin ton ni son en el vacío viajando rumbo a ninguna parte, también son nuestro prójimo y merecen nuestro respeto y compasión. Todo el que tenga un sistema nervioso para sentir y sufrir es nuestro prójimo.

Gracias a Venezuela por el premio que me da, y por haberme escuchado y concedido el privilegio de hablar desde esta tribuna, una de las más altas de América.

Fernando Vallejo


*Artículo publicado en www.revista-artefacto.com.ar
* foto fuente: abc.es

29 jun 2010

HUERTO

El poeta
Cultiva
Sus llagas,
Hasta
Considera
Que son
Hermosas,
Las exhibe
Como en un
Museo
De cosas
Raras,
Pavo real
O vitrina,
Uno entiende
Que son
Máscaras
De su teatro
Sin ellas
No sería
Poeta
(¿Qué
Sería?)
Pero
Sucede
Que a menudo
Su huerto
Hiede.


De Francisco Javier Gómez Campilto
tomado del libro "Consejo para la buena muerte"

14 jun 2010

5 jun 2010

INFLUENZA
Una plaquette que anuncia nuevos giros en la obra del poeta peruano Maurizio Medo





Como un adelanto de la publicación de su segundo libro en la ciudad de Santiago de Chile Transtierros –recordemos que el primero fue Manicomio, considerado como uno de los títulos más emblemáticos de la nueva poesía en lengua castellana-, la Editorial FUGA pondrá en circulación un work in progres de este nuevo título con el título de Influenza. Aquí los poemas, escritos en tiempo real, recogen (de manera testimonial, paródica y crítica) el espíritu de época, una de la que el autor se da la maña para escapar e interrogar al lenguaje, y con ello a la propia identidad, una que, en la obra de Medo, logra, una vez más, reinventarse.



Como una primicia ofrecemos aquí algunos de sus textos.



INFLUENZA

1.


Basta de trepar a los aviones que emprenden vuelo en la deshora
Basta de caer desde tu beso sobre los tremos de su honda turbulencia
Basta de deshablar en trances celulares alelado ante mi ruido
Basta enjundia de súbitas querellas por quítame estas pajas
Basta de volver a marcar poseso digital tu código de acceso

Basta de flyers posts emails…
Basta de fingirse natural meditando la vida conyugal en una jaula
Basta de ver por ahí al poema y susurrarle albur-azar por serendipia


Arribo del transtierro (libre ya de alquilarme
abyecto ganapán por unos óbolos)

Judas de mis cristos ábrome paso por el psicosocial temiendo sorprender
en mi lugar a un doppelganger

Temo que mi propia ausencia del poema
me constriña Pájaro a la jaula
Albur--azar –albur –azar

Temo que al verme el perro ladre no a mí sino a esa ausencia

Ábrome paso Cincuentonas con máscaras antigases Otras cholas
esputan sus pañuelos Por el altavoces canta el locutor

384, 485, 586,687…

Y rueda la bolilla de la súper
A(H1N1)
Nuestro guión: toser y toser a pura cepa Sin vacuna infestando
cerdos pollos reses (los diarios nos dirán cómo a los peces)
ilusionados con algún report de la CNN
Arribo del transtierro Desde otra órbita Fuera de mí
Con el pavor por tener que descifrar
las claves de mi propia partitura
En ella a mi amor exponencial y cárdeno
La tierna parva de achiperres acechando el manzano
& la bravura de mi perro apiojada

Por ello señor- dije al chofer

- Sí Probablemente esta gripe sea
una puta manipulación química
con qué distraer la veleidad musulmana

Pero en mí la única aflicción que quepa ahora es dar la talla
Y cuando llegué el viejo Medo bramó:

-¡Aquí mi Judas¡

Mientras reías
(y reías)

Pavana

2.

De nariz va para encender la obscura luz de su secreto lupercal

Va zafio el cabrón Estornudan 796 víctimas de A(H1N1)

-¿Tío qué cosa es mu-sul-mán?

¡1000¡. Otra vez oye la voz del chofer
puta manipulación
vibrando en la escarcha que hiela rúbea en su piel
Pero ni el frío ni su vapor neumonal
En la radio A(H1N1) como un hit musical

Volver implica siempre recomenzar
Ahora más bien como ingente hacedor
donde apenas ácaros y dendritas de polvo
Fuera de toda descripción Objetivista y neutral

Va sólo como un modo de comprender la realidad
cuando ya son 1001 víctimas
y la A(H1N1) vibra
Alf layla wa-layla La dulce voz de Sheherazade
(como una puta manipulación
con qué cebar al cameramen)

No me corro yo
(Medo es otra puta manipulación)
Hablemos de cómo escarcha el ande
(lejos de la voz del locutor
sin rating)

3.

Pero de que he vuelto no quepan dudas
ve el beso rabiar sobre los labios de mi amor

El resto es una puta manipulación

La voz del ferchome hace escribir aún contra mí

Y vuelto ¿eh? es decir al principio - wu-wei
hasta calzar el poema Exangüe glosolálico
y por serendipia pura

Aún dudo si escribir contra mí constituya una praxis política
o una estrategia musical
Pero funciona En cuanto nombra la realidad
con nuevos sustantivos

He vuelto de ver face to face lo que de ayer temía:
otra puta manipulación La rutina: sus días repitiéndose pesados como los pasos en un waltz

De comprender que ayer

La idealización banal de lo que ya…
(lo cual convierte vida en un sema bisilábico efímero y brutal)

¿Qué pensaría el ferchopor puta manipulación eh?
Tampoco lo sé

Fue proverbial

Hay algo sabio en la oralidad algo que es cierto se tizna
con las nuevas posibilidades de escritura y subjetividad
(chats, MUDs posts flames spams)
Todas con ese matiz tan verne que habría Y sólo
por un momento considerar a toda voz
como la nota de un pentagrama panfónico
Y ya no escribir
Sólo callar
Escuchando toda la bulla atroz como a un poema
Sobre esto nada dice el locutor
-¡Gripe pituca¡- exclamó al ver la bolilla de la A(H1N1) rodando
por la casilla 2008 Casi a tiro de año
Siempre tan cool tan tamiflu tan made in isla caribeña.
Implicaba a un status

Nunca he visto- escribió Aurora Bravo- en Nueva York, Suiza o Ámsterdam
que la gente se muera por el friaje,
aunque los inviernos registren temperaturas más bajas
Hay una semejanza liminal entre helar el pulmón
a -18 grados centígrados
Y escribir poesía

Aunque esta sea cascajo para el orden social

Una utopía

ATAVISMO


¿ves borroso en los bordes?
y si destrozas la obra cromática aquélla de tus padres ¿reconocerías los colores?
¿el dolor elegido en las piezas en los pedazos por decir? azul cielo
blanco piedra transparente
¿arrancarás la imprecisión la verdad que une ésta y aquélla intercesor
mediador de la defensa de los hombres?

Alejandro Tarrab

Pero el escriba aquél sufre de autismo.
Ante las puertas ¿un poema las tiene?
susurra de paporreta pasimí pasemá.

Uno penetra al lugar según lo conceptúa

Mi Judas abomina la quimera urbana
del poema como casa (blanca y con jardines)
Con una métrica antípoda de infancia

Anhela más bien volver a él como a un estroma
Y si no estroma como lengua a beso
O adjetivo a cosa
Una libre de arbitrios y tasas de interés

Porque la crisis, mi amor porque la crisis
(sin partituras y a ritmo de balada)
política comunicacional jurídica social…
(Cantan los trotskos)
- ¿Cómo se escribe caviar viejo esturión del Volga?-preguntó Judas
Eso es un prejuicio burgués De derecha –replicó el coro
de poetas indigentes en Manhattan
Y cuando ya no sabía qué era ser andino o tropical
el Judas dijo: no me jodas Medo
Occidente es otra mar
Porque la crisis mi amor porque la crisis.

Loncos y aimaras me miraron como a prosciutto di Carpena.
El paramédico cual presunto portador de la porcina y
la dulce Rita preguntó: ¿Hello, bonjour
السلام عليكم?
qillaysapa ¿Entender ud. el español?
Yo sólo quería volver
Pero entre el poema y esto –costa yunga duro altiplano
había más que un simple soroche

- Qillaysapa ¿Entender ud?

Rita rió rata pícara de mi acento
Occidental según los esturiones

Repetí Volver como a un estroma Pues salvo en tu cuerpo
no tengo patria ni noción
Occidente es apenas una excusa para
malmirarnos Sombra de Caín

Volver al poema…

Sin que el ADN genere todas estas cosas

INSTANCIA

Somewhere someone is traveling furiously toward you,
At incredible speed, traveling day and night,
Through blizzards and desert heat,
Across torrents, through narrow passes.
But will he know where to find you,
Recognize you when he sees you,
Give you the thing he has for you?

John Ashbery

Y mientras más en el borde Y más…
La crisis ya es algo entrañable Y tanto
que en la vuelta sus límites franquean
los del poema Es la salida
La otra a la trastienda Cieno
Ahí quedan
losreports de la CNN
Ácaros dendritas
Las ahora 3000 víctimas
El fercho
Un cuarto de hora en el reality
Mi capisci Rita mi capisci?
Vuelvo solo e instintivo (Tú siempre estás en el poema
Sus aguas preciosas te reflejan susurrando
¿lo ves mi amor?)

Ya cerca arribo trapo
pero no a morar ahí
El poema es una instancia

Lo vivo está en el viaje

4 jun 2010

30 may 2010


POEMAS INÉDITOS DE JOSÉ KOZER

Como lo prometimos, presentamos tres poemas inéditos de José Kozer, gran amigo de esta Casa. El poeta cubano -más bien, latinoamericano y nuestro- hace una panorámica entre el sueño con visos intertextuales, una reflexión muy suya sobre el tiempo y un homenaje particular. Todo esto, a continuación.

SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO

Ríe Guadalupe, y a mí se me corre la baba:
sonrío yo.

Y me adentro en un bosque, justo el bosque
que anoche surgió en
el sueño: con dos o
tres hamadríades de
cuello y corbata,
acompañadas por un
sátiro viejísimo (oye,
los huevos le llegan
al suelo) y un par de
náyades (despistadas):
una alseide engurruñada
(amojamada) bailando
(ida) con su ida sombra,
ah, cómo recuperar el
tiempo ido, ni modo, la
flor silvestre, la pineda
y la broza han muerto.

Todo el desparpajo de los dioses, hecho de
corrupción y carroña, se
desvanece al reírse
Guadalupe.

Éste es un día feliz, sin transición: en el claro del
bosque, esta mañana, y
ajeno al sueño de anoche,
semejante al de anteanoche,
y al que viene mañana, me
encuentro una vez más con
el nogal cargado de fruto,
la mesa herrumbrosa (coja)
pájaros de varia índole, la
cesta de mimbre con las
aceitunas, bocadillos, queso
de teta, pan de flauta casero,
y el botellín de tequila puesto
a enfriar en el riachuelo.
Orfeo y compañía. Llegamos
montados en yegua mansa,
a pelo, Guadalupe y yo a la
mujeriega: me apresto a
poner la mesa, en el suelo.
Mantel de hule a rayas,
servilletas gruesas de
papel, cubiertos de plástico,
Guadalupe se fue a recoger
flores silvestres para la
mesa (y cabellos): gargantilla.
Y jarra (una lata vacía de
cerveza) (negra Modelo)
donde ejecutar hermoso
arreglo floral con helechos
grises, campánulas moradas.
Y brezo.

Eran flores variadas, flores evolucionadas, agrestes
cuan perfectas, una a una
y en orden alfabético,
impecables: aprende; y
mi mujer se echó a reír:
sonrío. ¿Lista? Y fue
grande el acopio. Sobre
las dos de la tarde
echamos un pestañazo
de tres cuartos de hora,
y al abrir los ojos, camino
de la mente, nos encontramos
con el Buda reluciente, un
centenar de ninfas y sátiros
detrás de la humareda.
Goya (más sordo que una
tapia comentando los
aquelarres de su tiempo)
qué más se puede pedir:
en el día feliz consumamos
con ecuanimidad nuestro
ardor, por el camino de
vuelta nos acompañó una
banda (rupestre) de músicos
(cabras; unicornios) voces
mudas, endurecidas voces,
compás de birimbaos,
triángulos plateados, un tres
desvencijado (un morueco
guía, la salida del bosque
cerca): completamos el
desayuno con mofongo,
panecillos hechos en casa,
el aceite, la lasca casi
transparente de jamón
serrano, pocillo, agua del
tiempo: nos separamos.
Guadalupe, emprendedora
(recordad que son las seis
de la mañana) se fue a hacer
la colada en el cuarto de
máquinas de la comunidad,
y yo al eco, unos restos,
trazas de vislumbres del
sueño acaparado por
el nacimiento del día,
el desayuno, la risa
(cauterio) de mi mujer,
se aleja con el cesto
cargado de ropa sucia,
entona (nívea) una copla
española de su lejana
juventud, reaparecen
alseides y hamadríades,
y de repente, quién lo
diría, el rey David (lloroso)
(cargado de espaldas) el
cabello revuelto, cenizas,
la estameña por Absalón.


LIBRO DE HORAS DEL SEPTUAGENARIO

De tanto y cuanto y por cuanto, tanto atareo,
hasta cuándo.

Soy un recluso chino que baldea y trapea la
casa, dos horas al día
trapicheando, mi casa
cómoda y pequeña, al
margen, cual patena.

El agua fresca, el asiento mullido, el catre
colchón duro (nada mejor
para el espinazo): el baño
tiene una lámpara de
piedra (combustible: aceite
rampante) su brillo alcanza
las esferas celestes con
todos mis antepasados,
penates, lares, atisbos
de reencarnación: cada
dios en su sitio, cada
casa exigua y recién
lavada, un dechado
se refleja en mi casa
de aquí abajo desde
el espejo del alto
espejismo de las
esferas, la habito
trasteando, fuchicando
entre escobas, escobillas,
escobillones, mis
progenitores.

El día a mi disposición.

Horario fijo, cronometrado, propio de mi naturaleza:
una naturaleza sin subterfugios
ni propensiones, nada de
recovecos: yo que fui tan dado,
madre mía, a complicarlo todo.
Cómplice de marañas, hecho a
mezclar los esquejes, fundirme
en densidades, disputar día y
noche con mi cabeza.

Desde la puerta trasera abierta de par en par, dándole
entrada a la luz del mediodía,
el calor ambiental, algunos
insectos dorados, dos o tres
sombras invariables de luz
dorada, cribada en los
harneros de Dios (impoluta,
la luz): contemplo, en fila
india, cuarto de dormir (baño)
sala, comedor, la galería que
da al vergel, al río, a los
montes donde crece la hierba
cana, reluce la amapola, voy
a sembrar girasol el mes
entrante, en qué mes estoy.

Estuve hasta las doce en punto atareado, no he
sentido la menor agitación,
fregoteé inmiscuido la casa,
saqué brillo a los cubiertos,
cambié las sábanas, mañana
a primera hora (silbo) (canto
para mis adentros) (flauta de
bambú) (violín chino: erjú)
toca hacer la colada.

El resto del día colinda mi cabeza con enseres
intelectuales, música
isabelina, el proyecto
en marcha de leer los
Episodios nacionales,
toda la obra de Dickens,
el libro azul del filósofo
o fisólofo o filoso
pensador alemán.

No quepo apenas en mí de quietud: sentado.

A veces suena un timbre. A veces tocan a la puerta.
A veces un curioso
curiosea con la nariz
metida en la ventana.
Y a veces un insecto
dorado, lapislázuli o
azabache reencarna
delante de mis narices.
Es hembra parejera,
de carnes duras, ojos
zarcos (no abundan
en la China ni en
Cipango) ahora tengo
asegurados por un par
de años el toqueteo,
fogajes y templaderas,
el émbolo en acción,
limpiar el puerco,
platónica la conversación
a altas horas de la
madrugada mientras
dura (siempre me parece
sagrado) el insomnio.


HOMENAJE A SOLEIDA RÍOS

De baquelita su pellejo. Caballo pardo. Bata de dril,
turbante rojo. Collar
de caracoles de los
playazos de Oriente.
Sandalias de corcho.
Un pavo real en la
mirada. Benjuí su
aliento. El aliento de
la desalentada. Alada
y desangelada a sus
sesenta años. Cómo
le tiembla la quijada.
Tragar seco, tragar
duro. El tazón de
arroz moreno, las
tiras de viandas,
agua a pelo, algún
refresco color
gasolina, de postre
una cucharada de
azúcar prieta, unas
gotas de limón en la
mermelada de canistel.
El caballo regresa solo
al establo, color carmelita
la sierra, el soto a la vista,
el jardín de la entrada se
llenó de tila y de pamplinas.
Cañadas, y un desfiladero
que por seguro conduce a
la gran ciudad (celestial):
un lugar que llaman Sierra
de los Órganos, Jardines
de la Reina. Memorizar
palabras. Las de casa
(allá) las del libro (cerca)
las que subrepticias saltan
impertérritas de la Nada, la
penetran (está preñada). Su
pijama colorado para el alba,
todas las albas, hasta la
altura donde Dios, etc.
Amor blanco primero, el
hijo del boticario, hasta el
fondo, en la bodega, en la
rebotica, las antesalas: entre
guásimas y flamboyanes, a
lo lejos. Y luego salir a buscar
fantasmas.

Los secaderos de café, baya colorada.

Tributos a la mejorana, las infusiones, la mano rugosa
de la madre, por pasarelas
regresa de los promontorios
(muerta) hora de servir té de
hierbas, sacar los pañuelos
rojos, canturrear para adentro
que los dioses están inquietos:
pregunta con el canto de la
mano en alto si prefieren miel,
limón, raspado de la panela
de azúcar prieta, la emoción
de ver entrar la parentela,
oquedad oquedad: y a un
gran amigo venidero, ya
asoma (el nombre) Ángel
Escobar.

Se tiró.
Del pellejo azabache.
La camisa blanca se le abrió de pelo en pecho a media
altura.

Golpeó seco, coco rajado, sesos colorados, policromados,
órale. Está comprobado: la
mucha escritura enrojece
las grises cavernas, sombra
azul de las circunvoluciones
mentales, ángel a las simas,
senos, pozas, limpiar y limar
luego a manguerazos la
calle, barrer lo seco, mundo
descocotado, todo lo mata.

No descree Soleida Ríos, sólo que. Invoca, aunque sepa
que. Le gustaría usurpar
la naturaleza del árbol a
la vista (laurel) el ave
(tomeguín: chica, fíjate
bien que es un choncholí):
subir con Jacob la escala
hasta el pico del aura,
despeñarse, descenso
seguro en andas, cargada
por sus dioses.

La flor de pedo es negra, negra la rosa mosqueta, de
blanco visten las auras
tiñosas, las niñas negras
mequetrefes, de lazo
amarillo, enclenques: el
pintiparado moño relumbra,
todo el mundo con el tiempo
lo imita. Las niñas vistieron
de blanco a las tiñosas.

Ésta es la mujer (sesentona) del agujero elíptico lustrando
día y noche (para calzarlo,
ajustado) el zapato izquierdo
del amigo muerto: ya entra,
ya tiempo con universo se
ajustan a la medida del pie.
¿Y el derecho? Eso será
otra muerte, sin golpe seco,
más aguada para cantar,
menos vertical.

27 may 2010

Fernando Balseca
_______________________________

El vacío dicho


Al leer –respirar, sería mejor, porque estos poemas nos agitan– Fundación de la niebla se comprueba que la palabra del poeta, en medio de los desmanes de las ideologías del siglo XXI, aún mantiene una inmensa capacidad para provocar estremecimientos interiores porque sus verdades, abrigadas en el cuidado por la expresión, ponen de manifiesto que lo que circula como discursos de poder en nuestras sociedades, al final, valdrá poco. La poesía apela a otra fortaleza, a la de uno solo. Ernesto Carrión nos demuestra que consumimos poemas para consumirnos, para quedarnos, momentáneamente, no sólo sin respuestas sino ni siquiera con preguntas, porque la constatación del lugar pantanoso en que moramos nos deja poco para hablar.
La magia de estas líneas atesoradas, depuradas, decantadas y medidas radica en que la voz poética no es sustentada desde ningún discurso de saber; antes bien, la poesía se sostiene por sí misma, por la cadencia de la frase, por la profundidad del tema, por la potencia de las imágenes que desatan asociaciones inusuales en nuestra mente. Su autoridad es la de no-saber, y por eso mismo se anima a exploraciones hondas y de provecho para el hombre. La voz de Carrión se incrusta en nuestras cabezas –pronto aprenderemos que la testa está desprendida de nuestros deseos– para conmocionarnos en nuestra soledad. La poesía es mejor cuando nos enrostra la soledad, no únicamente como la vía necesaria para el acto de lectura sino, fundamentalmente, como un estado de ánimo que nos resguarda de la agresividad de estos tiempos tan bulliciosos y contaminados de palabrería.
Es tan sutil el manejo de la palabra que, en última instancia, Fundación de la niebla apuesta por el no-libro, en la medida en que va desmoronando esa antigua relación por la cual la poesía complace al lector con alegrías y trinos. Aquí el lector es invitado a deshacerse, a irse junto con las líneas finales de cada texto, a viajar a otra parte en la perspectiva de tomar distancia de sí, de uno mismo, de desdoblarse para verse mejor en las palabras atinadas de otro. La maestría de Carrión nos golpea con conceptos-sensaciones que nos desarman y nos inutilizan pero, a la vez, consiguen removernos del lugar mental en que estábamos para emprender la conquista de nuevas comprensiones en contra de las creencias establecidas. Estamos ante unos textos poéticos que rezuman pensamiento y que nos proporcionan un placer notable para saborear el peso y la trascendencia de la palabra poética.
Esta poesía quedará en la tradición de nuestras letras hispanoamericanas. En una época en que esperamos –acaso inútilmente– que cambie drásticamente la sociedad exterior, la niebla que envuelve el acto de existir y de escribir nos construye un velo necesario: es a través de la falta de luz que vemos de mejor manera el universo que nos rodea, parecería decir esta paradójica poética de Carrión, en la que el motivo del acto de la escritura también interesa porque escribir es asumir una definición de vida –una función en la vida–, pues se trata de cincelar las palabras que quedarán resonando para otros a lo largo de las eras por venir.
Fundación de la niebla es un libro necesario para recordarnos nuestras divisiones internas, nuestras roturas, las voces que nos habitan y que nos descontrolan, pero sobre todo para sentir que la condición humana es algo que día a día, en el acto de asumir la palabra, se va concretando en medio de dubitaciones, pasiones e instantes de sosiego. La poesía serena y directa –sin rodeos– de Ernesto Carrión nos trae el mensaje de nuestra singularidad en la diversidad de los escenarios por los que transitamos, en los que impera la sensación de oquedad, orfandad y finitud. La poesía es autosuficiente: es inicio y fin de algo, es fundante, es constituyente de humanidad. La de Carrión nos prepara para la vida plena de sentido. Y también para afrontar la nada en que existimos. Pero, al nombrar el vacío, nos da ánimo para ahuyentarlo por un momento. ●

24 may 2010

17 may 2010



RETORCER EL CUELLO DE LA GRAMÁTICA
(Avatares de un movimiento literario de los años 80)

Por: Tamara Kamenszain

Me suelen preguntar si me sigo considerando neobarroca. Y la salida, por estos días, de una nueva edición de Medusario (Mansalva), aquella mítica muestra de poesía latinoamericana que consolidó en los años 90 un movimiento dl que ya se hablaba mucho pero del que poco se sabía, vuelve a poner sobre el tapete de las pertenencias.

Ser neobarroco en los años 80 era estar, por un lado, contra los contenidismos imperantes, deudores de la ingenuidad del realismo socialista de los 50. Pero por otro, también era un modo de posicionarse en contra de aquella tendencia a la abstracción “metafísica” que se había enquistado por esos años de la poesía argentina.

Para una generación que abrevó de las vanguardias pero que ya estaba buscando desmarcarse del peso de lo programático, ser neobarroco significa acceder a una oportunidad nueva; la de salir a retorcer el cuello de la gramática con el fin de cerrarle el paso a los mensajes didácticos. Pero también significaba animarse a inyectarle un poco de color latinoamericano -por la vía regia que habían trazado, entre otros, los cubanos José Lezama Lima y Severo Sarduy- a nuestra pasteurizada y/o afrancesada poesía local. Néstor Perlongher pergeñó otra expresión para definir lo que nos ocupaba: neobarroso. Fue un intento por manchar de barro –pero sobre todo de barrio- un concepto que se empezaba a estereotipar tornándose cada vez más funcional a la crítica.

Ahora, después de tantas “remuertas palabras” –lo dice Oliverio Girondo en “Cansancio”, el poema que cierra En la Masmédula, su libro final-, talvez yo me afiliaría a un movimiento que bien podría llamarse neobarroso.

A ver si sobre los abstractos caminos del decir y los pesados contenidos de lo dicho, o mejor, entre lo oscuro y lo transparente, o, simplificando la cosa todavía más, entre la forma y el contenido, queda solo el entre, y puedo volver a enroscar ahí la medusa de mis sueños juveniles.

Tamara Kamenszain. (Buenos Aires, 1947) Estudió entre 1965 y 1971 filosofía, aunque abandonó tal carrera a muy poco de concluir. Secretaria de redacción de la revista 2001, y luego redactora de La Opinión y colaboradora de Clarín. Premio de apoyo a la producción poética del fondo nacional de las artes de Argentina por De este lado del Mediterráneo (1973). Pasó un año en Nueva York, publicó Los nȏ y coordinó talleres en la UBA, el Fondo Nacional de las Artes de México y la Secretaría Argentina de Cultura. Se radica en México. Entre sus títulos (en ensayo y en creación lírica) constan El texto silencioso. Tradición y vanguardia en la poesía sudamericana, La casa grande, Vida de living, La edad de la poesía, Tango bar, El Ghetto, Solos y Solas. Ha obtenido la beca Guggenheim, en el género creación literaria. Tamara nos ha acercado a este texto, que aparece en eñe.

10 may 2010



WILSON BUENO,
O LAS PROFUNDIDADES DE LA POESÍA EN NUESTRO CONTINENTE

Por Luis Carlos Mussó

Wilson Bueno, considerado uno de los más importantes escritores brasileños contemporáneos, es autor, entre otras obras, de Bolero’s Bar (Criar Edições, 1987/Travessa dos editores, 2007;) de Manual de Zoofilia (Noa Noa, 1991); de la novela Mar Paraguayo (Iluminuras, 1992), también publicada en Chile, Argentina, Cuba, México, EUA y Canadá; de Cristal (Siciliano, 1995); del libro de tankas Pequeno Tratado de Brinquedos (Iluminuras, 1996); de la novela Meu Tio Roseno, a Cavalo (Editora 34, 2000); de Amar-te a ti nem sei se com carícias (Planeta, 2004); do fabulário Cachorros do Céu (Planeta, 2005) y A copista de Kafka (Planeta, 2007), Premio APCA 2008, y consta entre los 5 finalistas del Prêmio São Paulo de Literatura 2008. Wilson Bueno fue también editor, por ocho anos, del suplemento de pensamiento Nicolau, innúmeras veces premiado, inclusive con el título de “Melhor Jornal Cultural do Brasil”, por la Associação Paulista dos Críticos de Arte, en 1987. Colaborador regular de muchos espacios virtuales y revistas.

¿Cuál es la diferencia entre el eros y el thánatos que se puede leer en Mar paraguayo?
Creio que todo “Mar Paraguayo” é marcado por esta sanha e esta sina: a do embate, a do confronto que, a rigor, contamina o cotidiano de toda e qualquer existência humana. Não há diferenças aí entre o gozo da epifania e o gozo perverso, thanático, de las malas cosas, como vocês dizem, com grande precisão em espanhol. Em português temos um vocábulo que não é muito preciso nesse sentido mas se diz das malas cosas que são “aziagas”. Há qualquer coisa de premonição para la mala suerte quando dizemos “coisas aziagas”. É o risco sempre sinistro de estar vivo, de todos os medos e de todos os erros.
Em “Mar...”, além de tudo o que pretendi expressar, e pretendi muita coisa, ainda que de pretensões o inferno esteja cheio, também há um viés, digamos, “político”, estrito senso, em que “eros” é o novo, a alegria, a pulsão, a “democracia” e “thanatos”, o velho, o carcomido, o ultrapassado, o conservador, as “ditaduras” – de esquerda ou de direita, por suposto, não importa.
Não podemos esquecer que “Mar Paraguayo” é uma acabada metáfora das ditaduras-bananas de nuestra América. Eu escrevi a novela-poema-caudal, como a classificam os “doutores” de Berkeley, movido pela alegria do fim da ditadura de Alfredo Stroessner, no Paraguay. E ele estava justamente asilado, àquela época, em Guaratuba, cena e cenário do relato.

El infierno de las relaciones se exalta en tu poema. ¿Se puede -o debe- leer como un texto narrativo?
Sem dúvida. “Mar Paraguayo” acho que se inscreve também na categoria das “autonomias”, um anti-gênero por excelência, já por tentar dissolver ali todos os gêneros. É um romance? É uma novela? É um poema? É uma narrativa noir? É tudo isso e não é nada disso. Mas há, ainda que propositalmente tênue, um fio narrativo – quase policialesco e/ou policial, eu diria. E aí então temos que considerá-lo, sem dúvida, um texto eminentemente narrativo... Você tem toda razão: a infernal incomunicabilidade humana ali está onipresente, inclusive com a ausência de diálogos, tais como os concebemos em literatura, já para acentuar esse isolamento e a luta sem tréguas das relações ditas “humanas”...

Desde Bolero`s bar y Manual de zoofilia, qué indagaciones poéticas has recorrido?
Todas. A minha vida literária é só uma indagação em busca da “essência”, da alma profunda da velha ars litteraria. Estou sempre buscando. Com o romance (?) “Amar-te a ti nem sei se com carícias” (Planeta, 2004) a busca desesperada das cruezas e grandezas do século 19 brasileiro. Do português retórico dos oitocentos à beleza do idioma quase em seu nascedouro, como “inscrição” literária no Brasil....
“Meu Tio Roseno, A Cavalo”, uma fábula tropeira e fronteriça, mesclada do mais puro português com o mais puro guarani fronteriço. Sete céus e seis entre-céus a cavalo – do sopé da cordilheira do Amambay, no Paraguay, este meu tio, até as barrancas do rio Paranapanema, na divisa, ao norte, do Paraná com São Paulo. O personagem vai mudando de nome – dali até o final, sempre dentro de um contexto, claro. É Roseniño, quando lembra a infância; é Rosemundo quando pensa todos os seus périplos; é Rosenão quando nega e nega e nega – até a última instância. E assim por diante, este meu tio, a cavalo da poesia...
Com “Jardim Zoológico” (Iluminuras) e “Cachorros do Céu” (Planeta), os outros dois volumes que completam, com “Manual...” minha zôo-trilogia, o primeiro, “Jardim...”, bichos virtuais, filosóficos e filosofantes; o segundo, “Cachorros..”, anti-fábulas politicamente incorretas a gozar o Dr. La Fontaine e outros “doutores” moralistas ou moralizantes...
Em “Canoa Canoa” (edição bilíngüe – português-espanhol, Babel Editorial, Argentina),com honroso prólogo de Roberto Echavarren, é apenas o destino de uma canoa que se chama Canoa e que, numa tempestade, perdeu seu canoeiro. Ela é que, de rio em rio, narra a história dessa busca Dele. O canoeiro é sempre “Ele”, uma metáfora de Deus, do Amor, de todas as utopias... Os rios, as matas, a flores, as vertigens, as guerras. Um livro conradiano por excelência... Eu sou um apaixonado por Joseph Conrad.
Em “A Copista de Kafka” (Planeta), meu livro mais recente, um romance-montagem, com textos que, alternados aos diários (inventados) de Felice Bauer, a noiva eterna de Kafka, vão sendo compostos por uma prosa que se pretende, e talvez seja, kafkiana em vários sentidos... No livro, a certeza, pelos diários de Felice ali inscritos, de que são contos, aforismos, narrativas longas, todos salvados do incêndio, posto que ela se negou a queimá-los, como pretendia Kafka, mas que não estavam em poder de Max Brod, e sim, somente dela, para que os datilografasse como aliás fez, historicamente, com todos os “verdadeiros” manuscritos de Franz Kafka.

Dices: "El infierno es concreto como una pedra ante el sol". ¿Qué buscas al escribir? ¿Cómo te enfrentas al lector?
Ao escrever busco, com uma pretensão que Tolstoi abdicou ao final da vida, posto que o gênio russo considerava uma afronta a Deus, e que eu, medidas as proporções, continuo insistindo – o de recriar a “alma” humana. Reescrevê-la. Fazer do leitor o meu maior cúmplice face à perplexidade de estar vivo. Acho a vida infinitamente mais misteriosa que a morte. O leitor, ou o hipotético leitor, pois todo texto é uma garrafa ao mar, será sempre aquele que me ajudará a me salvar de mim mesmo.

La soledad parece patrimonio de los seres humanos, y tú lo expresas: "Mi temor de vivir no es como se fuera sola la soledad". ¿Cómo se plasma la soledad, cómo se la escribe?
Acho que escrevemos por duas razões básicas: porque sabemos que vamos morrer e porque da solidão viemos, à solidão estamos inexoravelmente condenados posto que ninguém se move de si, e à solidão retornaremos – em definitivo e irrecorrivelmente... Todos os meus textos aspiram a gritar isso, que estamos absolutamente sozinhos, que ninguém há de nos livrar dessa condição... Gosto muito da epígrafe de “A Copista de Kafka”, que é de Kawabata – “Nascer neste mundo significa ser abandonado por Deus”... Kafka é a melhor expressão disso, de alguém que se abriga na literatura, na sua toca, porque sem escrever há de perecer à míngua... Kafka não é bem um escritor, como todos nós é uma alma penada...

La trenza de lenguas, portugués, español y guaraní, ha convocado múltiples lecturas, y se conecta con otras propuestas en que varios idiomas coinciden en un poema. ¿Cómo propones ese espacio en tu poesía?
A mescla português, espanhol e guarani, que eu a repriso numa reunião de cinco novelas inéditas – “Novêlas Marafas”, nos arquivos da Planeta para ser um publicado, um dia, e que eu tenho a desavergonhada pretensão de que seja a minha “Sagarana” (as novelas de Guimarães Rosa) portunhólica, realizo de novo este mix que sempre resulta, como bem assinala Néstor Perlongher no prólogo ( histórico, aliás...) de “Mar Paraguayo”, numa desenfreada poeticidade. Mas não nos esqueçamos que este embate será sempre também tragicamente cômico...
Eu gosto desta errância, em vários e amplos sentidos, de erro, de vagar, de busca, de contestação da Norma, que o portunhol nos propõe. Tanto posso escrever “lluva”, como “Tchuva”, como “Chuvia” ou como “Chuva” mesmo ou “lluvia” mesmo... O portunhol é uma “língua” sem nome e sem Deus... E existe, é falada na fronteira do Paraná com o Paraguay e com a Argentina, por exemplo...
A canadense Erin Moure está traduzindo o “Mar..” para o Francenglish, é um velho projeto desta admirável poeta de Quebec... É uma coisa curiosíssima....O guarani, como não tinha equivalência, ela o substituiu pelo Mohwac, uma língua também de resistência, pré-colombiana, dos esquimós canadenses... O Francenglish é muito falado na região dela, no Québec... E eu que pensei haver escrito uma novela “intraduzível”... Entre os hispânicos, ao menos, ela é efetivamente intraduzível... Publicada que já foi em Cuba, no México, no Chile, no Paraguay, na Argentina... E quando o será em nosso Equador de tantas histórias? É só publicar. Não precisa, repito, traduzir...

Echavarren ha visto ese espacio como el de la utopía "donde se realizan los deseos sin que se cumplan". ¿Algo que comentar?
Ademais de um grande poeta, Roberto Echavarren é seguramente um dos maiores ensaístas, em minha opinião, da América Latina. Erudito, sagaz, brilhante sempre. Sim, creio que ele tem toda a razão com essa “leitura” que faz do “Mar...” Um espaço onde cabem todas as utopias, para sermos ainda mais radicais e possivelmente ainda mais sucintos... Há o sonho, todos os sonhos, mas junto com eles todas as amargas frustrações.... É como a frustrante expectativa de que sejamos o primeiro imortal sobre a Terra de que fala Jorge Luís Borges...

La sonoridad es evidente en tus poemas. ¿Hasta dónde ahondar en esta línea que llama a estar atentos a los sentidos?
Tenho sagrado horror à prosa “arrumada” e pronta dos romanções traduzidos ( ou mal traduzidos...)... Busco o que a prosa possa oferecer de mais essencialmente poético, sua tessitura de teia de aranha... Há um largo trecho no “Mar...” em que imito até de modo iconográfico, uma teia de aranha, usando e abusando das palavras em guarani onde são abundantes os tils sobre os “n”, os ponto-e- vírgulas, as vírgulas, as reticências, os dois pontos, telaraña... Ficaram duas ou três páginas do livro que lembram a ñanduti, a célebre renda paraguaya, das rendeiras do Paraguay... A tipografia “desenhando” uma renda, a prosa feito uma toalha rendada...

Los acercamientos entre la poesía de los países de habla española con la poesía de Brasil son evidentes en los últimos tiempos. ¿Cómo ves tales contactos, y qué futuro avizoras dicha relación?
Estamos cada vez menos isolados uns dos outros, o que é maravilhoso. O “Mar...”, não nos esqueçamos, foi publicado antes do surgimento da internet, num desejo já, de primeira, de aproximar as línguas e almas do continente... Com a internet, estas trocas se tornaram mais ágeis, interagimos mais, sofremos mais juntos e de modo instantâneo, bem mais do que antigamente... A internet operou o que décadas de intercâmbios culturais tentaram e não conseguiram... Sou do tempo em que uma carta destinada a Buenos Aires levava um mês para chegar e outro mês para que eu recebesse a resposta... Hoje, falo todos os dias com poetas de todo o mundo... Até da Croácia onde estão traduzindo-me e estudando, em Zagreb, as minhas zoolatrias...

¿Qué proyectos emprendes en estos momentos?
Devo estar com um novo romance até o início do segundo semestre, pela Planeta, em todas as livrarias brasileiras. Um livro que ainda não consegui entender inteiramente. Mas possivelmente o que muita gente já está considerando o melhor que escrevi até aqui, ou, ao menos, o mais sofridamente sincero. É uma prosa confessional, dolorosa, tristíssima, noir, inclassificável.... Alguma coisa entre Céline, o Bergman de “Gritos e Sussurros” e o Carlos Saura de “Cria Cuervos”.... Lembra? “Junto a mi ventana habia el sol/ por que te vas?/ por que te vas?...” Uma carta ao meu único irmão, que morreu solteiro. Não tenho mãe, pai, sobrinhos... Nem tios, nem maternos nem paternos... A minha família o vento levou... Revelo aqui, pela primeira vez publicamente, o nome do livro – “Mano, a Noite Está Velha”.

* Foto cortesía de Daniel Snege

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BRINKS
( fragmento de la novela “Mar Paraguayo”, 1992)

Brinks: solo por ti mi pecho arfante se pone estremecido, só por ti y su cola móbile y tiquitita, cauda argolada y casi sempre feliz. Brinks’i. En nesto momento que las copas urden el invierno del balneário de Guaratuba, e todo se pone de frio detrás de las cubiertas, sobretodo el Viejo que en júnio se va a morir e por esto se pone a entornar a lo vino e a temblar, a temblar, como se entornara la muerto de uno solo golpe y gole – mortal. En estos momentos es que me aperta acá en el lado esquerdo una lúgubre canción hecha de remorso, lo podrido veneno de la saudade y me pega, por todo el cuerpo, unas ganas de matar ô de morir. Quiçás, quiçás, quiçás. Chororó, guarará, chororó.
Brinks’imi: si, si, es contigo que hablo, juguete-de-pelos y atado a mi colo, de tal forma acojido, como se hubiera nascido exclusivamente para esso, su linguita destra, que tan marafas a veces, hein, Brinks, que dices, que dices tu?, paraguayta cumple, como en las correspondências que, ahora, há mucho tiempo, no lo sê que es recibir. La marafona no tiene quien la escriba. Brinks’i. Brinks’imi.
Oh, Brinks’michî, Brinks’michî, es tan frio en nesta playa en la que caminas comigo, amiguito simples, testigo de tantos años já, vos que se vá entrado em edad, porque viejo es solo uno, aquel, no, no, Brinks?, no, Brinks’i? No, Brinks’michî?, cosita titiquinita y fofa, focinhito de aguja, ollitos de botón y vidro, mi más pequeno serzito que se mueve, ah, como se mueve, en la arena de esta calle úmeda. Carajo. Brinks!, de esto modo, de aqui para lá, por debajo de mis piernas, ah, Brinks’i. me enovelas com sus corrientes e más um poco estarê en el solo. Y se me quiebra un huesso? Y se san ossossosporossos? Pero tu inquietud, para un perro de casi diecisiete años ( haverá mais longevos asi que las tortugas ô los dinossauros?), ah, Brinks’i, es assombrosa, e solo esto me pone de nuevo de risas contra la vida.
No: tengo Brinks, Brink’si, Brinks’imi, Brinks’michî. Oh, nada te hablo, juguete amoroso y maternal de mi vida marafa, nada te hablo, querido, de como es frio en el balneário de Guaratuba sob el fog de júnio y el mar se pone como de vidro toldado por las lluvias. Brinks’i. Brinks’michî.
El muchacho no há más, solo el viejo persiste con su caceta amputada por el tiempo y que todavia prossigue coçando, solo esto maldito viejo que carrego en las costas hecho una prisionera en el campo de concentración. Brinks! Y já me olvido de que vivas asi dicisietes tan persistentes, já me olvida todo y empezo a llorar.
La misma venda de la equina em frente, Brinks, su fachada y la señora pálida que me vende una copa de conhaque, en los duros ojos de víbero el asco – el temor ô mismo la admiración que provoco en los nativos desde degredado pedaço de mar em Guaratuba del Paraná,l a cada que saigo – bruja ô guru. (...)
Perdoname, Brinks, estos exclamados sonambulismos del corazón. Si, Brinks’i, Brinks’michî, nadie puede hacer algo de bueno ô de sueño por quien, igual que yo, que en neste instante, tengo comigo que todas las salidas estan cerradas. Brinks’michî. Brinks’michîmi. Yo e tu caminando que vamos , los dos, lado a lado, quién lo más preso en las corrientes del bajo-vientre? Quién más viejo que la tortuga?
Oh, Brinks’i, yo e tu caminando que vamos por la estradita que va a dar en la playa del Prosdocimo. No, no adianta que yo cuspa en la pobre señora del bar, noi adianta eganá-la ni rasgar-lhe la piel de su cara com is uñas marafas tan de pantera, una cosa es la solución: marchar y marchar para adonde nos lleve el viento.
Que súcia arena donde jugas y sonoro mijas com una felicidad infantil e llena de risa! Brinks’michî. Brinks’michîmi.
Pero yo, quien soy yo?, sigo confusa, por el conhaque y la vida, la saudade del niño del verano en deciembre entranhada a mi assim igual que uno feto arrancado vivo a la profissión humana, solo tu me entendes, solo tu, mi tiquitito Brinks, ojitos enternecidos de jabuticaba, orejitas vigilantes del silêncio, colita móbile. Brinks’michîmira’ymi.
Brinks’michîmira’ymi, alegrando de yo, oh inocência flagíl, emitindo en lo mercado de peces unos ladridos tan flacos, Brinks, tan flaquitos y tiquititos como tu, Brinks’michimira’ymi, talquito Buldog, pirezito de leche donde afundam biscoitos umedecidos, constantes, tu sabes, y las raciones especiales, Brinks, companhia, ruídos y mañanas.
Brinks’michîmíra’ymi. (...)
Donde estás? Donde estuvo se tu no es más que la sombra en dibujo de la noche que va me pegando sola, assolutamente sola, Brinks’michîmira’ymi, sin nunca haver tenido a vos, tiquititíssimo, nadie non es, ni vos, ni la tarde, ni en el niño e yo, yo estou assim tan sola:
Brinksmichimira’ytotekemi’í.
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BRINKS’IMI: Brinksizinho.
BRINKS’MICH: Brinksizizizinho.
BRINKS’MICHMIRÁ’YMI: Brinksizizizizizinhinho.
BRINKS’MICHMIRÁ’YTOTEKEMI’Í: Brinkssizizinhozinhozizizizinhozinhinhinhzizinhozinho.
Obs.: tamanha aglutinação de sufixos diminutivos acoplados ao nome própio, Brinks, consubstancia em guarani aquilo que só pode ser visto através de um microscópio, tornando a cosa diminuta, algo (quase) invisível; na sugestão do texto, o que não se pode ver ou o que efetivamente, em tal caso, não existe.