Reseñas
SACRA, O LA LUCHA CONTRA LA VACUIDAD
Por: Luis Carlos Mussó
De Alexis Naranjo habíamos leído Profanaciones, Ontogonías, El oro de las ruinas, Interregnum y La piel del tiempo (Premio Jorge Carrera Andrade). Con Sacra (Libri Mundi, 2005) nos hace su última entrega a través de un discurso en el que asume una visión cósmica oriental. No es sorpresa: esta visión ya ha sido tomada como perspectiva en libros anteriores del autor; y le ha hecho posible expresarse con una exactitud impresionante. Así, el agón (lucha contra la vacuidad, lucha contra la muerte) mantiene una fuerte impronta en estos versos. Aquí está la contemplación de los cuerpos, el gozo y se permite un amplio espacio para la meditación. Se ha convertido la voz, o sea la palabra, en el referente casi único de los poemarios anteriores; pero en éste, los sujetos y objetos del deseo establecen puentes que no evaden el reflejo. Naranjo, lo hemos afirmado varias veces, se acerca al vacío como concepto y suele hacerlo desde una combinación críptica de las palabras. La meditación -propia de la visión oriental- y una alusión a la perfección del silencio se logran mediante la contemplación de la disgregación/ fusión de un cuerpo en otro. Palabra, como referente de la palabra. Se siente en estos textos un hálito de suspensión del pensamiento (quizá de la acción, también). Puentes entre los seres humanos, no escaleras.
De Alexis Naranjo habíamos leído Profanaciones, Ontogonías, El oro de las ruinas, Interregnum y La piel del tiempo (Premio Jorge Carrera Andrade). Con Sacra (Libri Mundi, 2005) nos hace su última entrega a través de un discurso en el que asume una visión cósmica oriental. No es sorpresa: esta visión ya ha sido tomada como perspectiva en libros anteriores del autor; y le ha hecho posible expresarse con una exactitud impresionante. Así, el agón (lucha contra la vacuidad, lucha contra la muerte) mantiene una fuerte impronta en estos versos. Aquí está la contemplación de los cuerpos, el gozo y se permite un amplio espacio para la meditación. Se ha convertido la voz, o sea la palabra, en el referente casi único de los poemarios anteriores; pero en éste, los sujetos y objetos del deseo establecen puentes que no evaden el reflejo. Naranjo, lo hemos afirmado varias veces, se acerca al vacío como concepto y suele hacerlo desde una combinación críptica de las palabras. La meditación -propia de la visión oriental- y una alusión a la perfección del silencio se logran mediante la contemplación de la disgregación/ fusión de un cuerpo en otro. Palabra, como referente de la palabra. Se siente en estos textos un hálito de suspensión del pensamiento (quizá de la acción, también). Puentes entre los seres humanos, no escaleras.
(Alexis Naranjo)
I
3
te equivocabas al creer posible amansar
la mitad inferior de ti
ahora es aquella mitad
la que da belleza a los goces de tu espíritu
16
¡y cómo la traición dispensa
la justicia de las máscaras!
tú y él
como tú y yo
a merced de
juramentos
máculas
venenos
3
te equivocabas al creer posible amansar
la mitad inferior de ti
ahora es aquella mitad
la que da belleza a los goces de tu espíritu
16
¡y cómo la traición dispensa
la justicia de las máscaras!
tú y él
como tú y yo
a merced de
juramentos
máculas
venenos
II
3
indolente
sinuosa en tu desidia
sepulta esta querella
pero respírame
jadéame
prohíja esta máscara, tu espejo
5
¿dices que tu silencio es transparente?
y ¿qué quemante opacidad
es entonces tu respuesta?
III
1
en tu refugio me hieres
con los mostos de la herida me unges
aunque zozobre
aunque miel y leche se pudran
aunque nuestras bocas limpien los sexos
en una Cópula de Hierro
6
¿tan frágil el mundo
que al despertarme
se acaba?
más fuerte tu ceniza
mi desvelo
9
no fuimos los amantes exiliados
sino el exilio del amor
y nada quedará de nosotros
ni el fervoroso misterio
ni tu nombre equívoco
ni el éxtasis de una revelación
ni el postrero ahogo
ni el desdén que ensombreció los ritos
ni los mutuos espejismos
de un más allá
más allá
más allá