Estadísticas de Acceso
Con tecnología de Blogger.

Archivo del Blog

4 mar 2007


UNA APROXIMACIÓN A LA LITERATURA LATINOAMERICANA DE ESTOS DÍAS:

MUCHO MENOS QUE UN PRÓLOGO
Harold Alva
.
Debo confesar que esta selección nació producto de esa fe propia de mi vocación por la literatura, por difundir a los creadores jóvenes de una tierra que están en pleno ejercicio de su función de brujos (detesto el término «artistas»). Lo dicho reafirma esta cadena de encuentros de poetas donde el factor integración hace que sospeche ha sido asimilado con suma responsabilidad. No sé si por salvarse, no sé si por algún objetivo mayor que signifique la reconciliación del alma de este fragmentado territorio, lo cierto es que están allí, que están aquí como un verdadero ente orgánico, como una sucesión de hechos que hace que los que formamos parte de esta promoción expresemos como un grito esta necesidad de decir más allá de nuestras fronteras, de allí que lo lúcido de este más que nuevo grupo radica en la fuerza y el profesionalismo con el que están inscribiendo su registro en la tradición poética de América Latina.
.
Hablamos entonces de palabras mayores. Sólo por remitirnos a Perú, recordemos la voz universal de César Moro, o de Sologuren, o la fresca y siniestra partitura de Luis Hernández, sólo por citar a los contemporáneos, allí radica pues la responsabilidad de un Jorge Hurtado cuando escribe como un psicópata que denuncia la voracidad de nuestra época, de Cecilia Podestá que acude al mito bíblico para ponerle carne o de Andrea Cabel que nos dispara a quemarropa sus poemas en prosa. La misma responsabilidad reciben los novísimos poetas mexicanos, con referentes como Paz, o como Sabines, el poeta del amor en muerte con versos incendiados de ese lugar común en ritmo de denuncia y de lujuria, o el último Pacheco, o Villaurrutia. De allí que la jovencísima Abril Medina escriba en tono de crónica y desgarro. Ahora, el caso de México, Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Argentina, es especial, observo que hay una especie de nuevo boom de jóvenes poetas, fácil habría podido incluir a veinte poetas por país, si lo hubiese permitido el espacio, pero no, por eso sólo me he limitado a tres escritores. Quedan, por eso, un sinnúmero de nombres para una muestra mayor. Volviendo a México, poetas como Leticia Cortés hacen del lenguaje una fórmula para desechar el eterno temor a la parca, otros como Jorge Solís Arenazas, prefieren seccionarlo para reflexionar desde esa defragmentación sobre sus posibilidades.
.
Puedo afirmar que América Latina tiene la reserva literaria del planeta, no es casualidad entonces que goce de este nuevo estallido de escritores jóvenes que en su mayoría adoptan el discurso poético en todas sus variantes. Hay una especie de intención por agotar todos los recursos, lo interesante es que en esa intención por agotar todos los recursos siempre encontramos un algo de novedad. Lo sorprendente es la edad de los aquí reunidos. Esa madurez con la que adoptan la escritura, esa seriedad con la que gratamente impiden que la suya sea una especie de himno solo para repetir como música de carretera, no, la suya es una poesía que rompe la frontera, son críticos en sus términos, hablan con sumo desenfado, da la impresión que cada verso ha sido dicho para que, cualquiera sea el lector, reaccione con rabia o con ternura.
.
Estoy seguro que los poetas reunidos en esta selección representan muy bien sus tradiciones, no están todos, por supuesto, esta es sólo una muestra, sin embargo sé que las plumas de León de Greiff, Álvaro Mutis o Jotamario Arbeláez pueden contemplar con tranquilidad los pasos de los poetas jóvenes de Colombia, no es gratuita la fuerza en la expresión de Felipe García Quintero, la intemporalidad casi profana de Andrea Cote o la sensualidad contemplativa de los versos de Lucía Estrada. Lo mismo los ecuatorianos Jorge Carrera Andrade y Jorge Enrique Adoum al tener como herederos a un preciso Luis Carlos Mussó, a una Aleyda Quevedo que sorprende o el corte a la yugular del texto de Ernesto Carrión.
.
La agresividad no es gratuita. Basta leer los diarios para que la realidad nos caiga como un golpe seco en nuestras caras. Lo interesante de esta última promoción es su compromiso con lo social, no sé si en todos es consciente este compromiso, pero el hecho que, como hace décadas, los poetas incluyan este discurso, es una buena señal para afirmar el inicio de un proceso que articule objetivos ya no exclusivamente literarios.
.
El caso de Chile es especial, quizá por mi vocación política, leo con particular entusiasmo sus poéticas, ese intento por redefinir (quizá sin proponérselo) la forma; sumándole a lo poético lo político y lo de género; hace que su experiencia sea de las más novedosas. Paula Ilabaca con una escritura exclusivamente urbana, casi de monólogo, de pregunta, o la desfachatez oscura, tierna, de queja, de Diego Ramírez, hacen que con la poética totalizadora de Héctor Hernández Montecinos («la voz menos representativa de la nueva poesía chilena»); el espíritu iconoclasta y de permanente búsqueda de Parra, Maquieira o de Zurita, confirmen su vigencia.
.
Lo mismo Borges, Pizarnik, Gelman, pueden reposar tranquilos cuando tienen como herederos a poetas tan vitales como Lola Arias, María Eugenia López o Laura Lobov.
.
Lo que sí es una característica de estos escritores es que en su mayoría están sumamente comprometidos con la difusión e interacción de los poetas. Una buena estrategia es la realización de Encuentros que ellos mismos están consolidando. En México el Estoy Afuera, el Novísima Verba en Perú, el Poquita Fe en Chile y el Salida al Mar en Argentina. A estos Encuentros es preciso agregar la aparición de nuevos sellos editoriales que permiten a los noveles autores acceder a las publicaciones.
.
Esta muestra es un primer acercamiento, como escríbí al principio, lo que me mueve a presentar estos nombres es mi fe por lo que se puede hacer desde la literatura. Si nuestros políticos están concentrados por la noticia efectista, nosotros estamos preocupados por alcanzar metas más puntuales. No soy especialista en el tema, sin embargo, he aquí un pretexto para que otros se embarquen en un estudio mayor.
.
Los escritores están allí, hay nombres que se han quedado. Es su responsabilidad un libro más completo..
.
Lima, Jesús María, 8 de octubre de 2006.
.
MÉJICO:


ABRIL MEDINA.
Nació en Guadalajara (Jalisco) en 1985. Graduada del diplomado en literatura de SOGEM, escuela de escritores. Participó los años 1999 y 2000 en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Ha colaborado en las revistas La voz de la esfinge, El fabricante de deudas (Perú), y Masmédula, siendo parte del consejo editorial en ésta última. Colaboró en catálogos y exposiciones dentro y fuera del país, con el pintor Luis Medina. Igualmente en el catálogo del pintor Federico Navarra y en el calendario de Carmen Bordes (2003). Fue incluida en las antologías La palabra clandestina, De tanto contar IX, Antología de escritores Jaliscienses, Antología de poesía eucarística. Ha realizado lecturas públicas con el grupo editorial el viaje y comunidades literarias independientes. En febrero del 2005 se exhiben textos y poemas suyos en conjunto con la exposición gráfica de Rodrigo Medina en la ciudad de Valencia, España.


Y es que te soy tan oscura
tan irreparablemente angosta
me viene claro tu temor fonético
mi nombre como alfabeto indescifrable
tautología Abril y cárcel
abril y nada
abril sin año que la detenga presa en un calendario
y prenderle fuego
habemos débiles
te explico
cubiertos hasta la montura con silencios
donde una pluma nos cabalga mentira-adentro
he tomado la costumbre literaria de ladrar
reconciliada con toda flaqueza
y es que te soy tan dos pedazos negados a unirse
perfectamente lejana a la congruencia que reclamas
que desclavo
que practica con nosotros su cualidad de no existir.
Éramos capaces de inventar cuarenta y dos centímetros al colchón
para no tocarnos en la inconsciencia del sueño
para que no nos acercara la ignorancia de los dormidos
éramos capaces de lograr tremenda casa en un espacio pequeño
donde cabíamos holgados a fuerza de desencuentros
éramos capaces de enmudecernos mutuamente como dos magos
como infalibles brujos que pronuncian un conjuro
y consiguen inaudible la voz del hechizado
tanta magia teníamos
pero ahora te soy tan oscura
tan irreparablemente angosta
que has empezado a verme la invalidez con ternura
tú que condenabas mi infección paginal
mi venérea afición al contagio
a los engaños que me enferman de risa
de furia
de algo
cuando mi jinete ordena
cuando grita mi domador: ¡detente!
y agrego un punto a la tierra blanca y apago el libro
tu ahora me sabes inconfesa
ocultandote insistente que que no hay embrujo
que tampoco fuerza
que no voy a arrancarte la piel a mordidas
gracias por eso
por dejarme así
a salvo en mi estrechez
por tu indulgencia distante
por tu asustado amor.


LETICIA CORTÉS.
Nació en Guadalajara en 1980. Licenciada en Letras Hispánicas. Cursó un Diplomado en Creación Literaria. Traducida al catalán por el poeta Joan Navarro. Su obra poética se encuentra recopilada en revistas de México y del extranjero, así como en las antologías Poesía viva de Jalisco, Voces varias a veces líquidas, 100 poetas del mundo, El fabricante de deudas y Poetes americanes nascudes a partir de 1976. Ha participado en varios encuentros nacionales e internacionales de poetas. Formó parte del programa Polvo nuevo de la palabra antigua con su poemario inédito Labios de espina en el Palacio de Bellas Artes. Actualmente coordina la Muestra de escritoras que se realiza cada seis meses en la Capilla Elías Nandino del Ex convento del Carmen y es miembro del Comité Editorial de la revista Al margen. Ha publicado el poemario Lámparas de sueño (Ediciones Cuadrivio, 2006).


[Grito primero]
He de utilizar una lengua labrada en silencio,
un idioma de fuego y de tierra.
Debo apretar las palabras a mis uñas,
romper la carne,
el himen de nuestros nombres,
desflorar tu mudez impotente porque sólo así
comprenderé todo el amor que sucede en los ojos.
Tengo que hablar,
esconder mi rostro,
parir este dolor de haber nacido irreductiblemente asustada
por el grito primero
y el primero de mis llantos
en esa madrugada tangible para mi madre
que sentía entre las piernas
una medusa
que le comía
el corazón..

Que fuera como tú
tan indecible y tan tocable.
Tan corto de brazos y largo de labios.
Que la tristeza fuera
un río de cama corta e indescifrable argumento.
Que la cortina de su cortezano fuera ásperas palabras
luz de agua que cae
como garúa de incendio oceánica.
Y me miro despacio y aguda
en el reflejo de las piedras-rocas-de martillos.
Me miro y muero.Y te digolo indecible y lo innecesario.
Y no me voy sólo por esta sed
sólo por esta terquedad mía
y por la distancia que nos separa en la cama
tan aguda y tan grave
como el largo de mis pestañas
o nuestros coitos
Y es queya no me alcanza tu cuerpo
para masturbarme.


JORGE SOLÍS ARENAZAS.

Nació en Ciudad de México en 1981. Poeta, crítico literario y editor independiente; con el libro Cuaderno de Agua, acaba de ganar el Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino 2006, certamen convocado por el Fondo Editorial Tierra Adentro. Es el editor norte de la revista virtual Rusticatio. Ha presentado conferencias y ponencias en distintos países de Latinoamérica. Varios de sus ensayos y artículos han aparecido en revistas y suplementos. Algunos de sus textos sobre artes visuales aparecieron en francés y sueco. Dirigió la segunda época de la revista México Volitivo. En 2002, publicó su libro de ensayo crítico Entre la Iguana y el Colibrí.


TABULA RASA

3
Fe de erratas
*Donde dice: «Ojo» debe decir algo más. No el vocablo diferente,la Diferencia.
*Donde dice: «Ojo», podría seguir diciendo «Ojo» si el signo se
trascendiera. Incluso podría decir «Ojo», en una red inmensa
donde la posibilidad fuera el camino de lo Total.
Así, «Ojo» sería su extrema alteridad.
*Donde dice: «Ojo» también podría decir: «Donde dice Ojo debe decir...»
*Donde dice: «Donde dice debe decir», podría ya no decir nada
pero abrir una ruta, trazar una huella que no es exactamente ella
misma y que lee mapas –en la totalidad del espacio, hacia ningún
lugar-.
*Donde dice: «...decir...», debe decir: «Cerrado».


9

La escritura de lo que no ves. Apenas una resistencia.
Tan sólo el límite donde hay un secuestro sin reo.
El filamento sin mirada ni cuerpo mirado.
La mariposa abierta, el correlativo cuerpo vacante, acechado,
perseguido, tala en el apunte de un ciego.
El castor se borra a sí mismo. La noche vuelve a escribirlo.
Se puede ver en su condición original.
La huella. Lo que ves. Lo que no es. Se mueve el ancla
entre el fragmento y la raíz.
El Ojo es alteridad sin hilos partidos ni rompecabezas duales.
Nueva raíz que da luz en la periferia.
Tabula rasa.
El Ojo / la escritura de lo que no es.
.
.
.
COLOMBIA



FELIPE GARCÍA QUINTERO.
Nació en Bolívar, departamento del Cauca, en 1973. Obtuvo el título de Magíster en Filología Hispánica del Instituto de la Lengua del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid (2005) y el de Estudios de la Cultura de la Universidad Andina Simón Bolívar, sede Quito, Ecuador (2003). Es Licenciado en Literatura y Lengua Española de la Universidad del Cauca (1996). Desde 1995 dirige y edita en Popayán la revista Ophelia. Y forma parte del consejo editorial de la revista Puesto de combate de Bogotá. Es director fundador de Ediciones Axis Mundi. Ha publicado los libros de poesía: vida de nadie (Madrid, 1999); piedra vacía (Quito, 2001) y La herida del comienzo. Granada: Ediciones Alhucema, 2005. Casa de huesos (selección de poemas). Mérida (Venezuela, 2002) y Horizonte de perros (Cali, 2005), son dos selecciones personales de poemas. De la incursión en el ensayo es el libro Finca Raíz y Propiedad Horizontal. Lectura del legado poético de Rafael Maya. (Colombia, 1998).
.
.
Piedra
.
1.
Sé un pensamiento mío.
La fijeza de mi mudez latente
no la sombra de mi cuerpo, su herida.
Yo tu posesión, mi huésped
en la voz, la habitación vacía de cada hueso..
2.
Colmada miseria
y perpetua errancia de la quietud.
Piedra
¿Dicha vencida o mudez cantada?
En el puño cierto del llanto
cuánto hay de ti, siempre conmigo.
.
3.
Sordo cielo mío de cada grito
pueblas la oscuridad de mi infancia.
En la voz el silencio te toca
la nada te alegra
la soledad te encierra.
Vigilia oculta y serena de cada muerte.

4.
Piedra
Sé la fuga de mi caída.


LUCÍA ESTRADA
Nació en Medellín en 1980. Ha publicado los libros de poesía Fuegos Nocturnos (Medellín, 1997); Noche Líquida (San José de Costa Rica, 2000), Maiastra (Medellín, 2004) y Las Hijas del Espino (Medellín, 2006). Sus poemas han aparecido también en varias antologías y publicaciones del país y del exterior. Con su libro Las Hijas del Espino obtuvo el Premio de Poesía Ciudad de Medellín (2005). Actualmente hace parte del comité editorial de la revista literaria Alhucema, Granada-España.


EL CÍRCULO DEL POEMA

Cada poema abre otro silencio,
recorre las estancias últimas
de la palabra
para volver al todo.
Se precipita en el vacío
después de circular
de mano en mano,
de labio en labio
hasta que no queda ningún vestigio
de la sangre que acuñó su moneda.
Cada poema
un desafío al ojo atento
en el instante justo
de la caída.


MARÍA DMITRIEVNA ISAIEV
Escucho el canto rojo de la tormenta
venir por las calles.
Es el crimen y la enfermedad
recorriendo las horas,
los minutos,
justamente sobre nuestra mesa.
Hoy he descubierto mi temor a la locura.
Hoy he comprendido el temblor
de tu mano al encender la lámpara.
Está entre nosotros
y tú lo sabes.
Su risa gotea en las paredes,
su respiración empaña el espejo
en el que sueles escribir
para conjurar el espanto.
Alguien más le sigue,
come con nosotros,
piensa en su miseria
y se compadece de mi silencio.
Su nombre danza como la serpiente,
se oculta tras la roca
que podría aplastarla,
pero confía su destino
a esas iniciales misteriosas
que nada pueden responderle.
Un demonio guarda su bastón tras la puerta.
Entro
e incluso en mí,todo lo han robado.
¿Son estas las huellas de tus pies?
¿Eres tú quien me llama
o tu ángel de exterminio?
¿Son estas mis palabras o las de su abandono?
Dime que la furia
de los pasos allá afuera
no se dirige hacia nosotros.
Dime que no es a ti
a quien buscan, que antiguo
ese no era tu nombre.
Dime que antes de todo
cerrarás el libro
y con élla pesadilla.



ANDREA COTE.
Nació en Barrancabermeja, en 1981. Es profesora de la Universidad de los Andes en la ciudad de Bogotá. Entre 1999 y 2001 dirigió el Festival Internacional de Poesía de Barrancabermeja. Ganó el Concurso Nacional de Poesía Universitaria, convocado por la Universidad Externado de Colombia en el año 2002. Ha publicado los libros de poemas: Puerto Calcinado (2002), Casa Quebrada (2004) y Fotógrafa al desnudo (2005. Biografía de Tina Modotti). Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés, Francés, árabe e italiano. En el año 2005 recibió el Premio Mundial de poesía Joven «Puentes de Struga» Otorgado por la UNESCO en la República Independiente de Macedonia.
.
.
Dime si estoy aquí
o dame siquiera de tu lecho el fondo.
A mis manos tu cuerpo,
tierra, colina, dame el consuelo de la cara tiznada
o la arena en la uñas.
Déjame existir atada a tu desastre,
que te sienta en cada parte.
Dime que aquí es un lugar,
o déjame ser desde abajo
donde son tus ríos heladas montañas,
mi horizonte muerto
que no cesa.
Dime si estoy aquí
o dame un descanso de maleza y lama
o dame siquiera la hierba voraz
de tu fondo recio
pero cierto.


Poema de los templos

Señor de lo triste:
aquí está tu roca herida
otra cosa que se rasga
a la manera de la hoja
que se arruina
y cae
sin desesperación,
no con el dolor angustioso
de los hombres.
.
.
.
ECUADOR



LUIS CARLOS MUSSÓ.
Nació en Guayaquil en 1970. Licenciado en Literatura y catedrático. Ha publicado El libro del sosiego (1997), Y el sol no es nombrado (2000), Propagación de la noche (2000) y Tiniebla de esplendor (2005). Ha sido dos veces Premio Nacional de Poesía (1999 y 2000) y finalista en el Premio Adonais (Editorial Rialp, 2000).


PAUL CELAN (París, 1970)
Nadie fue testigo
de aquel limpio salto desde el puente Mirabeau
(nada lícito es el lecho de los hombres
si deviene el cauce más agitado del río,
al borde de un lento pinar en las colinas)
Nadie fue testigo
de la sombra escrita entre ondas u desperdicios
y algún pez muerto y el tono silente
y púrpura en el rostro de otras sombras, menos muertas
(afiebran una ofrenda diferente
las enumeraciones del surco en la mirada,
como estrías en la piedra,
como anguilas de aceite en la marea)
En aras de su víctima, el flavo ojo de Dios
(como un gavilán) mide y trama el vencimiento,
prodiga un hondo signo para el flagrante mundo
ante su pálida mies de primavera: sobrevuela
al poeta en su universo de orogenias, en un esplendor
que se desprende de los álamos temblones
como ramas, como prodigios
que llueven de su propio reflejo.


JUDENREIN
Veo suceder la cosecha en Frankfurt
y en Madrid, en Praga o en Cracovia se me vienen diálogos
que van devorando un rictus tras otro,
como si un torbellino se paseara a través de los atrios
donde jugaron los niños, malgastando el azar.
Escucho los lenguajes de la nada
y su trayectoria en Venecia, en Roma y en Viena.
Camino entre palabras que han quedado
enredadas en una bellísima telaraña de hierro.
Es como si hubieras nacido,
y jamás hubieses usado las palabras perversas
que rielan, en barbecho, desde el atril de hielo;
es como si no hubiesen trasegado el ánimo en detritos
lenta, animosamente
después de que la llave encendida se humille, bastante visible.
Árida vigilia,
en ésta, la gestación impostergable.
.
ALEYDA QUEVEDO.
Nació en Quito en 1972. Poeta y periodista. Licenciada en comunicación social. Desde hace 10 años trabaja como redactora, editora y consultora de comunicación para el desarrollo, en diversos diarios del Ecuador y agencias de cooperación internacional. Actualmente es productora del Programa ENCUENTRO de Radio VISION, y editora de la revista DIALOGO para el Desarrollo Local. Ha publicado los libros de poesía: Cambio en los climas del corazón, 1989, La actitud del fuego, 1994, Algunas rosas verdes, 1996 y Espacio vacío, 2001; Música Oscura, Antología, Cuadernos de Caridemo-Almería, Junta de Andalucía, España 2004. En 1996 recibió el Premio Nacional de Poesía «Jorge Carrera Andrade». Recientemente sus poemas han sido incluidos en las antologías: Presencia de Grecia en la Poesía Hispanoamericana (Chile, 2005), Antología Poética de las Mujeres en Hispanoamérica: Pícaras, Místicas y Rebeldes (México,2005).


AGUIJÓN
Una caja
encierra siete escorpiones
La destapo con mis manos frías
Grabo en la retina sus cuerpos negros
y el aguijón dispuesto como una interrogante
Siento el poder de su pregunta
atrapada por el miedo y la belleza.
.
.
OH, EL ASCO Y LA PASIÓN
No hay nada más que arena
y dos cuerpos idénticos
que se aman hasta incendiarse
Creen bañarse en las mismas aguas
pero están marcados por la música
que hiere los sentidos..

LA NOCHE BLANCA

En un inmenso hospital
un cuerpo vestido de espinas
Soy virtualmente la virgen del desierto
estampa desmayada sobre el miedo
Nada más, yo
con las manos llenas de clavos calientes
caminando descalza entre las dunas
Un inmenso hospital es un desierto blanco
De mi boca sale el mensaje divino
pero aquí nadie me oye.



ERNESTO CARRIÓN.
Nació en Guayaquil en 1977. Ha colaborado con la prensa escrita, realizado trabajos de crítica literaria, ejercido la docencia y participado en encuentros literarios fuera y dentro de su país. Textos suyos han aparecido en revistas y antologías latinoamericanas realizadas en Méjico, Chile, Guatemala, Argentina, Venezuela, Perú y España. Ha trabajado en poesía el libro LA MUERTE DE CAÍN, cuarteto formado por los poemarios: El Libro de la Desobediencia (2002), Carni vale, Premio Nacional de Literatura “César Dávila Andrade”(2002), Labor del Extraviado (2005) y La Bestia Vencida (2004). También participó en el libro colectivo Porque nuestro es el exilio, Eskeletra editores, Quito (2006).
.
.
(HERREROS Y ALQUIMISTAS)
VII

El mar existe. Y el cielo puro que cruje entre el cemento. Así la lluvia existe, y la débil danza de su aguja que va deshilachando cada sombra, que por eso dura. Y dios existe; pero igual que un gran artista de maravillosas dotes, nada tiene que ver él con su obra. Pero yo, que sólo me contemplo en el cuerpo que se apaga. Entre la multitud que asienta y que acongoja; que beso las criaturas que después no son, también existo. Yo, que he visto a las garzas nevando sobre los manglares, bebiendo la carroña del estero, iluminando las aguas detrás de nuestras casas, donde nuestro grupo humano estudia, palmo a palmo, esa moral y ese excremento que nos hace. Yo, que aún sueño poseer los mil discursos que habrán de derrotarme. Y me digo, por un día siquiera, sería bueno ver las cosas en su origen. Sería bueno que los caminos opuestos fracasaran una vez en calma. Por un día siquiera, sería bueno que el anverso y el reverso no estorbaran. Ver las cosas como hubieran sido. Porque sé que he terminado como todos, siendo el hombre que jamás deseé.
.
.
ECCE HOMO

No sé quién de los dos está más solo
Desde que soy tu criatura.

LA PALABRA FRANCA

Ahora, de repente, vuelve la lluvia a levantar el polvo de las alamedas. Y me llega el olor de los maizales, dorados por los brazos negros del trabajo humano. Y desde un árbol de pieles, donde la lluvia junta sus festejos, veo ciudades llenas de parques y casas orgullosas, llenas de rostros impuestos y ventanas secretas para blancas manos. Veo estos sitios, formados deliberadamente para ser amados. Más la belleza, que supo ocultar bien las afrentas de la vida, que alguna vez fue reposo, íntimo retiro, no piensa volver en esta hora doble. Ya hasta aquí llego nuestro dominio, ya hasta aquí llegó nuestro talento. Y el grito del follaje, que en otro tiempo moría en el camino; que nos mantuvo erguidos y dispuestos en el claro titubeo de tenerlo todo, de saberlo todo, de decirlo todo, tampoco ha de volver en esta hora doble (más bien escapa como la memoria, cuando el cuerpo está ocupado en su cansancio). Y el agua rauda, que alguna vez corría libremente, que puso las palabras ante mí como lebreles fieles, que decía yo soy, movida por correas transparentes y feroces; ahora quieta, permanece, ineludible. Y la palabra franca, perdida, quien sabe en cuántos laberintos que dan forma al hombre.
.
.
.
PERÚ
.

.
JORGE HURTADO.
Nació en Trujillo (La Libertad) en 1976. Se considera un hombre ordinario que escribe, eructa, escupe, se mira en el espejo para no reconocerse en la calle. No se peina, escupe de nuevo. Lee a Schopenhauer, fuma y discute sobre la filosofía de lo inútil. Con algunos premios sobre el hombro, ha publicado Óxido(2000), Sucias palabras (2001) y la violenta y absurda historia de juan daimon (2006).
.
.
A.M. (AMANECER MALDITO EN LA VÉRTEBRA CERVICAL DE TRUJILLO).
en la ciudad el único precipicio es tu cuerpo.
una cavidad donde la muerte acecha
como un buitre
sobrevolando los muladares en el desierto
donde deambulamos toda la noche
saboreando la ácida caída de los orates
que desfilaron
uno a uno por las orillas de las calles
ennegrecidas por el humo y las voces
imbéciles de los amantes que se ocultan
en un rastro de baba y en una promesa de eternidad
desnudos
y embarrados con el sudor
nuestros cuerpos se desatan
con la furia del fuego
y sin decirnos nada— sin pretender otra sabiduría
que el encuentro entre dos mortales
que no saben ni les interesa soñar en amaneceres
psicodélicos—nos expandimos a toda velocidad en otros orgasmos
que eleva el ens seminis
dentro de un cielo estéril
sembrado de árboles lechosos y parlantes
que emiten el gemido de un animal
que muere desangrado en el centro
de un jardín destruido
por la inocencia
hemos llegado a las puertas de un laberinto.
escuchamos los mugidos ahogados
al otro extremo del hilo delgado
que se extravía en la oscuridad,
nos acercamos a husmear la muerte
de la noche irracional
a beber el licor que brota
de un cuello perforado con una lata oxidada— la noche nunca nos inducirá al sueño
clavada en cada hueso pedazo de carne
fragmento de corazón
vértebra
enervada
con miles de dolores que se mezclan
con lentitud
en un mar subterráneo
donde la pesadilla es soñar el mismo sueño
durante la vigilia—nos sentamos en el lodo
y
acaricio
tus tetas duras con mis labios mi lengua
para sentir en la penumbra
el amargo sabor de una mujer
que se sobrevive a los millones
de puntos luminosos
que se le clavan
mientras camina
por las avenidas sembradas de acero de cartón
de animales muertos de hombres-bestias
que rodean los muros
del laberinto donde estamos condenados
a merodear
sin poder penetrar en él
y nos entregamos todas las noches
a la única forma de agotar el ruido
de la muerte
que acontece a cada instante detrás de nuestros
cuerpos como infinitos karmas
que se mezclan
en un encuentro frenético
de sangre baba semen
latido
que esparce en mi piel
en tu piel
el vértigo
de convertir el absoluto en silencio.
.

TIRESIAS EN CUALQUIER ESQUINA DE LA CIUDAD.
no tenías porque rondar en estas ciudades llenas de adivinos mentirosos y chamanes vociferantes. aquí nadie te necesita. no es gran cosa saber lo que desde el inicio de la civilización ya se sabía de sobra. ah, claro, las tragedias cotidianas, la repetición incesante del crimen y de la traición, de las huidas y de los retornos, del amor pasión y del amor abismo, de los edipos y los ulises, de la inútil lucha entre el hombre y su destino, etcétera, etcétera...eso se ve muy bien en los cines o en la tv, pero a la gente eso le importa un carajo. sólo desean enterarse de trivialidades, y para eso van a los horóscopos, a los adivinos vía telefónica. necesitan escuchar sus mentiras, asegurarse que sus vidas ya están escritas en alguna estúpida revista de fin de semana, y que su destino no les causará el pavor de un infierno de cenizas, sin ninguna estrella o conjunción galáctica que mueva sus órbitas para ellos porque todo está allí y estará allí cuando ya nadie se imagine que allá arriba están todos los destinos. ¿ delfos? ahora es un gran oráculo computarizado, y tú, tiresias, en medio de esta metralla de visiones, no eres más que un patético transexual, lejos de los dioses y de las serpientes, abandonado en una calle cerrada y llena de travestis
.
.
.
CECILIA PODESTÁ.
Nació en Ayacucho en 1981. Siguió estudios de literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha publicado los libros: Fotografías escritas (Premio Dedo Crítico, 2002), la pieza teatral Las mujeres de la caja (Fondo Editorial de la UNMSM) y La primera anunciación (2006). Ha obtenido el Premio de Dramaturgia de la revista Muestra 2005 por la obra Cenizo, obtuvo una Mención Honrosa en el Concurso de Libro Objeto Carlos Oquendo de Amat 2006, por El libro de Cera .Ha sido incluida en diversas antologías y publicaciones. Estrenó las obras teatrales Las Mujeres de la Caja y Placebo, bajo su dirección escénica y La Repisa de los Juguetes Vacíos, bajo la dirección de Sara Joffré. Dirige el sello editorial Tranvías Editores.
.
.
doris murayari zangama fue internada en marzo del 2003 en el hospital psiquiátrico del estado victor larco herrera en el distrito de magdalena. desde ese momento se desconoce su paradero. su historia fue manipulada para cantar un himno inútil y sordo que blasfema la torpe locura que la reclama. doris murayari zangama desapareció del pabellón de emergencias del hospital para enfermos mentales victor larco herrera en el distrito de magdalena, donde las tardes se pierden bajo un sol dilatado y los pabellones parecen guardar a sus internos como a muertos de enormes ojos abiertos y cubiertos de sal. parecen también enormes galeones que se perderán partiendo del mismo mar de magdalena hacia algún horizonte poco conocido, aprisionando gritos, ojos y fantasmas. los de doris, los ojos abiertos de doris eran profundos y amargos, maldecían y se cerraban curiosamente. dijo: sácame. y yo, que sabía que nuestros ojos eran iguales porque caían en el mismo abismo a nuestros pies -ese del que salen las voces más tercas- la dejé ahí. besé y escogí su lugar entre los rechazados como si yo no fuera uno más, como si a mis pies no cantaran hombres olvidados pasando sus lenguas entre mis dedos y reclamándome entre ellos, porque sabían que también había un lugar para mí y quizá una corona. lo gritaban como si eligieran la muerte, como si supieran que caminaría dejándolos atrás sin escucharlos siquiera. y la dejé entre ellos, haciendo de mi culpa una masa en su estómago. masa que se forma en mí para ser enfermedad o la eterna culpa de heredarla al abandono. si. la dejé sabiendo que nuestros ojos eran iguales a alguna fe que desapareció entre calles oscuras, o en el silencio de un condenado a navegar en su locura, en su indigencia, en el olvido, bebiendo de la misma agua que lo sostiene y sabiendo que pronto sus ojos caerán y serán parte del mar que guardó el galeón que eligieron para morir entre gritos ajenos.
(Fragmento de El Himno de Doris)


ACEPTARÍA SUBIR BAJO EL CIELO
aceptaría subir bajo el cielo
actuar para las luces de neón
y ser una sombra
extensa y abierta en el hastío
huyendo de la ciudad
y de seres hechos de bulla.
aceptaría un relato desconocido a
su lengua mil veces terca. vil.
y en su lengua un hombre de perfil
sin huesos,
sin ojos,
sin orbitas
y hablando de las mismas luces
como pistas de aviones falsos.
pistas de aviones en sombra caídos al rozar las luces del poste.
él la tocaría tragando su vestido de cartón,
buscando los huesos bajo su piel,
y acomodando el olor sobre su cabellera
tan extensa como la sombra en la que morían envueltos
antes de descender a la bulla,
a la luz como carcajada insoportable
que los desnudaba de la sombra
en la que buscaban una muerte distinta..


ANDREA CABEL.
Nació en Lima en 1982. Egresada de la especialidad de Literatura con mención en Literatura Hispánica por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha sido becaria de la Universidad de Burgos (España) en el año 2004 donde estudió temas de Literatura Medieval Española y realizó un proyecto de investigación sobre el mismo tema. Publica en diversas revistas, ha sido traducida al inglés y al catalán. Participa del proyecto: Poetas americanas nacidas a partir de 1976 (Valencia) y de la antología de poetas jóvenes hispanoamericanos de la revista australiana Noise. Actualmente es jefe de prácticas del curso de Teatro en PUCP. Ha publicado el libro Las falsas actitudes del agua (2006), Primer Premio del Concurso Esquina de Papel.
.
.
de Las falsas actitudes del agua:
.
.
[mimesis]
sea maldito, el que se equivoque y te quiera
ofender, riéndose d tus disfraces.
j.l.l «oda a julián de casal»
mi máscara,
se asemeja al andrajo que te viste,
al eco de tu espejo,
que sonríe siempre, como último hombre,
como algún último favor enclaustrado entre el cielo y el infierno,
como aquella última promesa escrita a cada instante..
.
[san Antonio I]
un loco sentado en una rama,
un saxofón que perdona luminoso, como una santa pierna,
como un triunfo pálido entre el tigre y las bellotas.
todo en la torre está tranquilo.
las olas de plata y los animales que blasfeman,
la necesidad de compararte atado a mis uñas.
la salud como aspaviento de leche y petróleo,
la infancia socavando lo repentino, las velas, las luces,
el humo de la cocina y la estrella fija en el cielo,
la misma que acompaña ardiendo, contemplando,
sin respuesta,
sin pedazo de polvo
sin desnudez que agobie.
.
.
Tu olor es el de un ave cuando nace. El olor del aire del mundo, el de una pluma que navega azul frente al tiempo y que se estrecha entre mis manos, junto a las briznas y al manto minúsculo de cada noche transparente. Tu olor es la sustancia, la mancha en el cuerpo herido, la voz que se pierde. Un drenaje que iza bandera e interpreta cáscara y vacío. La mejilla hambrienta del hijo como reflejo de encuentro y último día de mayo. Cuatro a la mañana, reconociendo la tristeza que nunca miente. La que se duplica en los parques iluminando cada traje descarnado. La que pasea en cada calle diseminada en puñales, en finales que muerden, que conmueven.
.
.
.
CHILE
.
.
HÉCTOR HERNÁNDEZ MONTECINOS
.
.
Nació en Santiago de Chile en 1979. Licenciado en Literatura (PUCCH). Doctor © en Filosofía mención Estética y Teoría del Arte (U. de Chile). Ha escrito en poesía No! (Ediciones del Temple, 2001), Este libro se llama como el que yo una vez escribí (Contrabando del bando en contra, 2002), El barro lírico de los mundos interiores más oscuros que la luz (Contrabando del bando en contra, 2003), Putamadre (Editorial Zignos, 2005) y Coma (Mantra Editorial, 2006), que cierra la serie llamada Las categorías visuales de la gloria trágica. También ha participado en los libros colectivos Objeto/Reflejo (Balmaceda 1215 Ediciones, 2000), que recibió el Premio Mustakis a Jóvenes Talentos 1999, y Desencanto Personal: Reescritura del Canto General de Pablo Neruda (Cuarto propio, 2004). Ha sido becario del Consejo Nacional del Libro y la Lectura (2003) por su estudio Teorías paganas, del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (2004 y 2005) por sus estudios La incógnita de la X y Desde la escritura de sí mismo, respectivamente, de la Fundación Pablo Neruda (2005) y de la Fundación Andes (2005) por su libro inédito Coma. Es director de la editorial «Contrabando del bando en contra», hace performances y acciones de arte, collages en papel, ilustraciones, guiones y obras de teatro en pequeño formato, ha sido director, asistente y actor en varias producciones audiovisuales. Sin duda, es una de las voces menos representativas de la poesía chilena actual..
.
LA MENTACIÓN DE LOS CENTINELAS

Los centinelas mentales me hicieron perder la serenidad
los centinelas mentales se pusieron en la puerta de mi casa
para que yo no pudiera volver a salir
los centinelas mentales quisieron llenarme de angustia
pero un día me harté de que hablaran mal de mí
y me dije
convertiré mis plumas en limas al rojo vivo
convertiré mi pico en un diamante para sus madres
Contra los centinelas mentales hoy me despedazo
no hallarán donde esconder su estupor
y volverán lloriqueando a la nebulosa seminal de la que malnacieron.
Los arrastraré a través de estas páginas
y serán una atracción circense para todos mis amigos.
Diré a los siete vientos cada uno de sus hedores
cuando este mismo lápiz con que escribo
lo entierre en sus narices
buscando alguna tinta con que pueda escribir
sus insignificantes nombres.
Y tal vez ellos no morirán
y tal vez yo sí moriré
pero estaré más presente y feliz que nunca
porque me habré despojado de lo que sólo me trajo dolor.
Estaba acostado y muerto de frío
cuando los centinelas mentales entraron a la piecita de madera
donde dormía con mis padres
traían una jaula con barrotes hechos de espejismos
abrí los ojos y ellos se retorcieron sobre mí
asesinaron a mi padre cortándolo en pedacitos
y su pene lo tiraron al techo
unos pájaros pasaron y depositaron sus huevos junto a él
a mi madre la llenaron de espinas y plegarias
los centinelas mentales me pusieron dentro de la jaula
y ningún aeroplano volvió a pasar sobre la casita
los insectos comenzaron a llegar junto con todos sus muertos
millones llenaron la habitación
sin que quepa ninguna esperanza
los centinelas mentales se reían sin parar
dando vueltas a mi alrededor
y el pene de mi padre engendraba esos huevos
que veía caer por la ventana llenos de semen y sangre
el suelo se llenaba de hormigas que eran devoradas
por las miles de moscas y larvas
que atestaban el dormitorio
las espinas de mi madre también crecían
y se iban enterrando en mi cuerpo
los centinelas mentales agarraban las púas
y las apuntaban a mi corazón
que cada vez latía al ritmo de un enigma.
Y los centinelas mentales buscarán a otro u otra
con quien envilecerse
rastrearán como perros que son
a esa persona que venga a soplarles el polvo de sus ojos muertos.
Hoy me atrevo a maldecirlos
porque tengo todo que perder
tengo que perderlo todo.
Contra los centinelas mentales hoy me levanto
para arrojarlos al fondo de las miserias.
Se rieron de mí
de mi cuerpo engordado con hambre
de mi voz arrasada por ejércitos de timideces
de mi casa de palo llena de ratones y gusanos
de mis sentimientos de haber querido no estar siempre tan solo.
Ahora yo los voy a hacer aborrecer haber nacido
los haré llorar hasta repugnarse
y no hablo de venganza sino del Fuego Paralelo
que es pura conversión que enciende y quema
los ojos que me hicieron cerrar los míos de miedo
las manos que me cayeron encima días y noches
las bocas que me escupieron la inocencia en la cara
todos los centinelas mentales de mi vida
aquí los tengo
al alcance de mi mano de mi ojo de mi boca
esta noche están todos frente a mí
los de la Colina de la Sorpresa
y los del Castillo de los Centinelas
los que me vieron hacerme hombre a patadas e insultos
los que me humillaron hasta querer apagar las lucecitas de mi corazón
todo acaba aquí.
Las palabras de los centinelas mentales eran todas obscenas
y su aliento era una pútrida fiebre
siguieron riéndose toda la noche
y sus carcajadas estaban llenos de puntitos
que iban poco agrandándose
hasta que colgaban de sus bocas
como puntas de lenguas para lamer sus pies
hasta que se cansaron de hacerme daño
quemaron las espinas de mi madre
juntaron los pedacitos de mi padre
me sacaron de la jaula
y todos los insectos desaparecieron
un silencio llenó mi pecho
tenía un gusto amargo en la boca
una voz a lo lejos me llamaba por mi nombre de esa época
amanecía
y los centinelas mentales se habían escondido
dentro de las ollas sucias de la cocina
todas son trampas pensé
trampas de los centinelas mentales.
A los centinelas mentales se les acabó su tiempo conmigo
porque ahora serán sus cuerpos
los que se golpeen contra las rocas de asfalto
sus cuerpos serán devorados
por las hienas más infectas de sus familias.
El cielo estará lleno de las palabras que alguna vez imploré
y esas palabras caerán sobre los centinelas mentales
nadie podrá encontrar sus vísceras llenas de ponzoña
porque a ellos se les acabó su juego
y tal vez sea lo último que pueda hacer contra los centinelas mentales
y me vaya al mismo infierno
pero los fantásticos que vienen en camino
sabrán que seré una luz sobre sus cabezas
y me verán allá lejos en el recuerdo como mi atentado celeste
y sabrán que vienen también nuevos centinelas mentales
contra sus deseos y pequeñas alegrías.
No quiero más dolores niños.
Amanece.
Mañana será un nuevo día
sin más centinelas mentales para mí
soy yo.
Los centinelas mentales proclamaron una ley para
que ellos decidan qué poros besar
yo quería lamer a unas muchedumbres que parecían hombres solos
pero los centinelas mentales se los llevaron
en medio de aullidos y tumultos
se llenaron de pies e intentaron huir
sin embargo los centinelas mentales le hicieron una emboscada
para palparlos a todos en medio de unas tinieblas
llenas de huesos largos y duros
yo también quería hundir mi lengua en su piel
pero no me dejaron y me corrieron a un lado
mientras ellos acompañaban su delirio
con la música de un piano que había caído desde la muerte
los centinelas mentales cantaban tempestades y espectros
que despertaban todos los espejismos
que yo había imaginado con aquella canción de moda
del decenio pasado.
Los centinelas mentales son una procesión de ignorancia
que va a terminar
caerán estrellándose
hundiéndose sin piedad en sus instintos de bestias encadenadas
atados se irán reventando sus carnes del color del hastío.
Yo me reiré de los centinelas mentales esta vez
imitaré sus gritos con voz y mueca
hablaré como lo hicieron ellos pero con asco y certeza
mis ojos y mis manos serán para ellos
borrascas multicolores y llagas contagiosas.
Los centinelas mentales no podrán hacerme daño nuevamente
llenaré estas páginas con todas mis lágrimas
en tanto yo estaré presintiendo los imanes
de que no habrá talismán que no sea en su contra
no habrá música que no conmemore su derrota
no habrá lengua que les dé un nuevo nombre.
Los centinelas mentales que son
las respetables putas de la belleza
los distinguidos perros de la poesía
jamás volverán a aparecerme
porque hay un impulso nuevo en mí
alguien me acompaña y me toma de los hombros
para que el anillo de la serenidad en mi dedo
sea el pacto de que he triunfado
sobre los centinelas mentales
que no existirán gracias a este poema
al menos
hasta que sea devorado por las luciérnagas.
.
.
PAULA ILABACA
.
.Nació en Santiago de Chile, en 1979. Es Licenciada en Letras con mención en Lengua y Literaturas hispanoamericanas de la Universidad Católica. Ha participado en los talleres de Sergio Parra, Gonzalo Millán, Paz Molina, Raúl Zurita y Diamela Eltit. Publicó parte de sus poemas en la antología Círculo infinito de Editorial Al Margen, en las revistas Mercado Negro, Matadero, Derrame y Rocinante. Ha publicado Completa (Contrabando del bando en contra, 2003) y La ciudad Lucía (Mantra Editorial, 2006).
.
.
la posibilidad de ser ciudad ella dijo mi único deseo es ser
ciudad es que se me corra es que
me corra la leche por la calles por estas construcciones lucía dice
amor amor hay unas bullas cuando pegas amor hay unas figuras
de carey que se demacran y gritan que me tome mi leche
ser ciudad sí ser ciudad lucía se estira y dice
ser ciudad para que se la corra en estos cimientos sí
ser ciudad para que impacte para que llene de leche y el cemento
se chupe solo
y mi cemento se haga barro y me escupa sí mi amor sí mi niña
sí mi pedacito carmesí mamá?
tengo la cabeza llena de bullas y la garganta mamá
me parece que no he sabido comprenderlas bullas no me dejan ni escribir mamá
como cuando la boca repleta de leche no me deja hablar
sí mamá lo mismo de esas veces de beber
traspaso las maneras del dolor lucía dice
las traspaso como si fueran como si yo lo quisiera
hay noches en las que no puedo ni respirar mamá
hay noches en las que su cuerpo se pega al mío y no hay cómo
poder encontrarlo mamá si hay olor cómo puede ser
que él no esté que se haya ido y tarde en querer volver
son las bullas mamá yo lo sé son las bullas
yo podría haber tenido ese oro mamá esa luz o esa negación
yo podría haber entrado en su llanto para poder
permanecer lucía dijo
pero el ángel se pudo tosco y no hubo manera mamá no hubo
El ángel ocultó el oro en su respiración el ángel cambió los
tonos para amarme cambió
las formas de entender
mamá dime yo entiendo?
si hay tantas bullas yo entiendo?

o cuando estira la cabeza jadeando
Lucía dice cuando estira la cabeza
Y responde en dudas o aciertos amor
Mamá a veces estira la cabeza y jadea
al mismo tiempo en el que creía que todo podía cambiar
al mismo tiempo que se me acababa la respiración
como cuando intuía golpes o veces hechas cruces
o los caninos ladrando en el barro o la oscuridad
lucía dice tengo ganas mamá tengo ganas
al mismo tiempo en que creía en que así era el amor
al mismo tiempo en que joder mamá era tan hermoso
o como cuando se pesadez hinchaba mi corazón
o como cuando su leche no me dejaba hablar mamá
o los golpes la cornisa el ojo del que yo hablaba
la luz el oro el eco su transpiración
la forma de joderme despacio su tranquilidad
lucía dice mamá mamá tengo ganas tengo tantas ganas
como cuando se me hincha todo lo que toca
lucía di cuando se me hincha
cuando tengo un nudo y lo quiero botar mamá
ella me da ganas él me da ganas
tengo tanto miedo mamá tengo tantas
ganas de joder con él lucia dice
pero el ángel se pone brusco cuando me escucha
pero el ángel dice córrete sola en tu ciudad y mánchala
pero el ángel me escucha y ronca en demonios mamá
pero el ángel
pero el ángel
pero el ángel
pero el ángel logra entender?
el ángel dice córrete luego amor y moja
acaba luego y moja mi corazón el ángel dice
apúrate vamos acaba en mi corazón
él me usó mamá él me usó
lucía dice yo no supe dejarlo él me usó
el ángel me usó mamá cuando me hinchaba y la noche
se ponía tosca mamá en sus manos en sus alas en el café de sus
el ángel mascaba y decía córrete luego amor y moja
el ángel decía quiero que me mojes el corazón
pero el ángel mamá no entendía
el ángel me usaba y luego se iba en ronquidos
lucía dice me usaba y se iba mamá se iba
tengo tantas ganas mamá tantas
ganas de joder con él de hinchar
su carmesí y que lata fuerte y duro
pero el ángel se coloca brusco
pero el ángel le ha dado por llorar
pero el ángel ha dicho acaba mi corazón y moja
yo se lo acabé mamá
yo lo dejé
pero el ángel
pero el ángel
pero el ángel
lucía dice
él me usa mamá él me usa
como las veces del padecer como si yo
lo quisiera cuando tiene pena o
ganas de estar aquí
cuando se le arranca desde adentro un
chorro de leche
y no sabe qué hacer mamá hacía dónde arrojar
cuando tiene ganas por ejemplo lucía di
cuando tiene ganas
él me dice hay otras más hermosas que tú
mamá el me dice
pero tú estas limpia lucía estás limpia?
entonces ya no me queda nada más mamá
cuando me pregunta y el barro se me chupa
cuando me pregunta y las avenidas se retuercen en mi corazón
cuando pregunta y luego me usa mamá
cuando tiene ganas y comienza a jadear lucía di
mamá soy hermosa?
mamá estoy limpia?
la ciudad se coloca tensa y chorrean mis calles di
amor amor dame esos golpes
si me usas sí sí sí si me usas
lucía dice no me importa nada mamá
no me importa joder ni correrme
es ese barro mamá
todos creen que lo quiero para acostarme con él para nada más
mamá soy hermosa? lucía di
mamá mamá si hay otras soy yo hermosa?
si el ángel me mancha estoy limpia?
si el ángel me jode yo amo el barro mamá?
.
.
.
DIEGO RAMÍREZ
.
.
Nació en Antofagasta en 1982. Ha publicado Coranzoncito/ Noche (2003) y El baile de los niños (Ediciones del Temple, 2005). Poemas suyos han sido publicados en diferentes revistas del medio. Ha participado en diversas antologías, una de ellas Cuatro Cuartetos/ Cuatro poetas recientes de Chile (Argentina, 2005).
.

HE PERDIDO TANTO ESTA NOCHE
Míralos a ellos besarse sin mí
Mira cómo se besan entre ellos
sobre mis afectos y mis penas
Mira cómo se aman allá lejos
revolcándose entre la esquina y el goce
mezclando cruelmente esas lenguas en el mismo territorio
fronterizo y cercado donde mi boca alguna vez participó
Mira cómo mis labios ahora son otras 2 largas babosas
retocadas de hombres que bailan sobre mi corazón descariñado
He perdido tanto esta noche
pero se mueren despacios
alivándose los afectos
reconociéndose tan escasas en todo
tan solas esas burlones y simples
qué cocinan pastelitos de fresa
y se masturban en las tardes de ocio ciber express
Míralas
tan decadentes y maltratadas por la felicidad
Míralas cómo a pesar de las diferencias
yo todavía las sufro al verlas juntas
al ver cómo instalan un amor tan nuevo
sobre mis viejas heridas de saberlos alguna vez conmigo
Alguna vez mi lengua también compartió con la belleza
arrinconada de allá lejos, yo les prometo, les juro por mi vida
de huachito desnudo, que yo alguna vez también formé parte
de esos corazoncitos sin rabia
Yo les escribí tanto
y todavía lo hago
perpetuando mi voyerismo
de verlas tan amándose sin mí
tan de repartir su deseo en la boca
míralas a ellas juntas besarse
sobre mi cuerpo
míralas como se saben parte de mi espectáculo viejo.
Mira esas dos lenguas jugar a que se aman mientras mi lengua
Solita y despiadada
Espera a otros chicos nuevos para dejarles el mismo recuerdo de
babas necias en la boca
.
.
HAY TANTA SANGRE.
I.
Hay tanta sangre
Miren cómo parece esto otra historia repetida
cómo se parece a las películas viejas de barcos y niños tristes
Estoy acostumbrado a esta manera de escribir
a pensarlos así tan distantes
a las pugnas de pieles ya las luchas discontinuas
por el hambre y el frío
por el frío y el hambre.
II
Nacarado mi continente
encendido mi corazón
se están riendo
de mi escritura
dicen que lo único que hago bien en la vida es escribir
y uno que de pelo largo y amor
no está muy convencido
de la metáfora / cetácea
que propone como la nueva muerte
de este país
.
.
.
ARGENTINA
.
.
.
LOLA ARIAS
.
.
Nació en Argentina en 1976. Poeta, actriz y narradora. Estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires y Dramaturgia en la EAD. Ha publicado los libros Las impúdicas en el paríso (poemas) y La escuálida familia (pieza teatral). Escribió y dirigió obras como Poses para dormir, Estudios de la memoria amorosa y La escuálida familia. Fue becada para asistir a Residencias para Dramaturgos en el Royal Court Theater de Londres y en Casa de América de Madrid.
.
.
BLANCANIEVES Y YO

Abro el diario en pose de colegiala
con un marcador en la mano
Voy a hacer la lista de mis amantes
como una cortesana en kimono veraniego.
Primer amor: el paralítico de la escuela.
La adolescencia: el chico de las postales,
el militante marxista, el cantante,
el que escribía poemas.
La fiebre de la juventud:
el profesor,
el cinéfilo, el atleta,
el que comía con los ojos cerrados,
cara de caballo, el extranjero,
el pequeño nazi de las pecas,
el pianista introspectivo,
el padre de familia,
la chica patinadora,
los hermanos otoño-invierno,
el cowboy de los peinados.
Con letra de infante y cara de geisha
trato de encontrar un patrón de uso:
los rubios germanos y los latinos descalzos,
los tímidos y los terroristas,
los reos y los mejores alumnos.
Me sorprende encontrar
tantos hombres casados y con novias.
Como una Rizos de oro o Blancanieves fugitiva
quise entrar en todas las casas, comer en platos ajenos,
dormir en camas que no fueran para mí.
.
.
MI CORAZÓN Y YO
Llevo mi corazón portátil en una valija de nena
-tengo miedo de los kilómetros que pasan-
voy en moto por la autopista vestida de amazonas
y veo vacas, desiertos, gauchos, estrellas de neón.
Mi corazón es una bomba de tiempo
y yo, la kamikaze de los cabellos veloces
No puedo detenerme a comer ni pensar
me alejo de mi pasado como de una casa incendiada
Mi juventud está corriendo una carrera contra mí
y yo no tengo copiloto para morir en su hombro
Quisiera saber cuándo voy a llegar
a la ciudad que se llama con mi nombre
En la road movie de mi corazón y yo
no hay postal que no tenga lágrimas pegadas
hoteles, rodillas, extranjeros, bikinis
todas las fotos movidas o quemadas por el flash
Mi corazón late como un ahogado adentro de una valija
y a mí me lloran los ojos de ir contra el viento
Suena una música de heroína postnuclear
La moto deja al pasar una estela de fuego..
.
.
MARÍA EUGENIA LÓPEZ.
.
Nació en La Plata en 1977. Estudia Letras. Dirige la colección de poesía joven Chicas de Bolsillo de la Editorial de la Universidad Nacional de La Plata. Participó en el IV Festival de poesía joven Novísima Verba (Lima-Cuzco) y también en el festival Poquita Fe de Chile. H apublicado Bonkei (2004). Fue antologada en Felicidades también. 18 poetas (2005). Dirige el Espacio QU de la Editorial de la Universidad Nacional de La Plata (multiespacio de arte y nuevas tendencias). Poemas suyos han sido publicados en diferentes revistas literarias.
.
.
Basta de contar historias. No, historias no. Final. Hagamos el amor a las palabras. Que se nos escurran por las muelas como caramelitos. Soy Gala. No historias. Tampoco poesía: sólo palabras tocándose y gimiendo y gozando. Transpirando. Respirar palabras, toserlas. Gala, la amante perfecta. Soy una mariposa frágil, hermosa y nadie me toca para no hacerme mal. Yo, la amante más sola del mundo, guardada en una cajita de cristal para que no me rompa. Que no se rompa Galita, cuidado, no la toquen. Y Galita que quiere que la rompan, la desgarren, la violen, la destruyan. Porque es la amante perfecta en la cajita de cristal y llora.
.
.
Mi affair con Jessica Rabbit me enseñó a desear una muerte perfecta. Algún accidente de auto precipitado por la Mulholland Drive y dando de fauces en Sunset Boulevard, mi cara hacia atrás, como quien acaba de tener un orgasmo, la sangre en mi frente, mi nariz y mi boca. Al conocernos me invitó a que metiera la mano en su cuerpo y terminé tocándome mientras ella me mordía los labios. Un taco aguja en la calle y la mano brotando a modo de saludo por la ventanilla. Mi aventura con Jessica Rabbit me dejó frases como remember me para mi muerte and I love you, sweetheart, mientras mirábamos hacia arriba, a los espejos del techo del hotel. Gente llorando mi juventud sin sospechar que se ha cumplido un gran sueño. Ahora Jess y yo no estamos juntas. A decir verdad sólo compartimos la cama una sola vez y me enamoró. Gloriosa muerte, tan admirable. Ella sí que sabe hacer el amor hasta enloquecerte. Pero al despertar sólo tuve su perfume y una tarjeta rosa que decía I’ll see you in your dreams. Que me entierren en algún bosquecito santo.
.
.
Esta historia es sobre un callejón oscuro de chicas licenciosas, de la mala vida, de la noche. Recuerdo haber amado a una de ellas, que mataba el tiempo entre los clientes leyendo cómics. Con el cuerpo de heroína y los tacos embarrados, arrimaba su figura a la mía y apoyando la cabeza en mi hombro me contaba su última aventura.
Yo fumaba mirando cómo el humo empañaba su sonrisa, convirtiéndola en una cortesana londinense. Así, me llevaba a ciudades raras, nocturnas, donde el bien y el mal eran colores bien definidos, hasta que otro cliente la devolvía al callejón. Entonces, besaba sus labios pop y la veía alejarse vestida de plenos planos. Un día la encontraron azul, lejos, con el rouge corrido hacia el piso y la vincha en la garganta. Recuerdo que me contaba su sueño de ser villana. En la callejuela inmunda de las mujeres perdidas.
.
.
.
LAURA LOBOV.
.
Nació en Buenos Aires en 1978. Estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires. Sus poemas han sido publicados en Diario de Poesía, Nunca nunca quisiera irme a casa y Pisar el Césped, entre otras revistas. En 2003, publicó Balneario, en el marco de la colección Arte de tapas de la Casa de la Poesía de la Ciudad de Buenos Aires y en 2004, Las cosas a descansar, por Gog y Magog Ediciones.
.
.
Correspondencia.
I
Somos tres en la foto
de la distancia. Un sonido
claro que destella
hacia lo inmenso.
Busco un puente que me lleve
hacia ese lugar, el amor
como un estado del fuego.
Casi te escucho, pensás
en una playa, el mar o el espacio
algo
que te cubra
de tanto frío..
II.
Ella lee y los relámpagos
parten hacia sus manos.
Todo México llega
en una carta. Pero no hay hielo
en estas tierras. Tu fuerza
encanta lagartijas y me arroja
a otro paisaje.
Si pudiera correría a buscarte, digo,
las dos escondiendo
cada ciudad
en mi cartera.
.
III.
Un sueño: juntos
visitan a las hermanas.
Cada casa esconde el tesoro,
una piedra
invisible de la infancia..
IV.
Mis palabras son mudasp
ero queman.
Y él es tan grande
que se inclina hacia mí
como un árbol
tímido y grave
que crece
hacia todos los cielos.
Hoy
tejo el silencio, de ahí
lo blanco de la estepa.
V
Ahora
voy hacia allá.
Ese perro que te sigue
lleva mis ojos. Busco
nuevas formas que me oculten
a lo largo del viaje.
Ya llego. Quisiera
abrazar los Urales,
hasta que duela. Y que me escribas
siempre.
.
.
.
.
(Esta es una selección del libro 18 POETAS LATINOAMERICANOS que presenté en el encuentro de poetas jóvenes POQUITA FE, realizado en Santiago de Chile en octubre del año pasado)
Categories: